La crisis climática modifica hasta las actividades terroristas

 


El actual cambio climático podría estar cambiando el mapa del terrorismo en el mundo

Fecha de Publicación
: 16/04/2024
Fuente: MeteoRed
País/Región: Internacional


Ya no sólo se trata de un oso polar a la deriva en el Ártico, o más olas de calor. El cambio climático está cambiando las zonas de actividad terrorista en el planeta.
La modificación de los patrones climáticos, como consecuencia del calentamiento global antrópico, están agravando la inestabilidad política, los conflictos y el terrorismo. Esto es particularmente visible en las regiones más frágiles del planeta, donde la inseguridad, la pobreza y una débil gobernanza generan tensiones que facilitan el azote del terrorismo y el crimen organizado.
Es que hay una estrecha relación entre el aumento de las temperaturas y el incremento de la violencia.
Un estudio dirigido por el Dr. Jared Dmello, experto en extremismo de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Adelaida (Australia), halló que ciertas variables climatológicas afectan a la actividad terrorista en la India, y que se pueden aplicar a otras regiones.

El calor los pone violentos
Estudios anteriores han hallado una relación directa entre la cercanía al ecuador y el aumento de la violencia. Por cada 100.000 personas hay 26 asesinatos en Centroamérica, 18 en África central y 5 en Europa y Norteamérica. Y esta relación no es exclusiva entre países, sino que dentro de los países se puede encontrar una relación parecida: en México los carteles de las drogas son más activos y violentos en las zonas más calurosas. En Italia, los delitos relacionados con la mafia, son mucho más frecuentes en el sur (más cerca del ecuador) que en el norte.
Otros estudios han hallado variaciones estacionales en la criminalidad: los homicidios en Chicago se duplican en el verano, en el Reino Unido se registra un 14 % más de crímenes violentos a 20 ºC que a 10 ºC. En Grecia, el 50 % de los homicidios acaecidos entre 1995 y 2004, ocurrieron con una temperatura máxima superior a los 30 °C.
El líder del equipo de investigación, afirma que "Los análisis indican que todas las variables analizadas -temperatura, precipitaciones, cercanía al ecuador y altitud- están relacionadas con patrones cambiantes de actividad terrorista".

Lugares incómodos hasta para los terroristas
Algunas organizaciones terroristas tienden a operar en regiones áridas y remotas, como las montañas de Afganistán o ciertas regiones de Pakistán. A medida que los factores climatológicos continúan cambiando, como el aumento de las temperaturas y la disminución de las precipitaciones, los terroristas pueden verse obligados a abandonar sus bases remotas y aisladas en busca de lugares más favorables.
Y esto puede favorecer la reubicación forzada de esas organizaciones terroristas, a zonas más cercanas a los centros sociales, lo que puede tener graves implicaciones políticas.
"Los centros urbanos han crecido cada vez más en densidad de población, sobre todo en espacios con climas favorables, y algunas de las zonas más remotas que antes utilizaban los extremistas, han experimentado climas cada vez más extremos y ya no son aptas para que vivan las personas, lo que ha obligado a estos grupos a emigrar a otros lugares”, señala Dmello.

No sólo un problema ambiental
Si bien el estudio se centró en la localización de los más de 9.000 atentados terroristas ocurridos en la India entre 1998 y 2017, período donde las temperaturas medias en la India alcanzaron máximos históricos, los datos también sugieren que es probable que otras actividades ligadas al extremismo, como la localización de los campos de entrenamiento, también estén cambiando en respuesta al cambio climático.
No hay dudas que para reducir la radicalización es necesario una serie de acciones y medidas a largo plazo que implican cambios sociales y culturales. La inseguridad alimentaria, las desigualdades, el déficit de acceso a una vivienda digna, las crisis de los recursos naturales y la mejora de la igualdad social son esenciales para garantizar un hábitat más seguro para todos.
Sin embargo, el cambio climático también puede incentivar modificaciones en los patrones de violencia política a través de su impacto indirecto en las comunidades y las necesidades operativas de los grupos violentos
Esta investigación demuestra la necesidad de frenar los efectos nocivos del cambio climático, y que este este conocimiento puede ser empleado para que los gobiernos de todo el mundo establezcan estrategias de defensa y seguridad nacional.
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