Las fotovoltaicas también pueden ser reservas



Plantas fotovoltaicas convertidas en reservas de la naturaleza

Fecha de Publicación
: 01/06/2020
Fuente: La Vanguardia (España)
País/Región: Internacional


Estas instalaciones, que requieren de grandes extensiones de terreno, tratan de reducir su impacto sobre la fauna y el paisaje facilitando el establecimiento de animales y plantas
La producción de electricidad a través de paneles solares no conlleva emisiones de CO2 (principal gas causante del calentamiento global), pero esto no significa que las plantas fotovoltaicas estén libres de impactos ambientales. Uno de los puntos más críticos, por la afectación sobre la fauna y el paisaje, es la elección del emplazamiento.
“Desde el punto de vista del aprovechamiento del espacio y la eficiencia, las cubiertas de los edificios resultan ideales para ese fin, así como los espacios ya construidos y cercanos a las áreas de consumo de electricidad”, señala Lourdes Berdié, de la Xarxa per la sobirania energética y miembro de Ecologistas en Acción. Sin embargo, la construcción de grandes plantas fotovoltaicas requiere de grandes extensione s de terreno, lo que provoca que este tipo de instalaciones se acaben desplegando sobre suelo, muchas veces rural. Se estima que cada megawatio (MW) requiere de unas dos hectáreas (ha). Es más que la eólica, pero menos que el carbón, según datos de la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético (Px1NME).
Con las medidas y prevenciones adecuadas, la Unión Española Fotovoltaica (Unef) asegura que el despliegue del sector fotovoltaico previsto para la próxima década es compatible con el respeto del medioambiente. La patronal del sector incluso plantea que las plantas fotovoltaicas en suelo se conviertan en “reservas integrales de la naturaleza”. Una tendencia que corroboró Eugenio J. Domínguez, subdirector general de Evaluación Ambiental de la Secretaria de Estado de Medio Ambiente, en un webinar organizado por Unef. Domínguez asegura que son “los propios promotores quienes están naturalizando las plantas fotovoltaicas”, sin necesidad de que se les obligue a ello.
El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) prevé el desarrollo de unos 30.000 MW de esta tecnología hasta el año 2030 en España.

Reservas integrales de la naturaleza
Desde Unef, se plantea que estas instalaciones se conviertan en “reservas integrales de la naturaleza”. Para proteger y promover la biodiversidad, la patronal del sector propone implementar medidas como la instalación de nidales, hoteles de insectos o charcas y lagunas para anfibios. También apuesta por un vallado que permita el paso de aves y otros animales, asegurando la conectividad y la continuidad y evitando la fragmentación de los hábitats naturales de las especies locales. En los casos de revegetación, Unef recomienda prestar especial atención a la utilización de plantas que favorezcan a los insectos polinizadores, contribuyendo a la conservación de las poblaciones de abejas.
Más allá de estas medidas, uno de los factores más importantes que permite que se puedan convertir en reservas integrales de la naturaleza es la escasa presencia humana. “Son espacios en los que, durante su vida útil, que es de entre 25 y 30 años, no pasa prácticamente nadie”, explica José Donoso, director general de Unef. “Una vez terminada la instalación, las únicas actuaciones que se llevan a cabo son las relacionadas con la limpieza de los paneles y el mantenimiento de la planta”, añade.
Para reducir el impacto visual, se propone “la construcción de muros vegetales en el contorno, con árboles o arbustos autóctonos, por ejemplo, o bien muros de piedra seca, en función del paisaje local”, señala Donoso. En caso de optar por la vegetación, la prioridad son las especies polinizadoras para contribuir a las campañas a favor de la pervivencia de las abejas. En todo caso, el director general de Unef recuerda que el impacto visual de la fotovoltaica es menor que el de la otra gran renovable, la eólica, cuyos aerogeneradores son cada vez de mayores dimensiones.

Sumar con la ganadería y la agricultura
Como alternativa al uso de productos herbicidas, que están prohibidos en este tipo de instalaciones, una de las posibilidades es dejar pastar rebaños de ovejas, cabras o vacas para que se coman la hierba que crece entre los paneles. Con esta práctica, que ya se lleva a cabo en varias instalaciones, la generación fotovoltaica suma fuerzas con la ganadería en lugar de competir por el uso de suelo.
Pero la verdadera competencia por el suelo no es con la ganadería, sino con la agricultura. “Aunque en España, más que en otros países de Europa occidental, disponemos de superficie abundante, sucederá muchas veces que un terreno de uso agrícola sea también adecuado para la generación fotovoltaica”, advierte la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético.
Para evitar el abandono de cultivos por este motivo –una situación que ya se está dando, según Px1NME–, la organización propone que se investiguen e impulsen las posibilidades que ofrece el que se conoce como agrovoltaica. Se llama agrovoltaica a las instalaciones fotovoltaicas ubicadas en el mismo terreno que un cultivo existente.
En general, los paneles pueden proporcionar protección (contra excesos de insolación, contra el granizo, mantenimiento de la humedad…). Además, por ejemplo, la estructura de los paneles puede servir a la vez como soporte de redes antipájaros.
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