Agonizan, selvas tropicales africanas

Agonizan, selvas tropicales africanas

Fecha de Publicación: 08/02/2008
Fuente: Milenio


El temor principal es que el calentamiento global puede secar y destruir vastas regiones de los bosques tropicales, y los bosques destruidos acrecentarán el calentamiento global.
En las profundidades de los bosques tropicales de Africa, el silencio del mediodía es atravesado por el chirrido de una sierra mecánica en la lejanía.
Es el sonido de la destrucción, que se repite de continente en continente, en el cinturón tropical que rodea el planeta.
Desde Brasil hasta el Africa central y los archipiélagos boscosos de Asia, el avance del ser humano está reduciendo los bosques tropicales del mundo.
La alarma fue hecho sonar hace varias décadas atrás por los defensores del medio ambiente, a quienes se prestó escasa atención.
Pero entre tanto, el panorama ha cambiado. Africa se ha convertido en el líder en materia de destrucción.

Las cifras también han cambiado
Los especialistas de las Naciones Unidas estiman que 25 hectáreas (60 acres) de bosques tropicales desaparecen cada minuto de la tierra, por obra de los leñadores. Y también los temores han cambiado.
El temor principal es que el calentamiento global puede secar y destruir vastas regiones de los bosques tropicales, y los bosques destruidos acrecentarán el calentamiento global.
“Si perdemos los bosques, perderemos la lucha contra el cambio climático"’, declararon más de 300 científicos, grupos de defensa del medio ambiente, líderes religiosos y otros en una conferencia sobre clima efectuada en diciembre en Bali, Indonesia.
La quema o descomposición de los árboles que viene con la deforestación envía más anhídrido carbónico a la atmósfera que todos los aviones, trenes, camiones y automóviles que circulan por el mundo.
La destrucción de los bosques representa alrededor del 20% de la emisión de gases contaminantes de la atmósfera, sólo superada por la quema de combustibles fósiles para las plantas de electricidad, o las que brindan calefacción a los hogares.
Y, a la inversa, los bosques sanos absorben anhídrido carbónico y almacenan carbono.
“Si no logramos cambiar las cosas en los próximos 10 años… la crisis climática comenzará a escapar de nuestro control"’, dijo Roman Paul Czebiniak, un experto en bosques de la organización Greenpeace International.
A su vez, la FAO, (siglas en inglés de Food and Agriculture Organization, u Organización para la Agricultura y los Alimentos), dependiente de las Naciones Unidas, dijo en su último informe que “la deforestación continúa a una alarmante tasa de unas 13 millones de hectáreas (32 millones de acres) al año"’.
Aunque América del Sur pierde algo más que Africa en hectáreas de bosques, la tasa de pérdida es más alta aquí. Casi un 1% de los bosques africanos desaparecen anualmente.
Entre el 2000 y el 2005, el continente perdió 4,5 millones de hectáreas al año (10 millones de acres), informó la FAO.
A través de los trópicos, las causas pueden ser muy diferentes. Los bosques del Amazonas y de otras áreas de América del Sur son generalmente quemados para dar más espacio al ganado, o al cultivo de soya.
Y en Indonesia y en otras partes del sureste de Asia, las islas boscosas son taladas para el cultivo de la palma. En cambio, en Africa, son los individuos los que talan bosques para realizar cultivos en pequeña escala.
Aquí en Nigeria, en el estado suroriental de Cross Rivers, donde quedan algunos de los bosques tropicales más grandes de Africa, las personas enfilan todos los días hacia los bosques para trabajar en sus granjas de cacao y de ananás.
Es la única manera que conocen de alimentar a sus familias.
“Los países desarrollados quieren que mantengamos los bosques para proteger el medio ambiente y la pureza del aire"’, dijo Ogar Assam Effa, de 54 años, un director de plantación de árboles y miembro de la junta de conservación del estado.
“Pero aunque respiremos aire puro, nuestros estómagos seguirán vacíos"’, añade Effa.
“El aire no da proteínas, ni carbohidratos. Sería fácil convencer a las personas de cesar de destruir bosques si existiese una alternativa"’.
Tal vez una estrategia que pueda funcionar es la que ha implementado el estado de Cross Rivers. Un plan consiste en ayudar a los granjeros a aprender otras destrezas, tales como la apicultura o la cría de caracoles, un manjar regional.
El estado también ha impuesto un nuevo sistema de licencia.
Cualquiera que desee talar árboles valiosos, como la caoba, deberá obtener una licencia y negociar con la comunidad cercana al sitio donde se talan los árboles para compartir los ingresos.
La licencia permitirá también un mayor control del talado.
Pero, dicen los expertos, se requiere algo más, una estrategia global, y movilizar a todos los gobiernos del área de los bosques tropicales para encontrar soluciones a esta rápida destrucción del medio ambiente.

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