China crea la eco-ciudad más grande: Tianjin Eco-city

China combate la contaminación con la eco-ciudad más grande del mundo

Fecha de Publicación
: 05/11/2012
Fuente: Clarín (Argentina)
País/Región: China


Creó un “paraíso” sostenible, en el que vivirán 350 mil personas. Su costo será de 9.700 millones de dólares.
Las primeras empresas y residentes han comenzado a llegar a Tianjin Eco-city, la ciudad sostenible más grande del mundo . Un proyecto conjunto de los gobiernos de China y Singapur que pretende dar soluciones económicamente viables al problema de la degradación medioambiental y la superpoblación .
Ya hay 200 familias residiendo en el complejo, que de momento cuenta con ocho kilómetros cuadrados terminados. En 2020 toda la ciudad deberá estar finalizada y a pleno rendimiento: albergará 350.000 habitantes y su extensión será de 30 kilómetros cuadrados, cuando la ciudad de Buenos Aires tiene 220 km2. El costo final será de 50.000 millones de yuanes (9.700 millones de dólares).
“Una diferencia clave entre Tianjin Eco-city y otros proyectos es que desde el primer día hemos desarrollado unos indicadores de funcionamiento muy claros en los que definimos distintos aspectos de sostenibilidad a los que queremos llegar. Tenemos un objetivo, y la comunidad internacional podrá juzgar si los hemos alcanzado con éxito”, explicó a Clarín Ho Tong Yen, director ejecutivo del proyecto.
Esos objetivos son sin duda ambiciosos. El 60 por ciento de los residuos serán reciclados en una planta contigua a la ciudad, el transporte rodado s e reducirá en un 90% en comparación con una urbe del mismo tamaño y el 20% de la energía se generará mediante turbinas eólicas, paneles solares y energía geotérmica . También el aire acondicionado será 100% natural, gracias a distintos túneles de ventilación ubicados a lo largo del subsuelo.
Un vistazo rápido permite ver la magnitud del proyecto: las veredas y los complejos de viviendas están presididos por enormes turbinas eólicas; gran parte de la iluminación pública se alimenta con paneles solares, presentes también en tejados y parques.
Cada edificio cuenta con contenedores de basura especiales: una vez lanzado el residuo, éste circula por tuberías subterráneas hasta la planta de reciclaje, donde todo es procesado.
Y no hay estaciones de servicio: el depósito público de colectivos cuenta con nueve cargadores eléctricos para asegurar el suministro.
Al inicio del proyecto, en 2008, el gobierno chino exigió dos requisitos a Tianjin Eco-city: que se construyera en un lugar cuya tierra fuera no cultivable y cuyos recursos acuíferos estuvieran contaminados. Cuatro años después, lo que fuera un extenso y yermo erial es un lugar lleno de vegetación y crecientes recursos hídricos aptos para uso humano.
“En otras ciudades la gente está acostumbrada a tomar el auto, incluso en distancias cortas. Aquí se anima a caminar y agarrar la bicicleta, o a tomar el colectivo eléctrico”, indica Wang Yu, uno de los primeros residentes. Compró su departamento a 8.000 yuanes el metro cuadrado (unos 1.000 dólares), un precio asequible en China. Cada día llegan nuevos inquilinos a la ciudad, procedentes principalmente de Tianjin (ciudad portuaria situada a 40 kilómetros) y la capital Beijing (150 kilómetros).
Mientras decenas de grúas se elevan sobre el cielo y las excavadoras marcan los cimientos para nuevos edificios, gobernantes de otras provincias chinas contemplan una maqueta del proyecto y atienden a las explicaciones.
“Muchas ciudades están observando lo que hacemos y siguiendo nuestros indicadores para compararse a sí mismos.
Algunos tratan de igualarnos, otros incluso de superarnos . Todo este proceso de competición entre ciudades contribuirá a crear un futuro más sostenible para China ”, considera Ho.
No sólo se trata de ser más verdes, sino de dar respuesta al tremendo desafío energético al que se enfrenta China, un país con escasos recursos naturales más allá del carbón y cuya población aumentará en 300 millones de personas en 2050.
“Necesitamos una nueva conciencia medioambiental. Si no, cada vez iremos peor”, sostiene Wang Yu. A pesar de los esfuerzos, China tiene mucho que mejorar: es el primer emisor de carbono del mundo y posee uno de los mayores índices de polución atmosférica. Además, tres de cada cuatro de sus ríos y mares también están contaminados.
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