La NASA y el miedo a Trump

La NASA vive con miedo el negacionismo de Trump sobre el cambio climático

Fecha de Publicación
: 09/06/2018
Fuente: El Diario (España)
País/Región: Estados Unidos


La producción en la NASA de información sobre el cambio climático dirigida al público se ha reducido bajo la Administración de Trump. Una antigua empleada afirma que el “miedo y la ansiedad” en la agencia han provocado una retirada en la red sobre este asunto.
Laura Tenenbaum, exdivulgadora científica para la NASA, asegura que se le desaconsejó utilizar el término “calentamiento global” en las redes sociales y se le restringió hablar con los medios a causa de su dedicación al cambio climático.
“El argumento de la NASA es que todo sigue igual, pero eso no es cierto”, señala Tenenbaum, que dejó la agencia en octubre tras una década de trabajo. “ Han dejado de promover y de hacer hincapié en la comunicación sobre ciencia climática. La han minimizado. A personal de la agencia le preocupa que Trump recorte la financiación a la ciencia sobre el clima. “Hay miedo y ansiedad y la consecuencia es el caos”, añade.
Tenenbaum afirma que un mes después de la proclamación de Trump comenzó un “arduo proceso de revisión” de todas sus publicaciones en Facebook, en el blog y en Twitter lanzadas desde el Laboratorio de Propulsión a Reacción de la NASA en California.
“El departamento de comunicación me dijo que con Trump como presidente el cambio climático se había convertido en un tema delicado”, recuerda. “Había confusión sobre qué hacer ahora que tenemos un presidente que no cree en el cambio climático. Nadie sabía qué hacer. Era caótico”, añade.
Publicaciones programadas para el blog sobre centrales de carbón convertidas en plantas solares, “razones para ser positivos con la NASA”, así como una entrevista con Gavin Schmidt, un experto de la NASA en ciencia climática, se paralizaron debido a la interferencia del personal de carrera, nervioso ante la posibilidad de provocar a la nueva Administración, según Tenenbaum.

Poca actividad en redes sociales
Los datos muestran que ha habido una notable reducción en la producción de información climática de la NASA desde la elección de la Administración de Trump. Durante 2016, la NASA publicaba a menudo en su página de Facebook sobre el cambio climático, con un pico de 122 publicaciones en agosto de ese año, según CrowdTangle.
En enero de 2017, el mes de la inauguración de Trump, se publicaron 53 entradas en Facebook y desde entonces la NASA no se ha vuelto a acercar a esta cifra, con 21 entradas en marzo de este año y 31 en abril.
Esta caída en publicaciones ha resultado en una mengua de las interacciones con la gente en Facebook. En enero de 2017 hubo más de 61.700 interacciones –definidas como 'likes', comentarios y número de veces compartido– en la página de la agencia dedicada al clima. Desde entonces esta cifra se ha desplomado drásticamente, recibiendo un total de tan solo 7.000 interacciones en abril. En abril de 2016, bajo la Administración de Obama, hubo más de 100.000 interacciones.
El blog Earth Right Now de la NASA, para el que escribía Tenenbaum, también ha visto una reducción de actividad, con solo dos posts originales publicados desde la última entrada de Tenenbaum en agosto de 2017. Antes de tomarse una excedencia y posteriormente dimitir, Tenenbaum asegura que se le desaconsejó hablar con los medios y que se le ofreció otro trabajo en la agencia.
La página web y la cuenta de Facebook de la NASA sobre cambio climático siguen destacando claramente sus conclusiones, similares a otras organizaciones científicas: que el mundo se está calentando y que el nivel del mar está creciendo.
Un portavoz de la NASA sostiene que no se ha producido “un cambio de política sobre la forma de divulgar el conocimiento científico al pueblo estadounidense”. “El departamento de comunicación de la NASA no ha recibido ninguna directiva para cambiar cómo comunicamos las investigaciones de la agencia, que incluyen el cambio climático”, añade.
“La frecuencia de entradas en el blog climate.nasa.gov siempre ha variado dependiendo de la disponibilidad del personal y de otros factores, incluidos misiones (lanzamientos, expediciones sobre el terreno, etc)”, señala el portavoz.
Ha habido cierta angustia dentro de la NASA por la aversión de Trump a la ciencia climática –que previamente había calificado de “idiotez” y “fraude” inspirado por China– y el desmantelamiento de los esfuerzos de la Administración para abordar el calentamiento global.
La propuesta de la Casa Blanca de recortar la financiación al trabajo científico de la NASA, que utiliza satélites para medir la temperatura del planeta, los suelos, los incendios forestales y los fenómenos meteorológicos como los huracanes, también es un punto de debate.
Un científico de la agencia, que prefiere no dar su nombre, señala: “Algunos están nerviosos, otros rebeldes y otros siguen trabajando duro y lo aguantan”.
La NASA todavía no ha alcanzado el nivel de polémica que rodea a la Agencia de Protección Ambiental, cuyo director, Scott Pruitt, ha negado hechos clave sobre ciencia climática, ha remodelado comités científicos para incluir a más representantes de la industria y ha supervisado la eliminación de información sobre el cambio climático de su página web para someterla a una “revisión” que ha durado más de un año.
Kate Marvel, científica climatológica de la Universidad de Columbia y del NASA Goddard Institute, afirma que nadie le ha pedido que se calle. “La física no cambia por un cambio de Administración”, señala Marvel. “Mi trabajo es entender cómo funciona el planeta y seguiré haciéndolo”, añade.
Jim Bridenstine, nuevo director de la NASA y antiguo congresista republicano, ha expresado previamente sus dudas sobre la idea generalizada de que el mundo se está calentado a causa de la actividad humana. Pero aparentemente cambió su postura durante un encuentro televisado con trabajadores de la agencia a principios de este mes.
“No niego el consenso, creo absolutamente en el cambio climático y que nosotros, seres humanos, estamos contribuyendo al mismo de una forma significativa”, afirmó Bridenstine, añadiendo que el dióxido de carbono es un gas de efecto invernadero. “Lo estamos soltando a la atmósfera en cantidades nunca vistas. Somos responsables de ello”, añadió.
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