Cuentan 11.600 especies de árboles en la Amazonia



La Amazonia atesora más de 11.600 especies de árboles

Fecha de Publicación
: 19/07/2016
Fuente: El Periódico (España)
País/Región: Internacional


La recopilación más completa sobre árboles de la Amazonia, realizada a partir de bases de datos y colecciones naturalistas atesoradas durante más de dos siglos, ha concluido que el llamado pulmón verde del planeta, la selva más extensa y más biodiversa, acoge un mínimo de 11.676 especies diferentes de al menos 10 centímetros de diámetro de tronco. Muchas ni tienen nombre vernáculo. En los bosques ecuatoriales de América del sur, incluyendo el macizo de las Guayanas, hay más variedad arbórea que en cualquier otra parte del mundo, pero el número exacto había sido un misterio durante mucho tiempo.
La investigación, que se ha publicado en la revista Scientific Reports, la han realizado investigadores de diversos centros brasileños, colombianos, holandeses y suecos, con la coordinación de Hans ter Steege, del Naturalis Biodiversity Center de Leiden (Países Bajos).
La cifra de 11.676 especies es congruente con las 16.000 que el mismo equipo de investigadores había calculado con anterioridad mediante extrapolaciones. Concretamente, entre los años 2010 y 2013 se prospectaron 1.170 parcelas en toda la Amazonia, se contaron el número de especies y la cantidad de pies que había en cada una, y a partir de los datos obtenidos se hizo una estimación para toda la región.
Sea cual sea la cifra exacta, el estudio confirma la riqueza de los bosques amazónicos. Por poner un ejemplo, el número de especies arbóreas autóctonas de España, el país con mayor biodiversidad forestal de Europa, ronda el centenar.
"La estimación del 2013 estaba en buen camino, por lo que las 4.000 que faltan aún no se han descubierto ni descrito”, ha explicado uno de los coautores del estudio, Nigel Pitman, especialista en ecología del Field Museum de Chicago (EEUU). Los científicos explican que las zonas más cercanas a vías de comunicación y a grandes ciudades como Belém y Manaos están profusamente investigadas, pero no otras en parajes más remotos. Si dividimos la Amazonia en una millar de celdas, comentan en el estudio, "hay 11 que no han aportado muestras a ninguna de las colecciones analizadas".
Desde el año 1900, cada año se han descubierto entre 50 y 200 nuevas especies de árboles en la Amazonia, pero el ritmo ha decaído a medida que el inventario aumentaba. De hecho, los autores del trabajo calculan que, al ritmo actual, se tardarán tres siglos en completar el catálogo de todos los árboles amazónicos y hasta es posible que alguna especie se extinga antes de ser descubierta para la ciencia.
Los datos publicados en 'Scientific Reports' proceden de miles de campañas naturalistas realizadas entre 1705 y el 2015, aunque destaca particularmente la década comprendida entre 1975 y 1985, cuando se catalogaron por primera vez centenares de especies. En cualquier caso, si ha sido posible acceder a ellos es gracias al proceso de digitalización emprendido en las dos últimas décadas por museos y colecciones privadas de todo el mundo, asume Pitman. "No podríamos haber hecho este estudio sin la ayuda de la digitalización", dice.
De forma sorprendente, el estudio publicado en el 2013 observó que las 227 especies arbóreas más habituales en la Amazonia representaban más de la mitad del total de pies. No es que estas especies hiperdominantes fueran habituales en muchas parcelas, sino que eran muy abundantes, incluso claramente dominantes, en unos ecosistemas concretos. En cabeza figuraban especies de amplio uso entre las comunidades locales, particularmente palmeras como 'Euterpe precatoria', 'Iriartea deltoidea' y 'Oenocarpus bataua', por lo que los autores se preguntan si detrás de este fenómeno está la mano del hombre, que habría modificado la diversidad amazónica favoreciendo algunas especies. Al mismo tiempo, no obstante, se estimó que una buena parte de las especies, más de 6.000 del total de 16.000, estaban representadas por menos de 1.000 individuos, es decir, eran muy vulnerables a las afectaciones del medio.
Pitman admite que la nueva lista no es completa, pero sí es un primer paso para conocer la biodiversidad arbórea de la cuenca del Amazonas. “No aspirábamos a tenerlos todos”, dice. Puede que alguna de las 4.000 especies que supuestamente aún no se han catalogado estén en algún archivo de un pequeño museo, pero también es posible que se necesiten nuevas expediciones científicas a parajes recónditos. Incluso es posible que algunos árboles recopilados el siglo pasado igual ya no existan en el medio natural.
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