Advierten la necesidad de proteger bosques submarinos



España posee una 'selva tropical' bajo el agua, y el 98 % está desprotegida

Fecha de Publicación
: 05/07/2016
Fuente: La Vaguardia (España)
País/Región: España


Amanece en los acantilados volcánicos de cabo de Gata cuando el barco solar de la organización WWF avanza mar adentro hacia la zona este del parque natural, bajo cuyas aguas yacen cañones submarinos y surcos erosivos equiparables, por su riqueza en biodiversidad, a las selvas tropicales.
Oscar Esparza, portavoz del programa marino de WWF, explica a la tripulación que el 8,5 % de las aguas españolas cuenta con alguna figura de protección, pero la mayor parte de esa superficie está compuesta por este biólogo marino llama "reservas de papel": preservadas por ley pero sin un plan de gestión que la garantice su conservación.
España lleva "atrasados" sus deberes para cumplir el compromiso asumido en el Convenio de Biodiversidad Biológica -proteger el 10 % de sus mares de manera efectiva en 2020-, ya que menos del 2 % de ese 8,5 % que cuenta con una figura legal de conservación tiene la planificación que requiere la misma.
En la lista de lo que el Gobierno aspira a proteger en estos momentos están la reserva marina de El Cachucho, en el Cantábrico; los cañones submarinos de Avilés, frente a la costa asturiana; el banco de Galicia; los volcanes de fango del golfo de Cádiz, el espacio marino de Alborán, frente a la costa de Granada y Almería; o las montañas submarinas Seco de los Olivos, frente a Almería.
Lo integran también el espacio marino del oriente y sur de Lanzarote y Fuerteventura; el Banco de la Concepción, al noroeste de Lanzarote; algunas zonas de la costa murciana; el canal de Menorca; las islas Columbretes, en la costa de la Comunitat Valenciana, y los cañones submarinos del golfo de León, frente a la costa norte de Cataluña.
El recién relatado listado tiene, a juicio de Esparza, una "gran asignatura pendiente", las zonas de profundidad en las que se elevan toda una suerte de montañas, cañones y conos volcánicos, que al igual que en la superficie, cobijan las mayores tasas de riqueza natural o lo que el biólogo denomina "reservorios de biodiversidad".
"Estas elevaciones submarinas se encuentran a profundidades de entre 200 y 3.000 metros, a veces llegan a sobresalir a la superficie, y en torno a ellas se desarrollan ecosistemas espectaculares y diversos. Sus paredes rocosas albergan una grandísima variedad de organismos, algunos muy frágiles como corales, esponjas y gorgonias", explica.
Por eso, WWF pide a las administraciones españolas que no dejen los océanos "cojos" de protección y vayan más allá, extendiendo la protección marina a un 20 % de las aguas en 2020, para lo que figuras de conservación y planes de gestión parar un número de elevaciones submarinas de cuyos valores naturales "hay conocimiento suficiente como para actuar".
Las asignaturas pendientes para llegar a ese 20 % son el cabo Bretón, frente a la costa de País Vasco y Cantabria; el cabo del Ajo, en País Vasco; el cañón de Santander; el cañón de Palamós, en Girona; las montañas submarinas del canal de Mallorca; el seco de Palos, en Murcia; los conos volcánicos y escarpes del mar de Alborán; el banco Eco, al sur de las Canarias, y dos santuarios de cetáceos al este y sur de Lanzarote y Fuerteventura.
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