La biodiversidad como vía para salir de la pobreza



Biodiversidad para erradicar la pobreza en Latinoamérica

Fecha de Publicación
: 15/03/2017
Fuente: DW
País/Región: Latinoamérica


Cientos de asistentes participaron esta semana en Bonn en la quinta sesión plenaria de la IPBES. Varios expertos creen que una gestión eficaz de la biodiversidad es vital para erradicar la pobreza en América Latina.
El uso sustentable de los bosques, la pérdida de especies, la gestión del agua, el crecimiento de las ciudades, el deshielo de los glaciares debido al cambio climático, la presión de los humedales, así como la gran diversidad de la región son algunos de los retos que debe afrontar América Latina en materia de biodiversidad, puntualizó Diego Pacheco, representante del GRULAC (Grupo Regional de América Latina y el Caribe) y viceministro de Planificación y Coordinación de Bolivia, en el marco de la quinta sesión plenaria de la Plataforma Intergubernamental en Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES, por sus siglas en inglés) que se llevó a cabo esta semana en Bonn (Alemania).
“Hay que lograr resolver la pobreza pero avanzar en la protección de la biodiversidad y generar modelos productivos que sean sustentables en el tiempo” consideró Pacheco recordando que hay “una fuerte presión de los recursos naturales”. 
Se trata de una visión compartida por José Rafael Almonte, asesor del viceministerio de Áreas Protegidas y Biodiversidad de la República Dominicana. “La biodiversidad es un medio importante para combatir la pobreza” en el caso de su país “que tiene limitaciones económicas importantes”. “El PIB sigue creciendo pero los niveles de deuda social y las necesidades humanas satisfechas son muy altas”, añadió.  
Ambos expertos participaron durante esta semana en la quinta sesión plenaria de la IPBES, un organismo intergubernamental independiente que tiene como objetivo elaborar información científica sobre el estado de la biodiversidad mundial y de los servicios eco sistémicos que proporciona a la sociedad que sirvan de apoyo para la toma de decisiones políticas en materia de conservación y uso sustentable de la biodiversidad. “Políticos y científicos nos sentamos para aprender de todos, para dar opciones de cómo podemos entender los beneficios de la naturaleza hacia la sociedad”, aclaró  Ana María Hernández, jefa de la Oficina Política y Asuntos Internacionales del Instituto Alexander von Humboldt de Colombia.
Considerada como el equivalente del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) en materia de biodiversidad, la plataforma estableció un plan de trabajo para los años 2014-2018 en el que se acordó la elaboración de varios documentos entre los que se encuentran la creación de herramientas, evaluaciones temáticas, cinco evaluaciones regionales (Américas, Europa, Asia, África y Oceanía) y una evaluación global.
El primer trabajo: ‘Evaluación de los polinizadores, polinización y  la producción de alimentos’ ya está siendo tomada en consideración por la FAO, según apuntó Hesiquio Benítez, director general de Cooperación Internacional e Implementación de de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad de México. No obstante, “hay tres evaluaciones que tendrían que terminarse en 2018: uso sustentable de la diversidad biológica, especies exóticas y valoración de la biodiversidad de manera multidimensional, no sólo desde el punto de vista monetario ya que de ahí dependen las comunidades locales e indígenas”.

¿Quien paga, manda?
El hecho que todavía no se haya empezado a trabajar en dichos informes ha provocado un  “desencanto general en el conjunto de los países del GRULAC”, manifestó Pacheco. “La expectativa del trabajo de la plataforma no corresponde con las posibilidades reales de promover las propuestas que están en el plan del trabajo. Hay una preocupación grande porque se prioriza las evaluaciones de un grupo de países que contribuyen con recursos de financiación para la promoción de “su” interés y no del conjunto”, lamentó.
En este sentido, José Luis Echevarría, director de la Oficina Nacional Biodiversidad (Consejo Nacional de Áreas Protegidas) de Guatemala, apuntó que los principales beneficiarios de la evaluación de los polinizadores son Europa y Estados Unidos y criticó el hecho que dicho informe “es un estudio sobre abejas, no se menciona a los murciélagos. En Guatemala tenemos más de 100 especies de murciélagos más que en Europa”.
Aunque Almonte consideró que tal información es de utilidad para toda la comunidad, Pacheco recordó que desde el GRULAC se está promoviendo que se lleve a cabo la evaluación sobre el uso sostenible de la diversidad biológica, así como del resto de evaluaciones que son de vital importancia para la región. “Para nosotros, los países en vías de desarrollo y con alta biodiversidad, el de especies exóticas es muy relevante. En Guatemala, el 80 por ciento de los peces para pescarse son exóticos, pero pueden ser tóxicos”, aseguró Echevarría.
La plataforma se mantiene gracias a las aportaciones económicas voluntarias que realizan un cierto número de países. No obstante, éstas no son suficientes para llevar a cabo todas las acciones previstas. “El escaso dinero ha ido a los productos que se consideran una prioridad para los países que más aportan”, lamentó el asesor del viceministerio de Áreas Protegidas y Biodiversidad de la República Dominicana, quien solicitó que en el futuro las evaluaciones “no estén atadas a productos, sino que obedezcan a las expectativas y necesidades de todos los miembros de la plataforma”.

Aporte latino
A pesar de que los recursos económicos limitados de la región impiden que ésta pueda contribuir al organismo, América Latina “ha manifestado su apoyo abierto y decidido en el marco de su propia particularidad”, puntualizó Almonte.  De esta manera, la aportación de la región pasa por recursos técnicos y expertos de países como México, Brasil, Argentina y Colombia, entre otros. En el caso de México, Benítez detalló que hay 25 científicos mexicanos en el Panel de Expertos Multidisciplinarios y recordó el hospedaje de la Conferencia de sobre Biodiversidad de Naciones Unidas (COP13), el pasado mes de diciembre en Cancún.
Por otro lado, el experto mexicano también destacó “el aporte de Bolivia en el fomento y reconocimiento del conocimiento tradicional desde el inicio”. Un hecho del que se ha congratulado Onel Masadurle, director ejecutivo de la Fundación para la promoción del conocimiento indígena. “Se van a tomar en cuenta a los expertos indígenas (los sabios), es un avance teniendo en cuenta que esto es un espacio científico”, recordó.
Para Ana María Hernández, “la región está aportando no solo en experiencia y conocimiento” sino con auspicios. En este sentido, subrayó que en el caso de Colombia, el país hospeda la sede de la Unidad de Soporte Técnico de la evaluación de las Américas.
Aunque todavía habrá que esperar hasta el próximo año para conocer los detalles del estado de la biodiversidad del continente, Pacheco avanzó que se han hecho progresos tras un primer borrador. “Era muy precario, no se detallaban los problemas socio-ecológicos. Tenía una visión muy simplista”, consideró. 
El informe, que empezó a elaborarse el año pasado, cuenta con un segundo borrador en marcha que debe ser comentado por los gobiernos durante este año y aprobarse en la próxima sesión plenaria que también albergará Colombia, concretamente en Medellín en marzo de 2018. Las evaluaciones regionales servirán de apoyo para elaborar la evaluación mundial, que está prevista que se inicie el próximo año. Aunque “las evaluaciones regionales son muy importantes, también es que la evaluación mundial esté lista para 2019 porque en 2020 termina el Convenio sobre la Diversidad Biológica”, concluyó Benítez.
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