Los puntos de inflexión climáticos a punto de ser rotos

 


Emergencia planetaria al rebasar 5 puntos de inflexión del cambio climático

Fecha de Publicación
: 23/09/2025
Fuente: Portal Contralinea
País/Región: Internacional


La humanidad habría sido incapaz de frenar el cambio climático antes de cruzar los puntos de inflexión: de acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial, en 2023 el calentamiento global ascendió a 1.45ºC por encima de los niveles preindustriales; en 2024, alcanzó 1.5ºC; en enero de 2025, 1.75°C; y estima que hacia 2029 se alcanzará 1.9ºC. Por ello, existe un consenso científico mundial acerca de que estaríamos en riesgo de haber cruzado cinco de los 16 puntos de no retorno: la muerte de los arrecifes de coral de baja latitud; el colapso de la capa de hielo de Groenlandia; el colapso de la capa de hielo del Oeste de la Antártida; y la pérdida de glaciares de montaña. Mientras que el quinto podría ser la descongelación abrupta del permafrost boreal, o la pérdida abrupta del hielo del mar de Barents. En entrevista, la doctora Ornela de Gasperin Quintero –experta mexicana en el estudio del cambio climático– advierte que cuando se cruza un punto de inflexión es muy probable que ocurra un efecto dominó respecto del resto: “por ejemplo, cruzar el punto de deshielo de Groenlandia hace que crucemos el punto de quiebre del AMOC, lo que sería realmente catastrófico”. Agrega que entre 2014 y 2024 hubo una aceleración del calentamiento global a .26ºC por década, proceso que los científicos climáticos aún no pueden explicar, “pero que nos hace pensar que hemos estado subestimando los riesgos y que estamos en mayor estado de emergencia planetaria de lo que pensábamos”
La emergencia planetaria por el cambio climático es inminente. En los últimos dos años se alcanzó el límite de 1.5ºC de calentamiento global por encima de los niveles preindustriales, que permitiría que –al dar marcha atrás a las actividades humanas que degradan al planeta– se restauraran los puntos de inflexión del cambio climático. Ante ese escenario, existe un consenso científico más o menos extendido de que la humanidad ya habría cruzado cuatro o cinco de los 16 puntos de no retorno, explica a Contralínea la científica mexicana Ornela de Gasperin Quintero.
De acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial, en 2023 el calentamiento global ascendió a 1.45ºC por encima de los niveles preindustriales; en 2024, alcanzó 1.5ºC; y en enero de 2025, 1.75ºC. Más aún, en su informe WMO Global Annual to Decadal Climate Update (2025-2029) –publicado en mayo pasado–, estimó que hacia 2029 el calentamiento global alcanzará 1.9ºC.
Lo anterior es muy importante, porque en la ciencia se ha determinado un rango de temperatura a partir del cual se cruzan los puntos de no retorno, expone la investigadora Ornela de Gasperin, integrante del Laboratorio Nacional CONAHCyT de Biología del Cambio Climático y miembro de Scientist Rebellion y Rebelión Científica México.
Ello significa que la humanidad habría sido incapaz de frenar el cambio climático, por lo que ya se habrían cruzado cinco de los 16 puntos de no retorno. De acuerdo con la científica De Gasperin, se trata de: el colapso de la capa de hielo de Groenlandia (estimado central: 1.5°C, en riesgo de cruzarlo a partir de 0.8ºC); el colapso de la capa de hielo del Oeste de la Antártida (límite inferior a 1ºC); la muerte de los arrecifes de coral de baja latitud (límite inferior a 1ºC), y la pérdida de glaciares de montaña (límite inferior a 0.8ºC).
A éstos, se suma el riesgo de haber cruzado uno más, el quinto, que podría ser la descongelación abrupta del permafrost boreal (con un estimado central de 2ºC, y un rango de incertidumbre de 1.5-3ºC), o la pérdida abrupta del hielo del mar de Barents (con un estimado central de 1.6ºC, y rango de incertidumbre 1.5-1.7ºC).
La también investigadora del Inecol alerta que al cruzar dichos puntos no hay un colapso inmediato que sea perceptible: “la situación es que no pasa nada drástico en el momento en que cruzas el punto de no retorno. Lo que pasa es que, a partir de ese punto, la transformación de ese sistema es infrenable e irreversible en escalas humanas. Si cruzamos el punto de no retorno de la capa de hielo de Groenlandia, Groenlandia entera se va a derretir tarde o temprano. Eso lleva a que los niveles del mar suban 7 metros.
“Estamos en riesgo de haber cruzado el punto de no retorno de la capa de hielo de Groenlandia, de la capa del oeste de la Antártida, de los arrecifes de coral de baja latitud, y de otros […]. Entre más calentamos el planeta, más probable y eventualmente seguro vamos a cruzar algunos, lo cual puede llevar a un efecto dominó en donde, por ejemplo, cruzar el punto de hielo de Groenlandia hace que crucemos el punto de quiebre del AMOC. Hablamos del AMOC, que eso sería realmente catastrófico”, indica la bióloga por la UNAM y doctora en zoología por la Universidad de Cambridge.
Como se sabe, el AMOC es el sistema de circulación meridional de vuelco del Atlántico, que se integra por las corrientes oceánicas en el Atlántico, y mueve el agua cálida del sur al norte, y el agua fría del norte al sur, lo que contribuye a regular el clima global.
Las consecuencias de haber cruzado cinco puntos de inflexión del cambio climático serán devastadoras: “lugares como Escocia y Noruega ya no serían habitables porque la temperatura sería muchísimo más fría. Y las lluvias que están en los trópicos irían al sur geográfico. En fin, realmente deberíamos hacer todo lo posible para no cruzar esos puntos de no retorno”, indica la doctora De Gasperin.
Y aunque no existe una expresión inmediata y drástica tras cruzar esos puntos de no retorno, los niveles del calentamiento global actuales sí están asociados a las catástrofes que se viven cada vez de forma más cotidiana: huracanes más intensos y más frecuentes; tornados; lluvias atípicas que provocan graves inundaciones; cambio de la temporalidad de las estaciones del año; sequías extendidas, etcétera.
“Los científicos estamos con pánico realmente de lo que estamos viendo en tiempo real en términos de catástrofes ambientales y también de las proyecciones que vemos. Tenemos un consenso muy robusto sobre que tenemos que salirnos de esta trayectoria. El año pasado, en 2024, la Organización de las Naciones Unidas dijo que deberíamos reducir la contaminación en 42 por ciento para 2030, y en 57 por ciento para 2035 para poder quedarnos en este límite de 1.5ºC”, indica.
La doctora De Gasperin Quintero advierte que 1.5ºC de calentamiento global por encima de los niveles preindustriales “es un límite realmente biofísico”. “Las probabilidades de cruzar estos puntos de no retorno, como el derretimiento completo de las capas de hielo o el colapso de la circulación oceánica AMOC, se vuelven demasiado elevadas a partir de 1.5ºC, y no queremos cruzarlos”.

Sistema económico irracional
Lo que nos está llevando a este colapso planetario “es un sistema económico irracional, que sigue expandiendo no nada más la aviación, sino todas las industrias nocivas que realmente no le dan valor a la mayor parte de la sociedad, que contaminan muchísimo y que sólo benefician a una micro élite. Eso es totalmente irracional”, explica la científica.
Como ejemplo del nivel de irracionalidad del sistema económico, recuerda que “durante la pandemia, más de 10 mil aviones volaron vacíos en la Unión Europea porque la ley los obligaba a seguir con sus rutas. Entonces, se estuvo quemando combustible en la pandemia por ‘dogma económico’, básicamente”.
Por ello, señala que es urgente que, al menos, se prohíban todos los vuelos privados en todo el orbe, para dejar de contaminar tanto. “La mayor parte de los vuelos privados acaban yendo a ciertas reuniones, por ejemplo, en el Mundial [de futbol soccer] llegan muchísimos vuelos privados. En 2022, en el mundial de futbol se estima que llegaron cerca de 1 mil 800 aviones privados. Y lo que es sumamente hipócrita, yo diría, es la conferencia de las partes, que es esta conferencia donde se reúnen los presidentes, empresarios de todo el mundo una vez por año para hablar sobre cómo se va atacar la crisis climática: ahí llegaron a la COP28, que fue hace 2 años, 180 vuelos privados. Y al World Economic Forum llegaron 280 vuelos privados. Entonces, la aviación privada realmente, en mi opinión, debería estar prohibida”.
Al respecto, puntualiza que “no hay razón alguna para que una persona pueda contaminar en una hora lo que la mitad de la población humana, cada una de esas personas, contamina en todo un año. Y es totalmente irracional que esto es parte del sistema económico en el que estamos, que quiere seguir haciendo crecer toda industria que contribuye al crecimiento económico. Entonces, en el mundo entero hay 15 megaproyectos de aeropuertos en construcción hoy en día, y estamos ya en una situación de emergencia planetaria muy preocupante”.

Los puntos de inflexión
Desde 2022, el estudio Exceeding 1.5°C global warming could trigger multiple climate tipping points –publicado en la revista Science por los científicos David I. Armstrong McKay, Arie Staal, Jesse F. Abrams, Ricarda Winkelmann, Boris Sakschewski, Sina Loriani, Ingo Fetzer, Sarah E. Cornell, Johan Rockström, Timothy M. Lenton– alertó la posibilidad de que ya se hubieran cruzado cinco puntos de inflexión que llevarían a la catástrofe global, pero en ese entonces no se llegó a un consenso científico.
En septiembre de ese año, Groenlandia registró temperaturas superiores a los 20ºC, al igual que el resto del círculo polar Ártico, y se calculó que en esa región las temperaturas subieron cuatro veces más rápido que en el resto del planeta.
“Cruzar cualquier punto de no retorno tiene implicaciones humanas terribles. No es nada más –aunque también tiene relevancia– la muerte de todas estas especies, sino que para nosotros es realmente muy riesgoso”, detalla la experta mexicana en el estudio del cambio climático, en clara referencia a los riesgos de perder la vida por las consecuencias del calentamiento global.
Al preguntarle si en esta emergencia planetaria que avanza en tiempo real se ha observado algún cambio particular en los últimos meses, del que derive algún tipo de información científica mucho más alarmante respecto de los puntos de no retorno, la doctora Ornela de Gasperin responde: “pues más que en estos últimos meses, yo diría que los últimos dos años”.
Al respecto, detalla que en “las décadas previas a 2014 se estaba contaminando y se estaba elevando la temperatura promedio en .18ºC por década; pero entre 2014 y 2024 hubo una aceleración del calentamiento global a .26ºC por década. Eso es algo que los científicos climáticos aún no pueden explicar bien por qué se dio ese proceso de aceleración, pero eso nos hace pensar que hemos estado subestimando los riesgos y que estamos en mayor estado de emergencia planetaria del que pensábamos”.
Sobre los 16 puntos de no retorno, reitera que “estamos en riesgo de haber cruzado por lo menos unos cinco. Entre más calentamos la atmósfera, más probable es cruzarlos. Y si nos mantenemos en la trayectoria en la que estamos, que según el IPCC –que es el Panel Intergubernamental de Expertos de Cambio Climático, un consenso escrito por más o menos 700 científicos de todo el mundo–, vamos a un calentamiento de 3.2ºC para finales de siglo.
Con 3.2ºC es virtualmente certero cruzar por lo menos cinco de esos puntos de no retorno o puntos de quiebre. Y yo no me puedo imaginar que nos podamos adaptar como especie a los cambios que eso llevaría”.
La doctora De Gasperin –quien trabaja con experimentos y modelos científicos para determinar las consecuencias del cambio climático, y los rangos de temperatura del calentamiento global– expone que entre esos cambios que sufrirá el planeta se pueden identificar: “la elevación en los niveles del mar, que sometería a millones de personas, o miles de millones de personas según la escala de tiempo a situación de migración, a cambios muy drásticos en precipitación y en temperatura; [así como] eventos climáticos cada vez más extremos. Entonces, realmente lo que deberíamos estar haciendo es todo lo posible para salirnos de esta trayectoria suicida o asesina, si vemos que es el sistema económico quien lo está generando y sobre todo la micro élite”.
Agrega que “el cambio climático es una catástrofe humanitaria ya. Hoy en día se estima que entre 20 millones y 30 millones de personas migran por año, como resultado directo de la crisis climática. Y hoy en día hay mil millones de personas más expuestas a la aridez, que las que había en el año 1990. Y los eventos climáticos extremos se han duplicado. En el año 2024 hubo el doble de eventos climáticos extremos, como sequías e inundaciones que hasta el 2020. Entonces, realmente cuando hablamos de cambio climático tenemos que tener en mente que esta es una crisis humanitaria”.
Sobre la aceleración del calentamiento global, la científica mexicana indica que entre las hipótesis que la comunidad científica está planteando es que “los ecosistemas que solían ser nuestros aliados capturando contaminación y manteniendo el calentamiento global no tan elevado, digamos, como que están fallando ya. Ya no pueden tomar más dióxido de carbono y, entonces, en lugar de que sean nuestros amigos, se están volviendo nuestros enemigos. Y eso es realmente preocupante si perdemos la resiliencia del planeta. Esa es una de las razones que pueden explicar ese proceso de aceleración, [aunque] hay otras”.
Asimismo, Ornela de Gasperin declara: “es realmente para mí muy estresante ver a los científicos que lideran la investigación de cambio climático, directores de institutos como el [Instituto] Potsdam para la Investigación del Cambio Climático diciendo: ‘tenemos que ser honestos, no sabemos qué está pasando, pero deberíamos estar en emergencia y reduciendo emisiones porque, sea lo que sea, queremos reducir los riesgos que son excesivamente elevados para absolutamente todas las personas vivas y para todas las personas que pudieran llegar a nacer”.
La científica aclara que “cruzar un punto de no retorno es de un sistema muy grande, como una capa de hielo que lleva a que se auto derrita, eventualmente; mientras que estos ecosistemas que nos ayudan [a capturar contaminación] son selvas, que también tienen puntos de no retorno. Entonces, por ejemplo, la selva amazónica tiene un punto de no retorno a partir del cual se va a autogenerar en una sabana, y no hay nada que podamos hacer. Si cruzamos el punto de no retorno de la selva amazónica, eventualmente ya no va a haber selva amazónica. Y es realmente muy terrorífico: aunque dejemos de contaminar, aunque tuviéramos manera de jalar todo ese dióxido de carbono que estamos o que estas industrias están metiendo a la atmósfera, aunque pudiéramos recuperarlo y guardarlo, si se cruzó ese punto, ya no se puede hacer nada para frenar ese proceso”.
Consultada por Contralínea acerca de qué tanto influyen en este proceso de degradación planetaria –que ya es una emergencia– las campañas falsas de borrar nuestra huella de carbono, o de que si separamos la basura en nuestros hogares estamos contribuyendo a frenar el cambio climático, cuando en realidad estamos yendo hacia la catástrofe, la doctora Ornela de Gasperin señala que “muchísimo”. “Pienso que eso ha estado manufacturado por las industrias más nocivas. Por ejemplo, las industrias como British Petroleum y Exxon, pagaron 3.6 mil millones de dólares en anuncios publicitarios para meter duda sobre el cambio climático, y para hablar de soluciones falsas como pagar tu huella de carbono, justamente. Y para mí hay aspectos importantes: uno es el hecho de que meten abiertamente dudas, y otro es qué tanto se mencionan estos temas”.
Al respecto, refiere que una de sus estudiantes de maestría está evaluando los medios de comunicación mexicanos y qué tan frecuentemente hablan del cambio climático, “y menos del 2 por ciento de los artículos de periódicos mencionan el cambio climático. Y creo que es entendible que nosotros esperemos que si hay algo que es realmente una emergencia que nos va a afectar, que nos van a estar bombardeando con información de esa emergencia, como pasó con la pandemia. Y ese no es el caso”.
Acusa, además, que cuando se llegan a abordar estos temas, ni siquiera se elijen los asuntos “correctos, ni con el tono correcto, ni con la frecuencia correcta. Y lo último para mí es también de qué manera lo hablan los pocos artículos que lo hablan y justamente es con esta idea de que tenemos que reciclar, que plantar unos árboles para ayudar, pero nunca mezclan cambio climático con soluciones que son realmente grandes o reales, como un impuesto a la micro élite para que no tengan aviones, como prohibición de aviones privados, como control de precio de rentas para que no se tenga que construir más infraestructura y la gente tenga acceso a vivienda, por ejemplo, sin necesidad de trabajar para un aeropuerto. Entonces, realmente estas soluciones no las están hablando de esta manera, nos hablan de energía renovable. No nos están hablando de para qué se usa esa energía. Yo no veo punto alguno en que se pongan paneles solares sobre tiendas de ropa, de moda rápida o sobre aeropuertos; deberían estar sobre hospitales, por ejemplo”.
Acerca de la energía, señala que no se explica cómo se está consumiendo o produciendo, que es el tema central. “Deberíamos dejar de contaminar en estas industrias que no sirven de nada, como el plástico desechable, como la moda rápida, como la producción de yates y aviones privados. Eso realmente yo no lo veo como una discusión en casi ningún medio”.

Contaminación por aviación
En la entrevista, la doctora Ornela de Gasperin Quintero advierte que “la aviación privada es realmente lo más horrible que hay. Una sola hora de vuelo privado contamina más que lo que 4 mil millones de personas, cada una de esas personas, en todo un año. Es un nivel de desigualdad impresionante. Casi todos los aviones privados están matriculados en Estados Unidos, es el 70 por ciento, y nada más en promedio un vuelo privado contamina más de lo que las personas promedio en 120 países. O sea, una persona promedio en México contamina menos [en un año] que un vuelo privado promedio. Y una persona promedio en Brasil, contamina menos en un año que un vuelo privado promedio”.
Agrega que, en total, la aviación ha generado entre 3 y 4 por ciento de las emisiones globales, pero el 80 por ciento de la humanidad jamás ha tomado un vuelo. Y cada año se estima que menos del 5 por ciento de las personas del mundo toman un vuelo internacional.
Otro dato que aporta es que “sólo el 1 por ciento de la población mundial genera la mitad de la contaminación por la aviación. Entonces, realmente es un sistema de transporte sumamente desigual: casi nadie toma vuelos y muy pocas personas contaminan muchísimo. Y la escala de contaminación es impresionante: un vuelo en clase turista que va de México a París contamina más o menos 1.5 toneladas de dióxido de carbono, eso es más de lo que contamina una de cada dos personas en el mundo en todo un año”.
En términos del futuro de la aviación, la doctora De Gasperin Quintero apunta que “una de las maneras más rápidas de cortar emisiones es dejar de tener tantos aviones en el aire, sobre todo privados. Y no quiere decir que nadie jamás vuele: es muy distinto, en mi opinión, si una persona tiene su familia en otro continente, a si alguien va de compras a Las Vegas, por un fin de semana. Hay situaciones más comprensibles para tomar un vuelo, pero creo que realmente deberíamos estar reduciendo la aviación como situación de emergencia en la que estamos”.

Los puntos de inflexión o no retorno que habríamos cruzado
- El colapso de la capa de hielo de Groenlandia
- El colapso de la capa de hielo del Oeste de la Antártida
- La muerte de los arrecifes de coral de baja latitud
- La pérdida de glaciares de montaña
- La descongelación abrupta del permafrost boreal
- La pérdida abrupta del hielo del mar de Barents
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