Cuantifican la pérdida de biodiversidad por el Tren Maya

 


Tren Maya es una barrera para el libre movimiento de la fauna: investigadores

Fecha de Publicación
: 12/06/2021
Fuente: Chiapas Paralelo
País/Región: México


El Tren Maya es un proyecto planteado por el Estado que apuesta a una mejora en la calidad de vida de personas, cuidado del medio ambiente y un desarrollo sustentable en los estados del sureste mexicano: Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
Jorge Benítez, Coral Pacheco, Griselda Escalona, Gilberto Pozo, Shelley Alexander, María Sánchez, y Rigoalberto Calam, investigadores* dieron a conocer que, el proyecto Tren Maya, con un aproximado de mil 600 kilómetros (km) de longitud, constituirá una nueva barrera para el libre movimiento de la fauna.
Aunado a ello, causará el incremento de visitantes, inmigración, e impulsará a la ganadería y la agroindustria, con el consecuente crecimiento de la red carretera, tráfico vehicular y reducción de hábitats.
Señalaron que, los estados del sureste mexicano constituyen una región de alta diversidad donde ocurren cerca del 45 % de las especies de mamíferos del país, 50 % de aves y alrededor del 12 % de anfibios y reptiles.
Para salvaguardar dicha riqueza, en los últimos 40 años, cerca del 24 % de esta región ha pasado a formar parte del sistema de áreas naturales protegidas (ANP), pero en estos paisajes de alta biodiversidad se entrelazan cerca de 20 mil km de vías de comunicación terrestre, comunican alrededor de 6 millones de personas, distribuidas en cerca de 200 localidades urbanas y 8 500 rurales, y facilitan el tránsito a poco más de 17 millones de turistas por año.

Pérdida de hábitat directa
Los impactos que causa la infraestructura vial actual sobre la fauna silvestre han sido documentados por los investigadores, y se han concentrado en cuatro grupos principales: eliminación de hábitat, efecto de barrera, disminución de la calidad del hábitat y efecto de atracción-dispersión.
Al considerar el ancho de la red de vialidades, mencionaron que la pérdida de hábitat directa es de cerca de 25 mil hectáreas (ha) para el caso de carreteras, caminos y veredas, mientras que para los ferrocarriles es de 198 ha.
De la superficie afectada, 77 por ciento corresponde a selvas húmedas y subhúmedas, 15 % a selvas secas, 7 % a humedales y 1 por ciento a sabanas. En términos de área total, el estado más afectado es Yucatán con 8 165 ha.
Por ello, explicaron que el sistema de ANP del sureste mexicano comenzó a constituirse en la década de 1980 y se consolidó en la de 1990, cuando ya estaba establecida toda la red de carreteras y vías férreas actuales, por lo tanto, la pérdida directa de hábitat dentro de estas hasta el año 2015 ha sido mínima.
Respecto a la pérdida directa de hábitat esperada por el proyecto Tren Maya, al corte del 1 de enero de 2021, se encuentra en construcción la fase 1 que corresponde a 631 km, que van de Palenque, Chiapas a Izamal, Yucatán.
Para este tramo, donde ya existe una vía férrea, el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) solicitó a la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) la autorización de cambio de uso del suelo en una superficie de 800.95 ha, de un total de 2 668.26 ha de superficie que requiere el proyecto.
En específico, para la fase 1 solicitó un derecho de vía de 40 metros (m) y el ancho del corredor donde se eliminará la vegetación de al menos 30 m, si estos valores se repiten para el resto de los tramos del tren, donde la vegetación está mejor conservada, el hábitat eliminado será de al menos 3 mil ha, haciendo un total aproximado de 3 600 ha.
Dicha deforestación representará el 15 % de todo lo perdido por las vías de comunicación terrestres para el sureste en los últimos 200 años, subrayando el hecho de que el Tren Maya se planea realizar en solo cuatro años, expusieron los investigadores.
Señalaron que, el resolutivo de la fase I del tren no autorizó ningún cambio de uso del suelo en áreas donde dichos cambios no fueran congruentes con el plan de manejo de las ANP que atraviesa el proyecto, sin embargo, el documento no clarifica si existirán superficies afectadas en áreas cuyas categorías de manejo sí lo permitan.
Independiente de la falta de información, aseguraron que el Tren Maya tendrá una repercusión ambiental mayor que la causada por la red de carreteras de la región, aun cuando parte del proyecto se construirá sobre vías férreas existentes.
Bajo el enfoque de un estudio de impacto ambiental, dicho efecto será de carácter negativo, de tipo directo, con una magnitud alta, una duración y frecuencia de corto plazo debido a que la superficie que afectará de forma irreversible representa el 15 % de lo que se ha perdido por carreteras en dos siglos.

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