La Amazonia y el destino del mundo

La Amazonia y el destino del mundo

Fecha de Publicación: 03/06/2008
Fuente: La Voz del Interior (Argentina)
País/Región: Brasil - Internacional



La defensa de la soberanía brasileña sobre la Amazonia que hizo Lula da Silva merece el apoyo de todos los pueblos latinoamericanos y de la opinión pública internacional.
En una histórica decisión, el gobierno del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció que impondrá limitaciones legales y severos controles a la compra de grandes extensiones de tierra por parte de extranjeros en la Amazonia y áreas rurales de esa nación. La medida fue adoptada ante el creciente interés demostrado por inversores de varios países por adquirir propiedades brasileñas para producir biocombustibles y alimentos.
"No se trata de una cuestión de xenofobia sino de soberanía, debido a que aumentó la demanda de tierras por parte de personas físicas y jurídicas", aclaró el titular del Instituto de Colonización Agrícola y Reforma Agraria (Incra).
En la Amazonia se encuentra 55 por ciento de las propiedades extranjeras en Brasil, con 3,1 millones de hectáreas, extensión que podría ser todavía mayor si se cuentan las tierras adquiridas desde el exterior a través de testaferros locales.
Por su parte, el fiscal general de Brasil dijo que las restricciones son necesarias para resguardar la soberanía del país y señaló que la mayor parte de los países de Occidente tiene una legislación restrictiva para la compraventa de tierras para evitar, precisamente, la "extranjerización" de la economía.
El presidente Lula da Silva había dicho hace una semana que el mundo debe entender de una vez que "la Amazonia brasileña tiene dueños, que son el pueblo brasileño, los indios, los pescadores, los trabajadores del caucho, y que esos dueños tienen conciencia ambiental". Como puede advertirse, en esta breve frase está condensada toda una política, una visión de las cosas que incluye no sólo a la tierra o la selva sino también al pueblo, las etnias, lo trabajadores y el ambiente.
Porque uno de los riesgos que acarrearía la extranjerización de la Amazonia es la depredación constante del medio natural, como lo vienen señalando desde hace tiempo organizaciones ambientalistas de Brasil y del resto del mundo y lo han señalado con claridad las Naciones Unidas. Como se sabe, los desmontes en gran escala y los cultivos intensivos pueden causar daños irreparables que afectarán a las generaciones futuras.
Pero el asunto es más complejo de lo que parece, porque las inversiones privadas no son unidireccionales, no van siempre para el mismo lado. Y así como hay algunas que pretenden un desmonte salvaje, hay otras que, por el contrario, quieren salvaguardar la selva. El gobierno británico se ubicaría en esta segunda posición, ya que el primer ministro Gordon Brown está alentando a empresas europeas a que compren tierras en la Amazonia para evitar la destrucción de la mayor selva tropical del planeta.
Quiere decir, entonces, que bajo la fórmula "inversión extranjera" cohabitan a veces proyectos diferentes o contradictorios, según sean inversiones privadas o públicas, e incluso entre las privadas.
Hay un gran debate en el mundo sobre qué hacer con las grandes reservas de agua, petróleo y gas o con las grandes selvas tropicales. Detrás de estas cuestiones no está sólo el "capitalismo salvaje" sino también otra clase de capitales, y están también los gobiernos y los organismos internacionales.
Pero hay datos que vale la pena tener en cuenta antes de proseguir el análisis. Según un mapa y datos adicionales publicados por este diario, la Amazonia tiene 16 por ciento de los bosques del mundo entero, con una superficie de 5,5 millones de kilómetros cuadrados, o sea el doble del territorio argentino. Tiene además 20 por ciento de la reserva mundial de agua dulce, contra ocho por ciento de China, que tiene 20 por ciento de la población mundial.
En estas cantidades y porcentuales se juega el destino del mundo, pues se trata de agua dulce, petróleo, biocombustibles y alimentos, porque Brasil se ha convertido en uno de los mayores productores y exportadores de alimentos del planeta, además de poseer la inmensa Amazonia y ahora una colosal reserva de petróleo submarino. Por ello, la apelación del presidente Lula da Silva merece el apoyo de la opinión pública internacional y de los pueblos latinoamericanos, ya que señala un camino para todos.

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