Bolsonaro quiere repavimentar la Amazonía



Plan de Bolsonaro para repavimentar una carretera apunta al núcleo de la Amazonía brasileña

Fecha de Publicación
: 05/10/2019
Fuente: Reuters
País/Región: Brasil


Por más de 50 años, la destrucción de zonas amazónicas ha comenzado con un proyecto vial en la densa jungla. Con el pavimento se van forjando la tala, los ranchos; y finalmente la ganadería comercial y las ciudades.
Y ahora los ecologistas dicen que la historia va a repetirse en el naciente caserío de Realidade, el estado de Amazonas.
La aldea de varias decenas de casas se encuentra en los desmoronados vestigios de la BR-319, una carretera construida en la década de 1970 por los militares y rápidamente abandonada. Gran parte de la ruta ahora es intransitable durante la temporada de lluvias de aproximadamente seis meses.
Los vehículos que lo intentan durante los meses secos se arrastran por el pavimento roto, esquivando enormes baches y escombros de la selva. Los lugareños advierten a los visitantes que deambulan por la zona norte de Realidade que tengan cuidado con los jaguares.
Recientemente, el presidente Jair Bolsonaro prometió remozar la vía. Algunos científicos dicen que el proyecto podría determinar el futuro de la Amazonía, la selva tropical más grande del mundo.
El Gobierno de Bolsonaro está trabajando en un ambicioso plan para comenzar la reconstrucción en 2021 como parte de su estrategia para impulsar el desarrollo económico en la región.
Al finalizar, la vía volvería a conectar Realidade con Manaos, una metrópoli de 2 millones de habitantes frente al Río Amazonas situada unos 600 kilómetros al noreste. Con la BR-319 fuera de servicio la mayor parte del año, solo se puede llegar a Manaos en avión.
“Estamos seguros de que nuestra BR-319 será pavimentada”, dijo Bolsonaro en julio en un evento público en Manaos.
Investigadores han afirmado que la pavimentación de la carretera desencadenaría una explosión de deforestación en el Amazonas, actualmente el estado selvático mejor conservado de Brasil, precisamente porque tiene pocos caminos en buen estado.
Una autopista a Manaos permitiría a agricultores, especuladores de tierras y madereros penetrar más profundamente en la selva, dijo Philip Fearnside, un ecologista estadounidense del Instituto Nacional de Investigación Amazónica de Brasil, que ha indagado la relación entre la construcción de carreteras y el ritmo de deforestación.
Un estudio encabezado por la Universidad Federal de Minas Gerais estima que el proyecto daría como resultado un aumento de cinco veces en el ritmo de deforestación para el 2030, un área más grande que el estado de Florida en Estados Unidos.
Varios incendios han devastado el Amazonas este año, provocando indignación internacional y acusaciones de que el gobierno de Bolsonaro no está haciendo lo suficiente para proteger la selva tropical.
El presidente ha defendido sus políticas ambientales, así como el derecho de Brasil a desarrollar su territorio, como lo han hecho otras naciones industrializadas con los suyos. Ha advertido a los líderes globales que no se inmiscuyen en los asuntos domésticos de la nación sudamericana.
Un destacado investigador brasileño, Carlos Nobre, de la Universidad de Sao Paulo, dice que el Amazonas se está acercando a un punto de inflexión más allá del cual la selva entraría en un ciclo de “muerte regresiva” para convertirse en sabana.
Aproximadamente entre el 15% y 17% de la Amazonía ya ha sido destruida y el punto de no retorno es del 20-25%, según Nobre.
Tal disminución liberaría grandes cantidades de gases de efecto invernadero y haría mucho más difícil restringir un aumento de las temperaturas globales a 1.5-2 grados Celsius, el objetivo para evitar los peores efectos del cambio climático, de acuerdo a Nobre y otros científicos.
“Con la BR-319 vamos a cruzar este punto de inflexión, esto es más que suficiente”, dijo Britaldo Soares Filho, profesor de la Universidad Federal de Minas Gerais que ha realizado simulaciones sobre las pérdidas previstas con la pavimentación. “Se abrirá una nueva frontera en el núcleo de la Amazonía”.

EL SUEÑO DE TIEMPOS DE DICTADURA
En la década de 1970, el régimen militar de Brasil construyó la carretera BR-319 para alentar a los brasileños a establecerse en la región, ante el temor de que los países vecinos le quitaran los territorios escasamente habitados de la Amazonía.
Con una extensión de 900 kilómetros, la carretera corría desde Porto Velho, en el oeste del estado de Rondonia, hasta Manaos en el estado de Amazonas, considerado el corazón de la Amazonía brasileña.
El interés del Gobierno por la carretera decayó con el regreso de la democracia en 1985. A fines de esa década, la mayor parte de la BR-319 se había desintegrado en un camino de tierra lleno de baches, básicamente como un sendero de color marrón rojizo a través de la jungla.
Hoy, las únicas secciones pavimentadas en buen estado son los 200 kilómetros entre Porto Velho y la ciudad de Humaita, a unos 90 kilómetros al sur de Realidade, y el tramo de 177 kilómetros más cercano a Manaos.
Residentes locales como Marcelo Cavalcante están encantados con la idea de Bolsonaro de repavimentar la ruta hacia el norte, hacia Manaos. Cavalcante, un vendedor de autos usados, dirigió a un grupo de 17 personas en una marcha reciente para llamar la atención de los medios y conseguir apoyo público al plan.
“La gente llegó en busca del sueño prometido por el gobierno militar en la década de 1970”, dijo Cavalcante, de 40 años, cuyos padres se mudaron a Humaita en esa época. “Es su derecho cumplir con ese sueño después de tantas décadas”.
Bolsonaro, un militar retirado y político conservador que ganó las elecciones con una campaña en defensa de los intereses rurales, ha sido rápido en tomar medidas. En febrero, su segundo mes en el cargo, su Gobierno reunió a las agencias relevantes para coordinar la repavimentación de la BR-319, según Luiz Guilherme Rodrigues de Mello, director de planificación de la entidad de transporte de Brasil, DNIT.
Mello dijo a Reuters que espera que todos los estudios y licencias de impacto ambiental requeridos estén listos en 2021, cuando está programada la construcción. Este plazo requeriría que los legisladores federales aprueben los fondos el próximo año y existe un fuerte apoyo para proyectos de infraestructura entre un poderoso bloque de congresistas del Congreso.
Ambientalistas y fiscales han utilizado los tribunales de Brasil para bloquear otros proyectos, pero se han resignado en gran medida a la perspectiva de que la BR-319 será pavimentada, en vista del ferviente apoyo local.

EL CAMINO A LA DEFORESTACIÓN
Existen variadas estimaciones sobre la rapidez que tomaría el ritmo de deforestación amazónica si se materializa el proyecto de la BR-319. Otros casos sugieren posibles resultados.
Uno de ellos es la BR-163, una ruta vital para envíos de soja. Iniciada en la década de 1970, la carretera se extiende por más de 3.000 kilómetros desde el sur de Brasil hasta los puertos de Miritituba y Santarem en el estado norteño de Pará. Miritituba recibe unas 40.000 toneladas de soja diarias a través de la ruta en temporada alta, en su mayoría dirigidas a clientes de Europa y Asia.
La carretera ha dado paso a ciudades amazónicas enteras, como Novo Progresso en Pará, una localidad de unas 25.000 personas establecidas en la década de 1980. Entre 2000 y 2018, se eliminaron unos 4.500 kilómetros cuadrados de selva a su alrededor, según datos del Gobierno, un área casi tres veces más grande que Londres.
Novo Progresso estuvo entre las 10 principales áreas que este año sufrieron por deforestación e incendios en Brasil. Las autoridades están investigando una serie de incendios forestales en agosto que supuestamente fueron provocados por agricultores.
Bolsonaro envió tropas federales al sector y a otras partes del Amazonas para ayudar a combatir el fuego. Prometió una investigación para “castigar a los responsables”, dijo entonces el ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles.
Aún así, el presidente recibió feroces críticas de agencias ambientales de Brasil por lo que consideran como un revés en la protección legal de la Amazonía. Casi 700 empleados de la entidad estatal Ibama firmaron una carta abierta a Bolsonaro en agosto para pedirle que detuviera los recortes presupuestarios y de personal.
Para algunos brasileños que viven cerca de la BR-319, la construcción necesita empezar pronto. Herivaneo Seixas, el alcalde de Humaita, dijo que la carretera restaurada permitiría a los productores agropecuarios de la zona acelerar los envíos de productos frescos a Manaos, dando paso a un auge agrícola.
“La BR-319 es el ícono del desarrollo”, dijo Seixas. “Sin la carretera, quedaremos congelados en el tiempo”.
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