Ya se comenzó a verter el agua tratada de Fukushima

 


Japón empieza a verter el agua tratada de la central nuclear Fukushima

Fecha de Publicación
: 25/08/2023
Fuente: Agencia EFE
País/Región: Japón


Japón comenzó este jueves a verter al Pacífico agua contaminada procedente de la accidentada planta nuclear de Fukushima tras ser tratada para retirarle la mayor parte de residuos radiactivos, un proceso que se prolongará durante varias décadas y que sigue generando protestas dentro y fuera del país.
El vertido comenzó después de que se realizaran las últimas comprobaciones en cuanto a las bombas de agua y se abrieran algunas válvulas de forma manual, según anunció la empresa responsable de la accidentada central, TEPCO.
“Cada proceso debe realizarse con mucha firmeza. Bajo la guía del Gobierno, cumpliremos nuestra responsabilidad”, dijo Junichi Matsumoto, responsable de la iniciativa, en una rueda de prensa donde también explicó que el vertido se pararía si se detectaba algún tipo de anomalía.
Tokyo Electric Power (TEPCO), la operadora de la planta, decidió proceder al vertido este jueves tras asegurarse de que la concentración de residuos radioactivos se encontraba dentro de lo estipulado y que no había irregularidades en sus sistemas tras el lanzamiento hoy por parte de Corea del Norte de un supuesto vehículo espacial, que causó la activación momentánea de la alerta antimisiles en el sur del archipiélago nipón.
El vertido de agua ha comenzado más de doce años después de la crisis nuclear acarreada por el terremoto y tsunami que sacudieron esta zona de Japón en 2011, y se lleva a cabo tras someterse a un proceso de depurado a través de un circuito llamado ALPS (Sistema Avanzado de Procesamiento de Líquidos).
El Ejecutivo nipón decidió en 2021 recurrir a la descarga controlada al mar como vía para deshacerse del líquido contaminado que se acumula en las instalaciones nucleares, donde se agota el espacio para los grandes tanques que lo almacenan, y lo que se considera un paso fundamental para el desmantelamiento de la planta.
El agua contaminada es tratada con el sistema ALPS, capaz de retirar por completo 62 tipos de materiales radiactivos, a excepción del tritio y del carbono-14. El proceso del vertido será supervisado por las autoridades niponas y por el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) para garantizar que se ajusta a los estándares de seguridad.
Según dijo TEPCO hoy, tras un análisis reciente, se habría comprobado que la concentración de tritio se encuentra “muy por debajo” del estándar nacional para que se pueda realizar el vertido y “se ha confirmado que se ha diluido tal y como se esperaba”.
Después del vertido, la empresa también mandará un barco para llevar a cabo un monitoreo de la zona y de las condiciones del agua, aunque no especificó la hora a la que comenzará este proceso hoy y publicará a tiempo real los datos en su web para “asegurar transparencia”.
La primera descarga se prolongará durante 17 días y donde se van a verter unas 7.800 toneladas de agua, sin embargo, dado que no se puede detener por completo la generación de agua contaminada en el proceso de desmantelamiento de la central, se espera que el vertido se prolongue durante unos 30 años.

Firme rechazo al vertido
La federación nacional de cooperativas pesqueras mantiene un firme rechazo a este plan, bajo el argumento de que la medida impedirá que los pescadores de Fukushima puedan librarse del estigma radiactivo que pesa sobre sus capturas desde 2011.
También se han posicionado contra el vertido algunos sectores de la sociedad nipona, voces de la comunidad científica internacional y organizaciones ecologistas como Greenpeace, que consideran insuficientes las garantías de seguridad presentadas, además de países vecinos, sobre todo China.
Este mismo jueves, varias plataformas ciudadanas ecologistas y antinucleares convocaron nuevas manifestaciones en diferentes puntos de Japón para protestar contra la medida. En Seúl también se organizaron concentraciones similares, al igual que en días anteriores.

China suspende las importaciones
Por su parte, China suspendió la importación de productos acuáticos de origen japonés a partir del 24 de agosto de 2023, informó este jueves la Administración General de Aduanas del gigante asiático.
La medida se ha tomado “para prevenir el riesgo de contaminación radiactiva de los productos acuáticos japoneses debido al vertido al Pacífico del agua contaminada procedente de la accidentada central nuclear de Fukushima”, especifica el organismo en un comunicado.
La suspensión se aplica a todos los productos acuáticos, incluidos el pescado, los mariscos, los moluscos, los crustáceos y las algas.
Según la Aduana china, el Gobierno chino evaluó “el riesgo de contaminación radiactiva en los productos acuáticos japoneses” e “intensificó las medidas de control” para los productos importados del país nipón.
El organismo chino agrega que “el gobierno japonés ignoró los fuertes cuestionamientos y oposición de la comunidad internacional y lanzó unilateralmente la descarga de agua contaminada desde Fukushima el 24 de agosto”.
La autoridad china seguirá “monitorizando la situación del vertido de agua” y ajustará las medidas de control “según sea necesario” para “proteger la salud y la seguridad alimentaria” de sus ciudadanos.

Actitud “egoísta e irresponsable”
Mientras, el Ministerio de Exteriores del gigante asiático calificó hoy a Japón de “egoísta” e “irresponsable” por el vertido.
Según la Cancillería, se trata de “una cuestión de materia de seguridad nuclear cuyo impacto va más allá de las fronteras de Japón”.
Pekín ha reclamado en los últimos días a Japón que detenga su plan, y en julio anunció que mantendrá “un alto grado de vigilancia” sobre las importaciones de alimentos procedentes de Japón.
Desde 2011, China mantenía una prohibición de importar comida desde una decena de las 47 prefecturas que componen la nación insular, entre ellas la de Fukushima, y revisaba “de forma estricta” toda la documentación de los alimentos llegados desde otras partes de Japón, especialmente en el caso de productos acuáticos como el marisco.
El OIEA asegura que el nivel de tritio cumple los límites
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ha asegurado este jueves que los niveles de tritio, un isótopo radiactivo del hidrógeno, presentes en el agua que se está vertiendo al mar por la centra nuclear de Fukushima están muy por debajo de los máximos recomendados por la OMS.
“El análisis independiente sobre el terreno del OIEA confirmó que la concentración de tritio en el agua diluida que se está vertiendo está muy por debajo del límite operativo de 1.500 becquerelios por litro”, señaló en un comunicado el director general de ese organismo de la ONU, Rafael Grossi.
La Organización Mundial de la Salud establece un límite de 10.000 becquerelios por litro de agua para consumo.
En su nota, el OIEA aseguró que el vertido, que comenzó este jueves, está siendo seguido por sus expertos para asegurarse de que se lleva a cabo según lo previsto y de conformidad con las normas de seguridad del Organismo.
El OIEA anunció que estará presente mientras se proceda a la descarga del agua en el mar, y anunció la creación de una página web en la que se ofrecerán datos en directo sobre la cantidad de agua vertida, el control de la radiación y la concentración de tritio.


Cinco claves para entender el polémico vertido de aguas de Fukushima

Japón comenzó este jueves a verter al Pacífico agua contaminada procedente de la accidentada planta nuclear de Fukushima tras ser tratada para retirarle la mayor parte de residuos radiactivos, un proceso que estará supervisado por expertos internacionales para garantizar su seguridad.
Estas son algunas de las principales cuestiones acerca del vertido, al que han procedido las autoridades japonesas tras recibir el visto bueno del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), pero que sigue contando con el rechazo de la industria pesquera nipona, de organizaciones ecologistas y de China, entre otras voces.

¿DE DÓNDE VIENE EL AGUA CONTAMINADA?
Durante la crisis nuclear desencadenada por el terremoto y el tsunami de 2011 la operadora de la planta comenzó a inyectar agua marina en los reactores para enfriar el combustible atómico y evitar una catástrofe mayor.
A ello se suma el agua de lluvia y de los acuíferos subterráneos que durante todos estos años ha penetrado en los edificios dañados de los reactores.
Todas estas aguas resultan contaminadas tras entrar en contacto con los materiales altamente radiactivos dentro de los reactores, y son luego extraídas y tratadas para retirarles la mayor parte de los radionucleidos, y almacenadas en grandes tanques en el recinto de Fukushima Daiichi.

¿POR QUÉ VA A TIRARSE AL MAR?
En la central se acumulan unos 1,34 millones de toneladas de agua contaminada y procesada en más de un millar de bidones, una cantidad que continúa aumentando de forma diaria. Tokyo Electric Power (TEPCO), la operadora de la planta, estima que el espacio para albergar nuevos tanques en las instalaciones nucleares se agotará en 2024.
Ante este problema de espacio, y con la perspectiva de “limpiar” de residuos radiactivos la zona que ocupa actualmente la central a largo plazo dentro del proceso de desmantelamiento, las autoridades japonesas estudiaron distintas opciones para deshacerse del agua contaminada.
Japón se decantó por el vertido controlado por considerarla la opción más viable y más segura frente a otras de más complejidad técnica y que, según los expertos, conllevaban además mayores riesgos, como la infiltración subterránea o su vaporización.

¿CÓMO SE DEPURA ESTE AGUA?
El agua contaminada es tratada en un circuito llamado ALPS (Sistema Avanzado de Procesamiento de Líquidos), capaz de retirar por completo 62 tipos de materiales radiactivos, a excepción del tritio y del carbono-14.
El líquido es procesado tantas veces como sea necesario en este sistema hasta comprobarse que los residuos radiactivos cumplen los límites regulatorios, y a continuación se diluye en agua marina para rebajar aún más la proporción de tritio, el principal elemento restante en el agua.

¿QUIÉN VIGILA LA SEGURIDAD DEL VERTIDO?
La operadora de la planta toma distintas muestras del agua procesada en distintas fases del sistema ALPS y antes de su descarga al mar. Estas muestras serán analizadas por la propia TEPCO y también por la OIEA, que cuenta con un instalaciones propias en Fukushima Daiichi para supervisar todo el proceso.
Se tomarán asimismo muestras de agua marina, algas y peces y sedimentos marinos en distintos puntos alrededor de la central, situada en primera línea de costa, antes y durante el vertido. Estas muestras serán analizadas por TEPCO, el regulador nuclear nipón, la OIEA y laboratorios independientes de otros países.
Si se detectan niveles de elementos radiactivos por encima de los límites establecidos por las autoridades niponas -basados en los estándares internacionales de seguridad para la industria nuclear-, TEPCO procedería a cerrar los conductos de agua procesada que desembocan en el mar.
TEPCO cuenta asimismo con protocolos de seguridad para distintos escenarios que incluyen terremotos, tsunamis, tifones o fallos del sistema de procesado, en los que se activaría un cierre automático de las canalizaciones o se procedería a su cierre manual para evitar que aguas excesivamente contaminadas fueran a parar al mar.

¿QUIÉN SE OPONE A ESTA MEDIDA?
La federación nacional de cooperativas pesqueras mantiene un firme rechazo al plan del vertido. Su principal argumento es que la medida impedirá que los pescadores de Fukushima puedan librarse del estigma radiactivo que pesa sobre sus capturas desde 2011.
También se han posicionado contra el vertido parte de la sociedad nipona, voces de la comunidad científica internacional y organizaciones ecologistas como Greenpeace, que consideran insuficientes las garantías de seguridad presentadas.
Algunos países vecinos han expresado también inquietud o protestado por el vertido, entre los que destaca China, que ha apuntado a un posible endurecimiento de sus restricciones a los productos pesqueros nipones. El territorio autónomo de Hong Kong ha prohibido las importaciones de este tipo de una decena de prefecturas japonesas.
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