3 millones de barbijos desechados por minuto

 


Se desechan unos 3 millones de barbijos por minuto y advierten por una catástrofe ambiental

Fecha de Publicación
: 17/03/2021
Fuente: Daily Mail - Clarín (Argentina)
País/Región: Internacional


Se producen unas 43 mil millones de mascarillas por mes en el mundo y ninguna se recicla adecuadamente. Los expertos piden formas de mejorar las tecnologías para permitir un correcto reciclaje.
No, con esta desidia no hay planeta que aguante. Increíble que aunque cada vez somos más conscientes de los estragos que le causamos al medio ambiente, no aprendemos. Seguimos por la vía de la autodestrucción. Qué especie rara somos.
Una nueva investigación vuelve a demostrar que, en efecto, cuando se trata de cuidar nuestro planeta, aun reprobamos rotundamente. La mala nueva es que se descartan tres millones de mascarillas cada minuto en el mundo y los expertos advierten que pronto podría conducir a una catástrofe ambiental.
No es ninguna novedad que los cubrebocas fueron una respuesta a la pandemia por el nuevo coronavirus que mantiene de rodillas al mundo. Y se ve que no somos responsables o conscientes con el manejo de este nuevo "compañero" inseparable que tenemos.
Lo cierto es que representan un mayor riesgo para el medio ambiente que las bolsas de transporte debido a su ubicuidad y al hecho de que no hay forma de descontaminarlas y reciclarlas de manera segura.

Bomba de tiempo
En la nueva investigación, cuyos resultados fueron en la revista Frontiers of Environmental Science & Engineering, los expertos describen la enorme cantidad de mascarillas que se usan y se tiran como una "bomba de tiempo".
Añaden que tirarlas basura hace que las máscaras se descompongan en microfibras peligrosas y también pueden estar transportando productos químicos nocivos al medio ambiente.
"Con el aumento de informes sobre la eliminación inadecuada de máscaras, es urgente reconocer esta posible amenaza ambiental y evitar que se convierta en el próximo problema plástico", advierten los investigadores, dirigidos por el toxicólogo ambiental Elvis Genbo Xu de la Universidad del Sur de Dinamarca y el profesor de Ingeniería Civil y Ambiental Zhiyong Jason Ren de la Universidad de Princeton.
El enigma de qué hacer con la reciente avalancha de máscaras es realmente una nueva frontera para los científicos, que nunca antes se habían enfrentado a una explosión tan rápida de un producto para el que no existe un método de eliminación responsable establecido.
Las mascarillas desechables, aunque son excelentes para reducir la transmisión viral, son complicadas cuando se trata de reciclar, ya que están hechas de muchos materiales diferentes.
"Las máscaras quirúrgicas desechables comunes están hechas de tres capas", explican los investigadores. "La capa exterior está hecha de material no absorbente (por ejemplo, poliéster) que protege contra salpicaduras de líquidos. La capa intermedia son telas no tejidas (Polipropileno y poliestireno) creadas mediante un proceso de fusión por soplado, que evita las gotas y los aerosoles mediante un efecto electrostático. Por último, la capa interior está hecha de material absorbente como el algodón para absorber el vapor".
Todo esto asegura una filtración adecuada, comodidad y durabilidad para proteger al usuario y a otras personas de las gotitas infecciosas que pueden contener un patógeno.

Se producen 43 mil millones de mascarillas por mes
La producción de máscaras faciales está ahora a la par de las botellas de plástico, con alrededor de 43 mil millones de artículos al mes.
Pero debido a los tenaces esfuerzos de los activistas ecológicos para mejorar el reciclaje durante muchos años, una de cada cuatro botellas ahora se recicla por completo. Por el contrario, con las máscaras no se recicla ninguna.
Si se desechan imprudentemente en la naturaleza, las máscaras se descomponen en fibras micro y nanoplásticas en cuestión de semanas.
 Estas diminutas fibras, de menos de 5 mm y 1 mm de tamaño, respectivamente, representan un gran riesgo para la salud humana y animal.
Se ha descubierto que los microplásticos viajan en las corrientes de aire y se han visto en las partes más desoladas del mundo, incluidos los Alpes, la Antártida y la 'zona de muerte' del Monte Everest.

Algunas posibles maneras de minimizar el desastre
Los investigadores propusieron una variedad de formas en las que se pueden minimizar las consecuencias ambientales de las mascarillas faciales.
"La comunidad de investigación medioambiental debe moverse con rapidez para comprender y mitigar [los riesgos que plantean las máscaras para el medio ambiente]", escriben.
"El pensamiento crítico de las tres' R 'puede ser valioso: regular (evaluación del ciclo de vida en la producción, eliminación y descontaminación), reutilizar (máscaras desechables) y reemplazar (materiales biodegradables) máscaras de un solo uso", agregan.
También recomiendan que las personas cambien, siempre que sea posible, a mascarillas de algodón en lugar de alternativas desechables.
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