Crisis de Zimbabwe desata caza masiva

Crisis de Zimbabwe desata caza masiva de animales

Fecha de Publicación: 17/04/2008
Fuente: Milenio
País/Región: Zimbabwe


Aunque los cazadores quieren ocultar los hechos afirmando que se trata de “safaris fotográficos” y que los esqueletos de elefantes son un cementerio natural de estos animales, las declaraciones de los guardaparques lo desmienten.
Las imágenes eran escandalosas: cadáveres descompuestos de animales, esqueletos y cabezas carbonizadas de elefantes con disparos y sin colmillos.
Lo que la sudafricana Sarah Webster relató a los medios a su regreso de sus vacaciones en el vecino Zimbabwe generó titulares como “Horror en los campos de batalla de elefantes en Zimbabwe”.
Desde entonces los cazadores y protectores de animales no dejan de debatir qué ocurrió en el que fuera un modelo africano de reservas naturales, pero todo indica que la crisis política y económica del país ha llegado hasta a sus recursos más básicos.
Webster descubrió en los libros de visitas de un grupo de cazadores estadounidenses comentarios que le helaron la sangre. Dejaban en evidencia lo que los ecologistas denuncian desde hace tiempo, que hay una verdadera “liquidación” (en ambos sentidos de la palabra) de animales en el parque, otrora muy poblado.
Una cazadora dejó escrito: “Pienso que tendremos que conformarnos con leopardos, antílopes eland, kudu, sable, búfalos, jirafas, cebras, hienas y babuinos”. Otro afirmaba orgulloso: “Matamos a los cuatro grandes en un día”. Los “Big 5" africanos son el rinoceronte, el elefante, el leopardo, el búfalo y el león.
Aunque los cazadores quieren ocultar los hechos afirmando que se trata de “safaris fotográficos” y que los esqueletos de elefantes son un cementerio natural de estos animales, las declaraciones de los guardaparques lo desmienten.
Bruce Lawson, que forma a guardabosques en el norte del parque sudafricano Krüger y que actúa además de guía para turistas, se encuentra en el río fronterizo Limpopo con colegas zimbabuenses. La última vez iban acompañados de un cazador estadounidense.
“Les había pagado 143.000 dólares por tres semanas de caza; ya había matado a tres búfalos y quería tener al menos un elefante”.
Lawson señala que la mayoría son estadounidenses, pero que hay también españoles, argentinos, italianos, alemanes y árabes que aprovechan la desintegración de la autoridad del Estado en Zimbabwe para cazar sin control.
“Los cazadores argumentan que contribuyen a la protección de las especies, pero debilitan la reserva de genes, porque eligen como trofeos a los ejemplares mejores y más fuertes”, señala el guardabosques.
También ha sido testigo de otra realidad: “Naturalmente que se les dice al principio contra qué pueden disparar, pero a menudo disparan contra lo que se les antoja, y después pagan un poco más”.
Su experiencia coincide con la del equipo de protección de la naturaleza ZCTF de Zimbabwe. Ellos también han recibido quejas de turistas a los que les llamó la atención la matanza masiva de animales.
Durante un recuento hecho desde un helicóptero a fines de 2007, miembros de ZCTF contabilizaron 9.000 esqueletos de elefantes en el parque nacional Chizarira. Oficialmente allí no está permitido cazar, pero en Internet se promociona la reserva como un excelente terreno de caza de elefantes. En las granjas salvajes privadas se mató desde 2001 al 90 por ciento de los animales; en los parques naturales a entre el 35 y el 100 por ciento.
La protección de la naturaleza en Zimbabwe, que alguna vez fue modélica, se encuentra bajo fuerte presión a causa de la caótica reforma agraria introducida hace ocho años. La población, amenazada por la miseria, destruyó cercados e intenta sobrevivir explotando el mundo salvaje.
Muchos colocan trampas para cazar, de las que la mayoría son baratas y fáciles de armar. Pero para los animales equivalen a una muerte dolorosa y terriblemente lenta. Muchas veces son los habitantes de zonas rurales quienes aprovechan la carne de los antílopes para alimentarse y venden las pieles y otras partes del cuerpo a comerciantes y curanderos.
Pero también hay bandas bien organizadas, como las que matan a los rinocerontes por su cuerno. A causa de ello, las autoridades, con ayuda de la organización ecologista Worldwide Fund for Nature (WWF), han comenzado a atontar a estos animales en peligro de extinción con tranquilizantes y serrucharles el cuerno, para evitar que los furtivos los maten.

0 comentarios:

Buscar este blog

Blog Archive

Temas

Archivo de Blogs