China cambia las reglas de juego del reciclaje a nivel global



China veta la «basura extranjera» para dejar de ser el vertedero del Primer Mundo

Fecha de Publicación
: 16/01/2018
Fuente: ABC (España)
País/Región: China  - Internacional


Tras años siendo el mayor vertedero del mundo, China ha decidido que ya no quiere recibir más basura. Solo en 2016 recibió 7,35 millones de toneladas de desechos y desperdicios plásticos, casi el 56% del total mundial, pero esta cifra se va a ver drásticamente reducida a partir de marzo. Será entonces cuando entre en vigor una restricción aprobada por las autoridades chinas el pasado 31 de diciembre que abarca 24 tipos de residuos, entre los que se encuentran los plásticos, pero también el papel y los desechos textiles.
Según el departamento de Medio Ambiente chino, el objetivo es disminuir la contaminación del país, pero a cambio va a suponer un reto para el resto del mundo. Tradicionalmente, los desechos generados en los países occidentales se han trasladado a terceros países para ser reciclados o reutilizados allí. Hace tres décadas, el gigante asiático comenzó a mostrar su interés por los residuos para obtener materiales para su industria, pero las calidades de los desperdicios que llegaban eran insuficientes y acababan siendo mera basura en sus propios vertederos.




Reconversión del sector
Ahora, el veto aprobado no es total, pero exige unos porcentajes de pureza en los materiales muy altos. Tanto que hoy son difícilmente alcanzables y nada rentables para la industria del reciclaje occidental. La restricción a la «basura extranjera» va a obligar al resto de países a buscar nuevos lugares a los que exportar sus desechos y a reconvertir la estructura del sector.
Según la última cifra disponible en la base de datos de comercio de la ONU (Comtrade), países como Japón, que exportó a China 842.104 toneladas de residuos plásticos el año 2016; EE.UU., con 693.447 toneladas; Tailandia, con 431.779; o Alemania, con 390.110, son algunos de los muchos afectados.
En España, de las 318.926 toneladas de plástico que se exportaron al extranjero en 2016, hasta 207.835 salieron con destino a China y Hong Kong. China es el principal país al que España exporta sus residuos plásticos, seguido muy de lejos por Italia, Vietnam o Malasia.
«Es pronto para ver las consecuencias en España, pero esta normativa va a cambiar las reglas del juego», asegura Alicia García-Franco, directora general de la Federación Española de la Recuperación y el Reciclaje (FER). Desde esta organización se quejan de que la legislación china apenas ha dado margen de acción a los países y a sus empresas para buscar alternativas. «No vemos solución a corto plazo», reconoce García-Franco. En primer lugar, porque estos residuos solo se pueden enviar a los vertederos en porcentajes muy pequeños (por lo que no se «colapsarán», asegura) y, en segundo lugar, porque aunque se podría intentar exportar a terceros países, como India, la posibilidad de que acaben elevando las exigencias de pureza es muy alta, asegura la experta.
En su opinión, la mejor opción es el desarrollo de nuevas tecnologías que permitan alcanzar unas calidades en los plásticos que sí sean exportables o reutilizables dentro del propio país. «El veto chino podría ser una oportunidad», afirma García-Franco. Por ahora, la legislación española permite que las empresas almacenen los residuos plásticos durante dos años. «Son residuos no peligrosos, así que tenemos dos años para encontrar una solución. No es mucho, pero hay tiempo».

Economía circular
En el mismo sentido se pronuncia el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente. «Con la prohibición puesta en práctica por China, se va a potenciar de forma indirecta la economía circular en nuestro país, contribuyendo además a luchar contra la deslocalización industrial», explican fuentes del departamento. Desde su perspectiva, el veto favorecerá que los residuos se traten en España, favoreciendo también la creación de puestos de trabajo.
En España no se parte de cero en el tratamiento de residuos. «Nuestro país cuenta con una potente industria del reciclaje, acreditada internacionalmente cuya materia prima son precisamente los residuos», destacan en el Ministerio.
Cada vez más países se enfrentan al reto de la lucha contra la basura. Solo en España cada ciudadano genera 459,1 kilos al año, apenas unos kilos por debajo de la media europea, que está en los 475. Precisamente, la Unión Europea está ultimando una nueva legislación, que verá la luz a través de la modificación de varias directivas. Su objetivo es aumentar las tasas de reciclado en el medio plazo y contribuir así a la disminución en la generación de residuos.
Además, ayer la Comisión Europea anunció que en las próximas semanas propondrá la creación de un impuesto europeo sobre el plástico para reducir el uso de envases de este material, así como para obtener nuevos ingresos para el presupuesto comunitario.
«El consumo de plásticos es demasiado alto», aseguró el comisario europeo de Presupuesto, Günther Oettinger, en rueda de prensa. El impuesto querría, según dijo, incentivar un uso reducido de los paquetes de plástico y se haría efectivo a través de una tasa europea. No obstante, también será la forma de obtener recursos en los presupuestos europeos a partir de 2020, cuando la salida de Reino Unido dejará un agujero de entre 12.000 y 15.000 millones de euros en las arcas europeas.
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