Como aportar al ambiente desde las construcciones



¿Qué hacer para que nuestros edificios sean menos tóxicos?

Fecha de Publicación
: 27/05/2014
Fuente: BBC
País/Región: Internacional


El hecho de que los espacios en los que trabajamos, descansamos y buscamos refugio, pueden ser también una amenaza para nuestra propia supervivencia, es para reflexionar.
Las construcciones residenciales y comerciales contribuyen con cerca del 25% de las emisiones globales de CO2 cada año, según indica el Panel Internacional sobre Cambio Climático.
Iluminación, calefacción y aire acondicionado conforman un trío profano de actividades que contribuyen masivamente al calentamiento global, con todos los eventos climatológicos extremos y el daño a los recursos naturales que trae consigo.
Nuestros edificios se han vuelto tóxicos para nuestro planeta.

Modernización radical
El problema es que la mayoría de ellos son viejos e ineficientes en cuestiones térmicas. Y cerca del 60% de los edificios actuales estará aún aquí en 2050, condenándonos a esta ineficiencia por décadas.
Como derrumbarlos a todos y comenzar de cero no es una opción, modernizarlos -agregando dispositivos y tecnologías de gestión que ahorren energía- es la única alternativa.
Por ejemplo, John Christophers, de Arquitectos Asociados, transformó su casa de dos cuartos y una terraza -construida en Birmingham, Inglaterra, hace 170 años- en una edificación ejemplar de cuatro cuatros que no emite ningún gas contaminante.
"Queríamos utilizar el poder de la arquitectura y el diseño para atraer a la gente que generalmente no tiene ningún interés en temas ecológicos", le dijo a la BBC.

Generación verde
Creando una suerte de piel hermética alrededor de la casa, incorporando paneles solares fotovoltaicos, y mejorando profundamente la eficiencia térmica usando triple vidrio y lo último en materiales aislantes, Christophers transformó su "vieja casa" en una que ahorra casi US$2.000 en cuentas de electricidad.
Un sistema mecánico de ventilación para recuperar el calor transfiere calefacción desde el sistema de aire interno para evitar el frío del aire que ingresa a la casa.
El arquitecto también utilizó ladrillos de arcilla comprimidos hidráulicamente (que absorben e irradian el calor mejor que los tradicionales bloques de cemento) y pisos metidos a presión para ayudar en la retención del calor.
Aunque Christophers no reveló el total costo del proyecto, aseguró que se pagará por sí mismo en los próximos ocho años.

Problemas domésticos
"Reducir el consumo de energía de una casa promedio es probablemente el mayor desafío", dice Craig Jones, especialista británico en la huella de carbono de Circular Ecology.
Jones explica que "las paredes sólidas necesitan capas adicionales de aislamiento, tanto afuera como adentro, y esto tiene implicaciones en el posicionamiento de las ventanas, más allá de lo que digan los dueños, los vecinos o los que planifican la casa".
Un estudio en Reino Unido conducido por Energy Saving Trust y Mastodon C concluyó que los dueños de casas y apartamentos podrían reducir el consumo de energía en más del 80% aislando las paredes, los techos, los pisos, las ventanas y las puertas de sus casas, así como instalando sistemas de calefacción más eficientes y mejores sistemas de iluminación.
Pero añadir todo esto a una casa de dos pisos construida con ladrillos tradicionales puede ser caro y complejo.
El gobierno británico ha lanzado propuestas e incentivos para que los propietarios lleven adelante estas reformas, pero la respuesta ha sido lenta.
"Lograr que la gente y la industria de la construcción cambien su comportamiento es muy difícil, necesita que aquellos que diseñan las leyes y los que legislan den el primer paso", concluye Jones.

Como un juego
Por el contrario, construir una casa que no emita gases contaminantes desde cero es casi un juego de niños, dice Mike Page, el cerebro detrás del Proyecto Cubo, una casa compacta poco contaminante.
"Comencé este proyecto para mostrar que, con las tecnologías y técnicas apropiadas, era posible vivir una vida sin emitir gases contaminantes en Reino Unido utilizando materiales que ya existen, sin sacrificar nuestras condiciones de vida", le cuenta a la BBC.
La última versión de su iniciativa, QB2, contiene un marco de madera, triple vidrio, ladrillo de 140 milímetros de aislamiento especial, ventilación para recuperar el calor y una fuente de aire caliente por bombeo.
"Estas tecnologías no son exóticas, han estado a nuestra disposición por un buen tiempo", aclara Page.
El único equipamiento relativamente de alta tecnología incluye una cocina de inducción, iluminación y televisión LED (diodo emisor de luz).
Pero otros pequeños cambios, como adoptar una ducha que esparce el agua de manera que se pueda reducir el flujo, puede ahorrar la cantidad de energía necesaria para calentar el agua en casi un tercio, dice Page.
"Lo importante es que el espacio no tiene que ser pequeño, ya que todo se puede hacer a escala", concluye.

Ecología prefabricada
La emprendedora y ecologista Amy Burgess levantó su casa no contaminante en cinco días.
Los marcos de madera y los paneles aislantes de las paredes fueron prefabricados por el especialista alemán en casas ecológicas Baufritz y enviados, listos para usar, a East Sussex, en Inglaterra.
Al reducir los tiempos también se reducen las emisiones de carbón producidas por toda construcción.
"Construir una casa que no emite gases contaminantes es mi respuesta a los desafíos actuales que ha traído el cambio climático y a la necesidad de ahorrar energía", dice ella.

¿Cuánta gente hay?
Esta clase de iniciativas se puede aplicar también a edificios comerciales, dice Bruno Gardner, director del grupo Low Carbon Workplace.
Pero aunque algunas tecnologías para ahorrar energía -como la iluminación LED- son fáciles y baratas de implementar, otras como un sistema para medir los comportamientos y conductas dentro del edificio- son más complicadas.
Pero como, dice Gardner, muy útiles.
"La idea que tiene una compañía de cómo es utilizada su sede no suele reflejar la realidad; una vez que conocen la verdad, pueden darse cuenta que el aire acondicionado no necesita prenderse tan temprano o que la calefacción no tiene que estar tan fuerte".
Sistemas de control, revestimientos, formas naturales de enfriar y otras tecnologías pueden reducir la emisión de gases contaminantes en un 33%, añade.
El próximo paso será la aplicación de sensores que permitan, por ejemplo, que la ventilación se adapte a lo largo del día a cuánta gente hay dentro del edificio.
Por lo que la tecnología para hacer más verdes nuestros espacios tóxicos existe.
La pregunta es si existe la voluntad política y las incentivas comerciales para hacerlo posible.
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