Científicos esperan un gran colapso en 2030

 


Los científicos esperan un gran colapso en 2030: «Quizá deberíamos comenzar a tomarnos en serio lo de nuestra supervivencia»

Fecha de Publicación
: 17/06/2024
Fuente: ABC (España)
País/Región: Internacional


El profesor Stefan Rahmstorf, un peso pesado en el estudio de la AMOC, señala que entre el 35 % y el 45 % de los modelos adelantan la fecha de este problema que tendría consecuencias drásticas para Europa
La circulación de retorno meridional del Atlántico, también conocido por AMOC es un componente regulador del clima de la Tierra de importancia crucial. Una gran cinta transportadora que mueve el agua caliente desde el Golfo de México hacia el Atlántico Norte, donde se enfría. El problema surge cuando este engranaje corre el riesgo de verse alterado de forma significativa.
Si bien se ha barajado que podría colapsar entre el 2025 y 2095, lo cierto es que las cosas podrían cambiar mucho más rápido de lo que creíamos. El profesor Stefan Rahmstorf, un peso pesado en el estudio de la AMOC, señaló hace unos días que entre el 35 % y el 45 % de los modelos climáticos que se han desarrollado apuntan a que la convección de una parte del océano se detendría por completo, y la AMOC que depende de ella, colapsaría en la década de 2030.
Ante estas conclusiones cada vez más preocupantes de la situación de la AMOC, el investigador del Instituto de Ciencias del Mar del CSIC, Antonio Turiel, en su red social X (Twitter) comenta: «empieza a haber convergencia en las diferentes investigaciones…Comienza a hacerse probable un colapso rápido de la AMOC. Quizá deberíamos empezar a tomarnos en serio lo de nuestra supervivencia», afirma. Sobre todo porque el resultado nos toca de cerca, ya que tendría consecuencias drásticas para Europa.

Qué es la AMOC
Turiel explica que la AMOC lleva agua cálida del Golfo de México hasta Noruega y en el camino va desprendiendo calor y humedad, que hacen que Europa, a pesar de estar en latitudes bastante elevadas, sea un continente con un clima bastante benigno. Esta agua después retrocede hacia Groenlandia, desprendiendo más calor, hasta que se enfría lo suficiente para volverse más densa y hundirse en el mar, y circular a una profundidad de unos 1000 metros o más.

Efectos para Europa y el mundo
Turiel, en su blog 'The Oil Crush' señala que en caso de detención y «sin el efecto benéfico de esta corriente oceánica, que aporta calor y humedad a Europa, el continente tendería al clima que le correspondería por la latitud a la que se encuentra, similar a la de Canadá o la del sur de Siberia». Según este investigador y basado en los estudios que ha leído, «las temperaturas en la Europa Central caerían unos 30 grados, el hielo del Ártico llegaría cada invierno a las puertas de París... El continente no solo se volvería más frío, sino también más seco, y probablemente sería completamente inhabitable«.
El océano profundo reduciría su ventilación, habiendo menos oxígeno y causando una mortandad masiva de la vida marina. Asimismo, habría tormentas cada vez más violentas y destructivas que favorecerían la erosión del terreno.
Y a escala global, Turiel detalla a ABC que también hablamos de la zona de convergencia intertropical, «es como un cinturón que rodea al planeta, aproximadamente por el Ecuador, pero se va moviendo según las estaciones del año. Y es la zona donde más llueve del planeta y tendría tendencia a irse hacia el sur», afirma. El científico indica que como consecuencia llovería más hacia el sur. «Esto puede causar que la selva amazónica colapse, con consecuencias evidentemente terribles a escala regional, además colapsaría la selva africana y dejaría de producirse el monzón en la India. Al final, entras en una espiral en el que el clima del planeta entero se va modificando de una forma terrible», indica Turiel.

Inercia
En el vídeo 'El fin de la agricultura', Turiel detalla que el océano es el gran reservorio termodinámico del planeta, si se desequilibra se pueden trastornar completamente los patrones de circulación de la atmósfera y, en cierta manera, sería como decir que se acabaron las estaciones. La repetitividad de las estaciones ha permitido crear el cultivo. Y estos nuevos cambios harían fracasar las cosechas. «Es un mensaje horrible. El océano tiene mucha inercia, si el océano va en una dirección, todo el planeta va en esa dirección».

De contextos y remates
Turiel insta a abordar el problema con la seriedad que requiere. Nos cuenta que la hipótesis de que esta corriente se podría llegar a detener ya se anunció en los años 60. De hecho, esto ya ha pasado en épocas paleoclimáticas pasadas. La más reciente de todos pasó hace decenas de miles de años, la llamada 'Younger Dryas'. Habría sido provocada por una afluencia excesiva de agua dulce en superficie que hizo que Europa quedase sepultada bajo las nieves. Pero las condiciones eran diferentes de las actuales, porque ahora tenemos una concentración de gases de efecto de verdadero distinta, con lo cual los efectos serían diferentes.
El investigador señala que el motivo por el cual se empieza a hablar cada vez más del colapso de la AMOC son dos. Uno es la mejora de los sistemas de medida y de computación, se han puesto una gran cantidad de boyas ancladas en medio del mar, que antes no estaban. Lo que contribuye a que tengamos un mejor entendimiento de los procesos que están involucrados.
La otra razón es que se están detectando una serie de fenómenos que son compatibles con que se esté produciendo una ralentización de esta corriente. «Se observa, por ejemplo, que el conjunto del Atlántico Norte está calentándose más rápido que otros mares del mundo o que se están dando cambios en las precipitaciones de las zonas tropicales. Estos efectos se acumulan e intensifican», indica.
Y en el último año han salido dos artículos contundentes, uno fue un estudio de la Universidad de Copenhague y del Instituto Niels Bohr de Noruega, publicado en la revista científica 'Nature Communications'. Hace un análisis de las fluctuaciones que hay de la temperatura en el océano en el Atlántico Norte y concluye que la AMOC podría detenerse con bastante probabilidad en el curso de este siglo, «ellos dicen entre el año 2025 y el año 2095, siendo más probable el evento en el año 2056. Pero como vemos, proporciona una barra de incertidumbre, muy grande», afirma Turiel.
El otro vendría con un trabajo de un grupo de científicos del Instituto de Investigación Marina y Atmosférica de la Universidad de Utrecht. Con un modelo numérico comprobaron si con el forzamiento adecuado se puede producir una detención de la AMOC. Y además, usan una variable que es el transporte del flujo de agua a través del paralelo 34 sur, que debería ser positivo. «Fueron al mundo real, y vieron que en este momento el transporte es negativo. Esto quiere decir que probablemente, estamos cerca del momento de la transición, si es que no ha empezado ya», establece Turiel. Y la guinda del pastel ha sido ahora, con lo declarado por Stefan Rahmstorf.
Turiel destaca que lo más grave de todo esto es que hasta hace muy poco los modelos numéricos no reflejaban en absoluto este comportamiento. Y en particular en la última revisión que hubo del IPCC (Panel Intergubernamental del Cambio Climático) se decía que un colapso de la AMOC era poco probable en este siglo. «Ahora, todos estamos pendientes porque estamos viendo un comportamiento muy anómalo del océano global. Y la sensación generalizada es que se nos está pasando algo por alto, hay algo que no entendemos bien«, destaca el científico.
Turiel nos explica que la razón de que se estén mostrando estos resultados tan preocupantes no se sabe con exactitud. Baraja que pueden tener que ver con que no se conoce bien qué impacto tiene el agua de deshielo cuando se acumula justo encima de las zonas en las que se forma esta convección.
«Otro factor que se sabe que influye, pero que no se está describiendo bien es la estratificación. Es algo semejante a cuando vas a la playa, empiezas a entrar el agua y dices que está caliente, pero cuando te sumerges más dices tengo los pies fríos. Hay una diferencia de temperatura según la profundidad, y el viento tiende a romper la estratificación». Para Turiel esas pueden ser algun0s de los factores detrás de este problema.

Efectos en España y esperas de mil años
El estudio de Utrecht también señala que con el colapso de la AMOC se produciría un descenso de la temperatura de hasta 3 grados por década. «Al cabo de un siglo serían 30grados. Y cuanto más al norte peor. España, por su parte, experimentaría un descenso de un grado y medio. El clima en el norte del país sería semejante al que había en el siglo XIX», afirma Turiel.
Lo grave de verdad sería si se detiene por completo la AMOC. «Porque una vez ha parado resulta muy difícil volverla a arrancar. Tendríamos que esperar fácilmente unos mil años.
«Yo personalmente creo que el riesgo es muy grande y que no es descabellado que esto pueda pasar. Por eso, mirando el problema con la AMOC, ser sobrios es un error, no hay que quitarle hierro al asunto. Creo que estamos a tiempo de tomar medidas correctivas, pero hay que tomarlas», afirma Turiel. Si no llegará un momento en que no ya podremos decir «si no es ahora, será después».
.

0 comentarios:

Buscar este blog

Blog Archive

Temas

Archivo de Blogs