ONU presentó su Informe sobre la Brecha de Emisiones 2025

 


Los países vuelven a suspender: los planes climáticos nos dirigen a un calentamiento de 2,5 ºC

Fecha de Publicación
: 05/11/2025
Fuente: Climática
País/Región: Internacional


Cuando se cumple una década del Acuerdo de París, el informe anual sobre la Brecha de Emisiones 2025 de ONU Medio Ambiente alerta de que el progreso conseguido es insuficiente. 
Diez años después del Acuerdo de París donde casi 200 países acordaron mantener el calentamiento global por debajo de 2 ºC y hacer todo lo posible por no superar los 1,5 ºC, la realidad es que el planeta se dirige a un aumento de la temperatura media de 2,3 a 2,5 °C para finales de siglo respecto al período preindustrial. 
Esta es la principal conclusión que se puede extraer del Informe sobre la Brecha de Emisiones 2025 que presenta todos los años el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) como previa a la cumbre del clima. La edición del año pasado apuntaba a un rango de calentamiento de 2,6 a 2,8 °C, lo que se traduce en una ligera mejora, aunque claramente insuficiente.
Este informe, de manera sorpresiva, no tiene el respaldo de Estados Unidos, que volverá a salirse por segunda vez del Acuerdo de París el año que viene. El primer capítulo del informe recoge una nota a pie de página a petición del Departamento de Estado dirigido por el retardista Marco Rubio en el que sostienen que «Estados Unidos no apoya el Informe sobre la brecha de emisiones. La política de Estados Unidos es que los acuerdos internacionales sobre el medio ambiente no deben suponer una carga indebida o injusta para los Estados Unidos».
El informe, cuyo título no anda con rodeos (Off Target, Fuera de objetivo), se basa en las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés) actualizadas de este año, es decir, los planes en los que los países detallan sus metas de reducción de emisiones para 2035. El problema es que menos de un tercio (60 partes del Acuerdo de París, que representan el 63% de las emisiones globales) presentaron nuevas NDC, las cuales son voluntarias. Además del escaso número de compromisos, el informe detecta una gran brecha entre las promesas y su ejecución: la mayoría de los países no están cumpliendo sus metas para 2030, lo que compromete también las de 2035.
De llevarse de la teoría a la total práctica los planes climáticos, el aumento medio de temperatura sería de entre 2,3 y 2,5 °C, y de mantenerse las políticas actuales, el calentamiento llegaría hasta 2,8 °C.
Sin embargo, el informe aclara que una parte de la aparente mejora se debe a ajustes metodológicos, no a un aumento real de ambición. De hecho, la retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París, prevista para los próximos meses, anulará el pequeño avance logrado. “Las nuevas NDC apenas han movido la aguja”, resume el PNUMA, que advierte de que los países siguen lejos de cumplir el objetivo de mantener el calentamiento “muy por debajo de 2 °C” y de “proseguir los esfuerzos” para limitarlo a 1,5 °C.

El límite de 1,5 °C, a punto de superarse
El informe advierte que la temperatura media global superará el umbral de 1,5 °C, al menos de forma temporal, durante las próximas décadas. Revertir esa tendencia será difícil y requerirá reducciones “más rápidas y profundas” de gases de efecto invernadero para evitar daños graves a la vida, la economía y los ecosistemas.
“Incluso con tres rondas de promesas desde 2015, los países han vuelto a quedarse fuera de objetivo”, lamenta Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA. “El progreso es real, pero insuficiente. Aún es posible actuar, pero el margen de maniobra se estrecha rápidamente”. Andersen recordó que las soluciones ya existen: “El crecimiento acelerado de las energías renovables y la reducción del metano son ejemplos claros. Los países deben invertir en su futuro con acciones climáticas ambiciosas que generen empleos, mejor salud y seguridad energética”.

Compromisos limitados y brecha de implementación
Las emisiones globales siguen aumentando: en 2024 crecieron un 2,3%, alcanzando 57,7 gigatoneladas de dióxido de carbono (CO₂) equivalente. Para mantener el calentamiento por debajo de 2 °C, las emisiones de 2030 deberían reducirse un 25% respecto a los niveles de 2019; para 1,5 °C, un 40 %. Sin embargo, con los compromisos actuales, las emisiones en 2035 solo caerían un 15%, muy lejos del 35% y 55% necesarios para esas trayectorias, respectivamente.
El informe reconoce que ya es casi inevitable rebasar los 1,5 °C de calentamiento, probablemente en la próxima década, aunque todavía se puede minimizar la magnitud y duración del exceso. Un escenario de “acción rápida desde 2025” permitiría limitar el rebasamiento a unos 0,3 °C y volver a 1,5 °C hacia el final del siglo, con un 66% de probabilidad. Para ello, las emisiones deberían caer un 26% para 2030 y un 46% para 2035, comparado con 2019.
Cada fracción de grado cuenta, recuerda el PNUMA: evitar incluso pequeñas subidas adicionales reduce las pérdidas humanas y económicas, los riesgos de impactos irreversibles y la necesidad de recurrir a tecnologías de eliminación de CO₂ aún inciertas y costosas. Según el informe, revertir cada 0,1 °C de exceso requeriría eliminar y almacenar de forma permanente el equivalente a cinco años de emisiones globales actuales.

Tecnología disponible, voluntad política insuficiente
Desde la adopción del Acuerdo de París hace ahora una década, las previsiones de calentamiento han bajado de entre 3 y 3,5 °C a los actuales 2,3-2,5 °C gracias al despliegue de tecnologías limpias y la caída de costes de la energía eólica y solar. Sin embargo, el PNUMA advierte de que acelerar la acción climática requerirá navegar un entorno geopolítico complejo, incrementar de forma masiva el apoyo a los países en desarrollo y reformar la arquitectura financiera internacional.
La atención vuelve a centrarse en el G20, responsable del 77% de las emisiones globales. Hasta ahora, solo siete de sus miembros han presentado nuevas metas para 2035, y tres más las han anunciado. Pero en conjunto, no están en camino de cumplir ni siquiera sus objetivos para 2030, y sus emisiones crecieron un 0,7% en 2024.
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