Yasuní: Ecuador busca cambiar la historia

Yasuní: Ecuador busca cambiar la historia

Fecha de Publicación: 26/06/2009
Fuente: BBC
País/Región: Ecuador







"Una propuesta para cambiar la historia".
En esos términos describe el gobierno de Ecuador la iniciativa que promueve para frenar el cambio climático, con la que busca crear un nuevo paradigma.
El proyecto, conocido como iniciativa Yasuní-ITT, pretende que se pague a Ecuador para que deje a perpetuidad, sin explotar y bajo tierra, parte de sus reservas petroleras en una de las zonas de mayor biodiversidad del mundo.
El país andino se comprometería a no explotar el crudo del campo Ishpingo-Tambococha-Tiputini (ITT) ubicado en el Parque Nacional Yasuní, en la Amazonía ecuatoriana, y obtendría a cambio compensaciones económicas de gobiernos, instituciones e incluso ciudadanos en cualquier parte del mundo que podrían comprar barriles virtuales de petróleo.
La iniciativa ya fue presentada en Estados Unidos y varios países europeos y una misión ecuatoriana dio a conocer este mes los detalles de la propuesta en el Reino Unido y Alemania.

En qué consiste
"Es una idea totalmente innovadora que incorpora el concepto de dejar el carbono bajo tierra. Ecuador está proponiendo dejar bajo tierra el 20% de las reservas petroleras ecuatorianas, casi mil millones de barriles, para evitar la emision de 410 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera”, dijo a BBC Mundo Roque Sevilla, ex alcalde de Quito y presidente del Consejo Administrativo y Directivo de la Iniciativa Yasuní –ITT.
Sevilla, quien encabezó en Londres la misión ecuatoriana para presentar la propuesta, asegura que además de evitar la emisión de CO2, la iniciativa Yasuní busca proteger una de las zonas de biodiversidad “más extraordinarias del mundo”.
“En el Parque Nacional Yasuní se rompen todos los récords de concentración de especies. Por ejemplo, en una hectárea tenemos más de 650 especies de árboles, comparado con mil especies que existen en toda Norteamérica”.

Certificados Yasuní
En su visita a Londres, Sevilla -su principal promotor- le explicó a BBC mundo cómo funcionaría esta iniciativa en la práctica.
El gobierno planea emitir los llamados Certificados de Garantía Yasuní (CGY), documentos que garantizan que el Estado ecuatoriano dejará el petróleo bajo tierra.
Hay una diferencia esencial entre estos certificados y los bonos de carbono que circulan actualmente. En este último caso, países ricos obtienen bonos de carbono a cambio de invertir en proyectos verdes en países en desarrollo. Los inversores pueden luego utilizar esos bonos para contrarrestar sus emisiones a la hora de cumplir compromisos internacionales.
La propuesta de Ecuador es sustancialmente diferente, según Sevilla. “No es un cupo adicional de emisión, nosotros creemos que moralmente eso no es correcto.”
El dinero que se pague a Ecuador, agrega el representante ecuatoriano, será invertido en un fondo fiduciario manejado por un organismo internacional como Naciones Unidas o el Banco Interamericano de Desarrollo.

Alivio de la pobreza y participación ciudadana
Los fondos estarán destinados según el gobierno a cuatro proyectos ya definidos : -la protección de 40 parques nacionales ecuatorianos más todas las tierras entregadas a comunidades indígenas (un 38% de la superficie ecuatoriana) –la reforestación de 2,5 millones de acres de bosques -el cambio de la matriz energética (para producir hidroelectricidad o energía de fuentes geotérmicas, una opción especialmente atractiva en un país de volcanes) y -el alivio de la pobreza y la inequidad.
“La mayoría de las comunidades que viven en zonas de influencia de estos proyectos están habitadas por gente muy pobre que requiere salud, educación, pero sobre todo opciones de vida digna a través de actividades no extractivas como el ecoturismo o la agroforestería”, señala Sevilla.
Pero, ¿qué certeza pueden tener las comunidades que viven en los parques nacionales en que serán consultadas a la hora de utilizar los recursos generados por la iniciativa Yasuní?
Sevilla aseguró a BBC Mundo que “los proyectos a que se destinarán los fondos ya están fijados, son parte del plan nacional de desarrollo” y que el fondo fiduciario “va a tener participación ciudadana muy importante, que incluirá a las comunidades indígenas y afroecuatorianas”.

¿Viable?
Dada la dependencia de Ecuador de la explotación petrolera, BBC Mundo planteó a la delegación del país andino en Londres qué tan viable es realmente la iniciativa y qué garantías existen de que, efectivamente, el Estado dejará el crudo bajo tierra.
De acuerdo a Sevilla, “hay una decisión política del Estado ecuatoriano de no explotar el petróleo”. Es decir, pase lo que pase con la iniciativa, el crudo permanecerá bajo tierra.
El promotor de la iniciativa señaló además que “el cambio constitucional del año pasado hace muy difícil explotar el petróleo en un parque nacional, porque requiere que el presidente pida autorización al Congreso nacional, además de una consulta popular, y el 58% de la gente está a favor de que el crudo quede bajo tierra”.
Otra garantía según el representante es que si Ecuador ordena la prospección petrolera “van a pasar cinco años hasta que se vea el primer barril de petróleo y el país dejaría de percibir unos US$420 millones al año en intereses por el proyecto, lo cual es un desestímulo muy grande”.

Un barril para los nietos
Recientemente la delegación ecuatoriana presentó detalles del proyecto al parlamento alemán, que por decisión unánime votó el año pasado a favor de aportar 300 mil euros para contratar especialistas con el fin de elaborar en detalle la arquitectura del proyecto.
En el Parque Nacional Yasuní se han contabilizado 650 especies de árbol por hectárea.
Ampliar imagenLa siguiente etapa es el lanzamiento popular del proyecto en los próximos meses, “probablemente con un concierto muy grande en Europa con los mejores artistas latinoamericanos y del mundo”.
“Creemos que los que van a comprar son primero los gobiernos y luego las fundaciones y los ciudadanos del mundo que quieran dejar a sus nietos barriles virtuales de petróleo que se van a conservar bajo tierra como un mensaje simbólico, es una forma de decir ‘yo dejo a mis nietos un planeta vivible”, dijo Sevilla a BBC Mundo.
La meta es “en el transcurso de éste y el próximo año levantar los primeros US$350 millones, el mínimo para el arranque; calculamos que debemos recoger US$700 millones anuales durante 10 años, porque el objetivo son US$7.000 millones, que sería el fondo fiduciario que queremos crear”.

Sin tiempo que perder
De acuerdo al representante ecuatoriano “el resultado de Kioto es un fracaso absoluto", ya que "el planeta tiene ahora 35% de emisiones más de lo que tenía”.
El tratado, que expira en 2012 y debe ser sustituido por un nuevo acuerdo a ser discutido en diciembre en Copenhague, no incorpora a los mayores contaminantes, Estados Unidos y China.
La iniciativa ecuatoriana ha sido respaldada por varios premios Nobel, entre ellos Muhamad Yunus, Desmond Tutu, Rigoberta Menchú (Premios Nobel de la Paz) y Rita Levi-Montalcini (Premio Nobel de Medicina).
Sevilla tiene confianza de que el proyecto ofrece suficientes incentivos a los potenciales donantes. “El mayor objetivo es proteger una de las zonas de biodiversidad más alta del mundo, un proyecto que va mucho más allá de la visión de túnel de otros proyectos y una oportunidad para incorporar poco a poco a todos los países del planeta”.
Un atractivo adicional de la iniciativa sería que es replicable. “Cuando menos se podría aplicar en 11 países que tienen esta combinación de megadiversidad, de estar en los trópicos, de ser países en desarrollo y además de tener petróleo en zonas de fragilidad ambiental”.
Tal es el caso, por ejemplo, de Filipinas, Malasia, Indonesia, República Democrática del Congo y -en Sudamérica- de Brasil, Bolivia, Ecuador, Perú y Venezuela.
Para conocer más información sobre el proyecto o saber cuándo será posible comprar barrilles virtuales se puede consultar el sitio de la iniciativa en Internet. Para hacerlo utilice el vínculo que se encuentra en la columna de la derecha.
Del éxito de proyectos como el propuesto por Ecuador depende que logremos o no contener el CO2 en límites manejables. La solidaridad y preocupación por la Tierra de personas alrededor del mundo bien pueden hacer de la iniciativa Yasuní un nuevo paradigma, en momentos en que la humanidad necesita desesperadamente de soluciones para dar respuesta a millones de potenciales víctimas del calentamiento global.

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