Maratón pero con máscaras en Pekín



Maratón en Pekín bajo la contaminación

Fecha de Publicación
: 21/10/2014
Fuente: ABC (España)
País/Región: China


Unos 30.000 corredores, muchos de ellos con máscaras, recorren la ciudad bajo una densa niebla de polución peligrosa para la salud
Bajo una espesa nube de contaminación que ocultaba el cielo y eclipsaba el sol, este domingo se ha celebrado en Pekín una kafkiana maratón en la que muchos de sus participantes corrían con máscaras antigás. Con unos niveles de polución peligrosos para la salud, tan siniestras máscaras chocaban con la indumentaria deportiva que lucían los corredores por las calles en blanco y negro de la ciudad, cuyos colores se los había tragado la densa niebla. [Galería: 42 kilómetros con máscaras antigás]
A pesar de que los índices de contaminación marcaban unos 400 microgramos por metro cúbico de partículas PM 2,5, tan pequeñas que se cuelan en los pulmones y causan serias enfermedades respiratorias, la Asociación China de Atletismo y el Buró Municipal de Deportes dieron el pistoletazo de salida al XXXIV Maratón Internacional de Pekín. Dichos niveles, 16 veces superiores al límite fijado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), desaconsejaban la celebración de la carrera e incluso habían motivado una advertencia a niños y ancianos para que permanecieran en sus casas y no efectuaran actividades al aire libre. Pero, según informa el periódico «Noticias de Pekín», los organizadores de la carrera ya habían avisado la noche anterior que no la suspenderían porque estaba todo planeado y el 46 por ciento de los corredores venía de otras partes de China y del extranjero.
Con 30.000 participantes inscritos, la maratón empezó en la plaza de Tiananmen y recorrió sus 42 kilómetros de rigor hasta el Parque Olímpico de Pekín, donde se celebraron los Juegos de 2008. Enseguida, por las redes sociales chinas comenzaron a circular las fotos de los corredores ataviados con máscaras, que provocaron la indignación general y bastantes burlas.
Consecuencia directa de su frenético crecimiento industrial de las últimas décadas, la contaminación es uno de los mayores problemas que sufre China. La OMS, que el año pasado relacionó la polución con el cáncer de pulmón, calcula que en 2012 la insalubridad del aire se cobró en todo el planeta siete millones de vidas, la mayoría en Asia, donde es el más común junto al de estómago e hígado. A tenor del centro de Prevención y Control de Pekín, el cáncer mata cada año en China a dos 2,5 millones de personas, pero subirá hasta los tres millones en 2020.
En Pekín, donde las muertes por cáncer de pulmón se han disparado un 56 por ciento entre 2001 y 2010, dicha enfermedad ya copa una quinta parte de todos los tumores diagnosticados en la ciudad. Tras declarar hace dos semanas la primera alerta naranja del otoño por contaminación, Pekín sigue sufriendo unos niveles altamente dañinos para la salud por las emisiones de los tubos de escape de los coches, que generan el 22 por ciento de las partículas PM 2,5; el carbón de las centrales térmicas y fábricas (17 por ciento) y el polvo que levantan sus obras por doquier (16 por ciento). Además del dramático coste humano, que condenará a varias generaciones de chinos, la polución tiene un fuerte impacto económico porque hipotecará los gastos médicos del futuro y está forzando ya inversiones multimillonarias para limpiar el medioambiente.
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