El Atlas de Justicia Ambiental supera los 2000 casos



El atlas de las injusticias ambientales ya suma 2.100 casos en todo el mundo

Fecha de Publicación
: 09/05/2017
Fuente: EFE
País/Región: Internacional


El Atlas de Justicia Ambiental (EJAtlas), creado por el Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona (ICTA-UAB), ya suma 2.100 conflictos ecológico-distributivos identificados en diferentes lugares del mundo, de los que en 260 han muerto personas.
El EJAtlas, que se inició en 2012 y añade cada año una media de 350 conflictos, uno nuevo al día, está codirigido por Leah Temper y Joan Martínez-Alier, y tiene como finalidad registrar los conflictos socioambientales que se producen en el mundo.
El profesor Martínez-Alier, que recibió en 2016 un Advanced Grant de 2 millones de euros del European Research Council para continuar la iniciativa hasta el año 2021, ha explicado que el país con mayor número de conflictos registrados es la India, aunque puntualiza: “¿Cuántos conflictos ecológico-distributivos hay en el mundo? Eso no lo sabe nadie, sin duda muchísimos”.
El atlas de las injusticias socioambientales reúne los conflictos más relevantes y significativos de los últimos 30 años a través de una metodología de colaboración entre académicos y activistas, que proponen los casos a incorporar al atlas interactivo (www.ejatlas.org) mediante una ficha informativa de unas 5 o 6 páginas para cada uno de ellos.
El inventario mundial permite crear diferentes mapas a partir de filtros para facilitar una visualización de cuáles son aquellos clasificados como de mayor gravedad.
Martínez-Alier ha destacado que uno de los indicadores del nivel de gravedad de los conflictos es “que las vidas de las personas hayan sido vulneradas ya sea por el impacto ambiental, es decir por la contaminación u otros daños producidos por un proyecto, o por el asesinato de activistas contrarios a un proyecto determinado”.
Este fue el caso de las ecologistas Teresina Navacilla y Gloria Capitán en sendos casos en Filipinas en 2016, o el de la hondureña Berta Cáceres, asesinada también en 2016 después de luchar contra la construcción de una hidroeléctrica en el Río Gualcarque, una fuente vital para la supervivencia de los indígenas Lenca de la zona.

Muertes por defensa ambiental
El atlas ha identificado 260 casos, un 12 % de los registrados, en los que han muerto “defensores ambientales” (una o más personas en cada caso), la mayoría en América Latina y Asia.
Sin embargo, Martínez-Alier destaca que estos datos “son parciales ya que el atlas todavía no dispone de suficiente información de otras zonas en las que es más que probable que hayan sucedido muertes similares“.
Los problemas de los pescadores artesanales en el mundo, el apoyo de movimientos sindicales o de movimientos religiosos (cristianos, budistas u otros) en conflictos ambientales, la integración de luchas agraria, la contaminación urbana, construcción de presas, uso de agro-químicos, deforestación, destrucción de manglares y zonas costeras, fumigaciones o conflictos hídricos figuran en el registro.
El atlas también identifica 360 casos considerados de éxito en los que la justicia ambiental se impuso, ya sea por movilizaciones o judicialmente, como en casos de explotación de minas, construcción infraestructuras, una plantación de palma de aceite o una incineradora.
Estos 360 casos de éxito, que suponen un 17 % del total, están en su mayor parte en América del Sur, con 95 casos, seguido por Europa Occidental con 55 casos de éxito.

Actividades generadoras de conflicto
El director del proyecto ha indicado que el fracking del gas -actividad que consiste en la extracción de gas natural de yacimientos no convencionales- es uno de los temas nuevos, de los que apenas se hablaba cuando el EJAtlas fue presentado en público por primera vez en marzo de 2014 con un total de 920 conflictos.
También destacan los conflictos por extraer arena de playas para obtener minerales como la ilmenita (materia prima para el titanio), el rutilo o el circonio.
Hay varios conflictos de este tipo, desconocidos en 2012, registrados en Madagascar, Sudáfrica y en la India. Otros casos nuevos que aparecen en el Atlas son la oposición contra la minería y quema de carbón o la extracción de petróleo o gas, que los ecologistas vinculan no sólo con amenazas locales a la calidad del ambiente y especialmente del agua, sino al cambio climático por excesivas emisiones de dióxido de carbono por su combustión.
Por ejemplo, el movimiento Ende Gelände en Alemania, que hace incursiones de protesta en las minas de lignito cerca de Colonia y Berlín porque se quema en centrales termo-eléctricas.
El Atlas incluye hasta ahora 55 conflictos ambientales en España, muchos relacionados con evacuación o cremación de residuos, obras públicas, turismo o con las centrales nucleares.
Según Martínez-Alier, el conflicto de la energía atómica “vuelve a tener un punto de auge en toda Europa 40 años después de los conflictos que hubo sobre su construcción” por el riesgo que supone el envejecimiento de las centrales.
“El EJAtlas es un proyecto que debe seguir 10 o 15 años más en el ICTA-UAB porque permite hacer estudios de ecología política comparada, cualitativa y cuantitativa, con temas territoriales y transversales y al mismo tiempo funciona como apoyo para contribuir al movimiento global de justicia ambiental que tantos grupos ecologistas de diferentes lugares del mundo llevan adelante”.
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