Amazonas. La fábrica de lluvia que está en peligro

 


La deforestación del Amazonas está poniendo en peligro el ciclo del agua que recarga los acuíferos de los que bebe Sudamérica

Fecha de Publicación
: 26/08/2025
Fuente: Portal NovaCiencia
País/Región: América del Sur


En la Cumbre de Países Amazónicos 2025 se advirtió que los «ríos voladores» —corrientes de vapor que viajan desde la selva y riegan el centro de Colombia— están en riesgo por el aumento de la deforestación. Su debilitamiento pone en peligro el 80 % de las lluvias en Yarimaguas (Perú), los páramos de Sumapaz y Chingaza en los alrededores de Santa Fe de Bogotá en Colombia, y muchos otros lugares de Suramérica que dependen del agua amazónica
Durante el conversatorio «Los ríos voladores: el secreto mejor guardado de la Amazonia», realizado en el marco de la Cumbre con expertos de la academia, el Gobierno nacional y las comunidades indígenas, el profesor Germán Poveda, de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Medellín, recordó que toda el agua de Suramérica depende de la cuenca Amazónica, uno de los 16 pilares climáticos del planeta, cuyo colapso representaría un desastre para la región.
«Entre el 35 y 50 % de las lluvias en la Amazonia provienen de la evapotranspiración, proceso mediante el cual el agua asciende desde el suelo hacia las hojas de las plantas y luego se libera al aire en forma de vapor», explicó el experto.
Este proceso es muy importante en la Amazonia porque ayuda a formar las nubes que luego se convierten en lluvia, no solo para la selva misma, sino también para otras regiones lejanas. Gracias a la evapotranspiración, el bosque amazónico actúa como una gran fábrica de agua que mantiene el clima y alimenta los «ríos voladores», que llevan humedad por el aire hasta lugares tan lejanos como los Andes o el sur de Brasil.
Estos ríos ayudan a regular el clima manteniendo el equilibrio en todo el sur del continente; sin su presencia en la región habría más sequías y temperaturas extremas, fenómenos que, de hecho, se han venido acentuando cada vez más por problemas como la deforestación.
Recordemos que, según la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible, la deforestación en esta zona representa un 68,2 % del total del país, con un 62,5 % en áreas protegidas y 9 % en parques nacionales.
«Este sistema es tan importante, que aproximadamente el 80 % de las lluvias en Yarimaguas (Perú), los páramos de Sumapaz y Chingaza en los alrededores de Santa Fe de Bogotá, y muchos otros lugares de Suramérica dependen del agua amazónica. Además, el problema de la deforestación también influye en un 20 % a la emisión de gases de efecto invernadero, e incluso impide que los bosques succionen aire húmedo desde el océano, en algo llamado como mecanismo de la bomba biótica de humedad atmosférica», afirmó el profesor Poveda.

Colombia, un país anfibio que olvida sus ríos y humedales
Por su parte, el profesor Santiago Duque, de la UNAL Sede Amazonia, explicó por qué Colombia es un país anfibio en el que los ríos y humedales necesitan de una atención urgente. «Por eso es crucial reconocer la ronda hídrica que compone el sistema de la Amazonia y cómo inunda el territorio, pues en el país conocemos muy poco como de su funcionamiento».
«Colombia no solo es árboles, debajo de ese paisaje conocido hay toda una gama de ríos que llevan agua, y este recurso es el que soporta las cuencas amazónicas y ha tenido influencia en culturas indígenas como la zenú y los muiscas, pero lastimosamente hemos acabado con los pocos humedales que quedan, y los lagos de lugares como el Magdalena».
De ahí parte la importancia de cuidar el río Amazonas y todos los sistemas que alimenta, como por ejemplo el sistema de lagunas de Yahuarcaca, que tiene cientos de especies de peces como pirarucús, bisagras o tucunarés; vegetación como palmas de canangucha, cedro rojo y blanco, sangretoro, uvos y árboles de caucho; y otros animales como el mono perezoso, del delfín rosado, el martín pescador y el caimán negro.
Abel Antonio Santos, doctor en Estudios Amazónicos de la UNAL, indígena tikuna y gestor del Laboratorio de Lenguas Amazónicas y Diálogos Simétricos de la Sede, manifestó que «el río forma parte de la cosmovisión de su comunidad.
«Lo que mal llamamos mito, para nosotros es la historia de nuestra creación. El origen de la gente tiene que ver con moléculas y partículas de agua. Todo está vivo, y tenemos nueve mundos en los que los ríos están unidos, pues uno no puede existir sin el otro».

La huella amazónica en el agua de Chingaza
Otro de los invitados al evento es Julio Fierro Morales, director del Servicio Geológico Colombiano, egresado y profesor de la UNAL durante varios años, quien explicó el análisis que adelanta esta entidad para determinar cómo influyen los ríos de la Amazonia en el páramo de Chingaza.
«Se han usado técnicas de isótopos estables, que son versiones de los elementos químicos que tienen el mismo comportamiento pero con un peso ligeramente diferente. Por ejemplo, algunas moléculas de agua son un poco más pesadas que otras por los átomos que las forman. Al analizar estas diferencias en el agua de lluvia o de los ríos, los científicos pueden ‘rastrear’ de dónde viene esa agua».
Así han descubierto que parte del agua que llega a lugares como Chingaza (donde se recoge agua para Santa Fe de Bogotá) viene de la Amazonia, transportada por los «ríos voladores», es decir que los isótopos estables ayudan a comprobar que la selva amazónica juega un papel trascendental en llevar humedad hasta los Andes.
«El 25 % del agua que llueve en Chingaza proviene de la Amazonia, fundamentalmente entre abril y octubre. Ese es el momento determinante, todos los análisis que se hicieron establecen ese comportamiento, y allí estamos viendo parámetros meteorológicos para ver qué es lo que llega al páramo», indicó el experto Fierro.
Finalizó enfatizando en que entre la Amazonia y los Andes existe un efecto de modulación, lo que quiere decir que desde hace más de 100.000 años los cambios en una región impactan en la otra, por lo que es determinante hacer estudios para ver cómo ha evolucionado esto en el tiempo y cómo han respondido los ecosistemas del país.
La Cumbre de Países Amazónicos 2025 se realizó en la Hemeroteca Nacional de Colombia y es organizado por el Gobierno nacional con la ayuda del Ministerio de Relaciones Exteriores en Alianza con la Secretaría General de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA). Es un espacio de encuentro entre los Gobiernos, el cuerpo diplomático, las autoridades de los pueblos indígenas, la academia y los representantes de plataformas y organizaciones en pro de la Amazonia, como una forma de tejer rutas comunes entre los países de la región.
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