Los incendios baten récords en Europa

 


Los incendios baten récords en Europa, con la península ibérica como su principal víctima

Fecha de Publicación: 02/09/2025
Fuente: Agencia EFE Verde
País/Región: Europa


En lo que va de año, la superficie calcinada en la Unión Europea (UE) ha superado el millón de hectáreas, el peor dato desde que hay registros, en gran parte debido a los intensos incendios de agosto en la península ibérica que dejaron fallecidos, miles de evacuados y áreas protegidas arrasadas.
A un mes de que termine la temporada de incendios, el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS, por sus siglas en inglés) contabiliza 1.016.425 hectáreas (ha) quemadas, superando las 993.558 ha de 2017, hasta ahora el récord desde que comenzaron los registros en 2006.
Solo España y Portugal concentran más del 60 % de la superficie arrasada por el fuego en los 27 países. En el caso español, los incendios han devastado 377.234 ha, el 37 % del total, mientras que en Portugal la cifra asciende a 260.358 ha, un 25 %.

Ola de calor y vegetación como combustible
El mes comenzó con una intensa ola de calor que se sintió en todo el sur de Europa, pero especialmente en los dos países ibéricos. En España duró 16 días y se convirtió en la más potente desde que hay registros, con una anomalía de 4,6 grados.
Según un informe divulgado este viernes por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), la primavera de este año —“muy húmeda” en gran parte de la península— favoreció un crecimiento extraordinario de la vegetación que, tras un junio y julio secos y cálidos, se convirtió en combustible para los incendios.
Las llamas no solo arrasaron el territorio, también dispararon los gases contaminantes. Según EFFIS, entre el 1 de enero y el 26 de agosto se liberaron 38,37 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) como consecuencia de los incendios, más del triple que en el mismo periodo de 2024 (11,46 millones).

Emisiones excepcionales y aire deteriorado
El científico del Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus (CAMS), Mark Parrington, calificó de “excepcionales” las emisiones de los incendios españoles y portugueses durante agosto, y advirtió de que las grandes cantidades de humo y partículas PM2,5 provocaron un “grave deterioro de la calidad del aire” en la península ibérica y en partes de Francia.
En España, regiones como Castilla y León (centro-norte), Galicia (noroeste) o Extremadura (oeste) han sido las más castigadas por los incendios forestales que, en las últimas semanas, llegaron a registrar más de una veintena de focos graves activos al mismo tiempo.
Los fuegos han dejado, al menos, ocho fallecidos en lo que va de año y, solo en agosto, obligaron a evacuar a más de 35.000 personas, calcinaron pueblos, espacios naturales protegidos o cortaron carreteras y vías ferroviarias.
El paisaje de Las Médulas (León), donde se ubica la mayor mina de oro a cielo abierto del Imperio Romano, catalogada por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad, se ha visto envuelto en las llamas que se llevaron consigo algunos de sus castaños centenarios.

Patrimonio natural bajo amenaza
También se quemaron áreas del Parque Nacional de Picos de Europa y se vieron afectados los peregrinos que recorrían el Camino de Santiago en tramos próximos a los incendios.
Portugal, aunque con menos hectáreas totales quemadas, es el país de la UE que más porcentaje de territorio ha visto consumido por las llamas: un 2,83 %, concentrado sobre todo en las regiones del centro y norte.
La ola de incendios dejó cuatro fallecidos, evacuaciones y también áreas naturales afectadas, con un incendio dentro del Parque Natural del Douro Internacional, en el norte, además de que un fuego en la zona de Arganil (centro) arrasó más de 64.400 hectáreas, convirtiéndose en uno de los mayores incendios de su historia.

Grecia y el reto climático
La potente ola de calor de este agosto también favoreció el avance de los incendios en países como Albania o Grecia, donde se registraron, a su vez, víctimas mortales y desalojos.
En Grecia, con 46.783 hectáreas quemadas —una superficie muy por debajo de otros años en los que se superaron las 100.000 ha— el calor y los vientos propiciaron el estallido de 152 incendios en 24 horas a mediados de mes.
La situación al norte del Peloponeso, con focos fuera de control, obligó a evacuar a unas 7.500 personas y, días antes, un incendio en el sureste de Atenas dejó un fallecido.

Más incendios en el futuro
La Agencia Espacial Europea (ESA) recordó el miércoles pasado que el reto a largo plazo es que se prevé que estos fenómenos sean cada vez más frecuentes e intensos, a medida que se agrava la crisis climática.
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EE.UU. advierte sobre calidad del agua en playas

 


¿Planeas nadar este fin de semana? Cuidado con la contaminación fecal en playas en EEUU

Fecha de Publicación
: 02/09/2025
Fuente: Agencia AP News
País/Región: Estados Unidos


Miles de estadounidenses acudirán a las playas este fin de semana del Día del Trabajo para disfrutar de un último chapuzón de verano, pero darse un baño podría no ser una opción: muchas de las playas publicarán advertencias contra el nado debido a niveles inseguros de contaminación fecal.
Las playas desde Crystal River, Florida, hasta Ogunquit, Maine, han estado esta semana bajo advertencias sobre la calidad del agua debido a niveles elevados de bacterias asociadas con desechos fecales. Las advertencias suelen desaconsejar a los visitantes de la playa que entren al agua porque los microorganismos pueden causar enfermedades gastrointestinales, erupciones y náuseas.
Esta semana se han producido cierres en algunos de los destinos de playa más populares del país, como Keyes Memorial Beach en el poblado de Cape Cod en Hyannis, Barnstable, Massachusetts; Benjamin’s Beach en Long Island en Bay Shore, Nueva York, y en una parte de la costa de Imperial Beach cerca de San Diego. Incluso en las playas de arena blanca y prístina de Hawai, el Departamento de Salud del estado advirtió sobre un alto conteo de bacterias en Kahaluu Beach Park en la Isla Grande.
Se trata de un problema antiguo y generalizado. Casi dos tercios de las playas evaluadas en 2024 en todo el país experimentaron al menos un día en el que los indicadores de contaminación fecal alcanzaron niveles potencialmente inseguros, señaló el grupo de conservación Environment America en un informe emitido este verano.
El grupo revisó playas en las costas y los Grandes Lagos y encontró que el 84% de las que se encuentran en la Costa del Golfo superaron el estándar al menos una vez. El número fue del 79% para las playas de la Costa Oeste, 54% para las playas de la Costa Este y 71% para las playas de los Grandes Lagos.
En el informe también se indica que más de 450 playas fueron potencialmente inseguras para nadar en al menos el 25 por ciento de los días evaluados. Una razón clave es la obsolescencia de los sistemas de agua y alcantarillado, que permiten que la contaminación de las aguas residuales llegue a los lugares donde la gente nada, dijo John Rumpler, director de agua limpia y abogado de alto nivel de Environment America.
“Estas playas son un tesoro para las familias de toda Nueva Inglaterra y de todo el país. Son un recurso compartido”, dijo Rumpler, que reside en Boston. “Necesitamos invertir para asegurarnos de que, literalmente, nuestros propios desechos humanos no terminen en los lugares donde nadamos”.
Otros factores también han desempeñado un papel en la contaminación de las playas, entre ellos, el clima cada vez más severo que sobrecarga los sistemas de alcantarillado, y la expansión suburbana que pavimenta áreas naturales y reduce la capacidad del ecosistema para absorber el agua de lluvia, dijo Rumpler.
Pero muchas personas planean saltar al océano de todos modos. Hubo una advertencia de dos días sobre un índice elevado de bacterias indicadoras de contaminación fecal el mes pasado en Rehoboth Beach, Delaware, pero eso no preocupaba a Yaromyr Oryshkevych.
“Realmente no espero estar en ningún tipo de peligro de contaminación fecal”, dijo Oryshkevych, un dentista jubilado. Dijo que no creía que Rehoboth estuviera lo suficientemente cerca de una contaminación notable como para preocuparse, y esperaba que las corrientes naturales del océano se encargaran de cualquier problema de contaminación en el área.
Dana West, un trabajador federal que visitaba Rehoboth Beach, recordó un caso a principios de este año en el que una docena de miembros de su grupo de vacaciones experimentaron problemas gastrointestinales. Los síntomas ocurrieron después de que participaron en una excursión de snorkel, una actividad que aumenta la probabilidad de ingerir agua de mar, frente a la costa de Isla Mujeres, México.
Fue una experiencia desagradable, pero no espera que se repita este fin de semana en Delaware.
“Pero en general, no me preocupa el nivel de materia fecal y bacteriana”, dijo West mientras admiraba la costa de Rehoboth. “Supongo que las autoridades locales nos informarán si hay niveles más altos de lo normal”.
A pesar de la confianza de West, algunas playas del área de Rehoboth, entre ellas, las cercanas Rehoboth Bay y Dewey Beach, estuvieron efectivamente bajo advertencias de agua esta semana. Dichas advertencias no siempre se colocan en señales públicas.
Environment America evaluó la seguridad de las playas en su informe al examinar si los niveles de bacterias fecales superaban los estándares establecidos por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos que desencadenan una alerta para evitar el agua. En esos niveles, las bacterias fecales pueden causar enfermedades en 32 de cada 1.000 nadadores.
En Carolina del Norte, cinco playas estuvieron bajo advertencias a finales de agosto debido a niveles elevados de bacterias fecales. Las playas están abiertas, pero se advierte a los nadadores que entrar al agua podría ser riesgoso, dijo Erin Bryan-Millush, supervisora del programa ambiental del Departamento de Calidad Ambiental de Carolina del Norte.
El huracán Erin provocó una extensa erosión y marejadas en algunas áreas costeras, según el Departamento de Calidad Ambiental. Los eventos de lluvias intensas este verano también exacerbaron el problema de la contaminación en algunas áreas, dijo Bryan-Millush.
“Esos desagües pluviales llevan de todo”, dijo Bryan-Millush. “Podría ser realmente malo para alguien con el sistema inmunológico comprometido”.
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La corriente Amoc podría colapsar antes de lo previsto

 


El colapso de la Corriente Oceánica del Atlántico es cada vez más probable. ¿Un futuro climático al borde del abismo?

Fecha de Publicación: 01/09/2025
Fuente: Portal MeteoRed
País/Región: Internacional


Un estudio con 25 modelos climáticos advierte que la Circulación Meridional del Océano Atlántico (AMOC) podría colapsar en 2063, amenazando con alterar el clima global de forma irreversible, como en una película de Hollywood.
La película El día después de mañana nos mostró un mundo donde el colapso de las corrientes oceánicas desencadena un caos climático: tormentas extremas, nevadas en los trópicos y un frío glacial en Europa.
Aunque Hollywood exageró el ritmo y la magnitud, la ciencia detrás no es pura ficción. La Circulación Meridional del Océano Atlántico (AMOC por sus siglas en inglés), un sistema vital de corrientes oceánicas, está en riesgo real de debilitarse o colapsar debido al cambio climático, y un nuevo estudio sugiere que esto podría comenzar en 2063.
Este sistema, esencial para regular el clima global, está mostrando señales de alarma. Un análisis de 25 modelos climáticos indica que, si no reducimos drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero, la AMOC podría llegar a un punto de inflexión con consecuencias devastadoras.
Desde cambios extremos en el clima hasta impactos en la agricultura y el nivel del mar, el colapso de la AMOC no es solo un problema de película: es una amenaza que debemos entender y enfrentar.

La AMOC, el motor climático del planeta
Podemos imaginarla como el sistema circulatorio de nuestro planeta: la AMOC es una gigantesca corriente que transporta agua caliente y salada desde los trópicos hacia el norte del Atlántico y agua fría y más densa de regreso al sur. Este flujo, que incluye la Corriente del Golfo, mantiene los inviernos europeos más suaves, regula las lluvias en los trópicos y transporta hasta el 25 % del calor global océano-atmósfera. 
El calentamiento global está poniendo en jaque este sistema. El derretimiento de glaciares en Groenlandia y el aumento de lluvias vierten grandes cantidades de agua dulce en el Atlántico Norte, lo que es como añadirle agua al combustible de un motor: lo hace fallar.
El agua dulce reduce la densidad del agua salada, impidiendo que en regiones donde se enfría lo suficiente, se hunda y mantenga así el flujo de la AMOC. Si este proceso se detiene, la AMOC podría debilitarse o incluso colapsar, afectando el clima de manera drástica en todo el mundo… ¡y los datos muestran que ya está perdiendo fuerza!

Consecuencias del colapso: un mundo irreconocible
Un colapso de la AMOC tendría efectos devastadores y en cascada en todo el planeta. En Europa, especialmente en el noroeste (Reino Unido, Irlanda, Noruega, Suecia, Dinamarca, Islandia), las temperaturas podrían caer entre 5 y 10 °C, con caídas extremas de hasta 30 °C en invierno en algunas zonas. Esto haría los inviernos más severos, lo que podría disparar los costos de calefacción y adaptación de infraestructura, afectando la agricultura.
Las borrascas invernales se intensificarían, trayendo tormentas más frecuentes y potentes, y una mayor proporción de precipitaciones caería como nieve, alterando ecosistemas y sistemas de transporte. En el sur de Europa, como la Península Ibérica, se esperan sequías más prolongadas junto con lluvias torrenciales impredecibles, afectando cultivos como el olivo o el trigo.
A nivel global, los impactos serían igualmente graves. En la costa este de EE. UU., el cese del flujo de la AMOC podría elevar el nivel del mar hasta 50 cm adicionales, inundando ciudades como Nueva York, Miami o Boston, y exacerbando los efectos de las marejadas ciclónicas. 
En los trópicos, la Zona de Convergencia Intertropical se desplazaría hacia el sur, alterando las lluvias en regiones como el Amazonas, el Sahel africano y el sur de Asia. Esto podría provocar sequías severas, amenazando la seguridad alimentaria de miles de millones de personas que dependen de cultivos como el arroz o el maíz. La agricultura en regiones dependientes de lluvias predecibles, como América Latina, enfrentaría pérdidas masivas.
Los monzones asiáticos, vitales para la agricultura en India, podrían debilitarse, causando hambrunas y crisis económicas.Los ecosistemas marinos también sufrirían, ya que la AMOC transporta oxígeno y nutrientes, y su colapso reduciría el oxígeno disuelto en aguas profundas, causando anoxia y afectando la vida marina, desde el plancton hasta los peces comerciales, con consecuencias en la pesca en regiones como el Atlántico Norte, afectando comunidades en Galicia, el Cantábrico o el Golfo de Cádiz. 
 La interrupción de rutas marítimas por condiciones climáticas extremas y cambios en las corrientes afectaría el comercio global, aumentando costos para operadores y puertos. Además, la menor absorción de CO₂ por el océano agravaría el calentamiento global, creando una retroalimentación negativa: mientras Europa se enfría, los trópicos y el hemisferio sur se calentarían más, intensificando olas de calor y huracanes.

El colapso, más cerca de lo que pensamos
Un supercomputador holandés ha simulado estos escenarios, mostrando que un colapso podría intensificar huracanes y tormentas extremas en algunas regiones mientras otras se vuelven áridas. La gravedad de estas consecuencias dependerá de cuánto logremos reducir las emisiones en las próximas décadas.
Un estudio publicado el 24 de agosto en el Journal of Geophysical Research: Oceans analizó 25 modelos climáticos y encontró que los flujos de boyancia superficial, un indicador clave de la salud de la AMOC y que son son como el "empuje" que decide si el agua del océano sube o baja, señalan un posible colapso hacia 2063 en escenarios de altas emisiones (SSP5-8.5). Aunque hay incertidumbre (el rango va de 2026 a 2095), la tendencia es clara: sin acción, el riesgo crece. En escenarios de emisiones más bajas (SSP2-4.5), el colapso es menos probable, lo que nos da una ventana de oportunidad.
Este momento crítico nos recuerda que nuestras decisiones hoy, desde reducir emisiones hasta proteger los ecosistemas, son clave para evitar un futuro donde el clima se vuelva irreconocible.
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Sudamérica con alto potencial para reforestar el planeta

 


Sudamérica posee el mayor potencial para reforestar el planeta

Fecha de Publicación
: 01/09/2025
Fuente: Agencia IPS
País/Región: América del Sur


América del Sur tiene el mayor potencial para la plantación sostenible de árboles, en su gran superficie de bosques talados, señaló un estudio que acaba de divulgar la revista Science, sobre la forestación como vía para enfrentar el cambio climático y salvar al agua y a la biodiversidad en el planeta.
En el mundo, señala el estudio, es posible restaurar bosques en una superficie total disponible de 389 millones de hectáreas (el tamaño aproximado de India), lo que permitiría almacenar 39,9 gigatoneladas de carbono para 2050, equivalentes a aproximadamente 63 % del sumidero anual de carbono de la última década.
Los científicos, 14 investigadores de Australia, China, Estados Unidos, Francia y el Reino Unido, llegaron a estos números tras elaborar mapas globales de carbono del suelo -principalmente de su capa superior-, los cuales revelan las ganancias y las pérdidas de carbono con la forestación.
El mayor potencial para la plantación sostenible de árboles se encuentra en Sudamérica. Solo Brasil representa una quinta parte de la superficie potencialmente adecuada para la forestación.
La publicación del estudio llega en un momento clave, a tres meses de que se reúna en Belém, Brasil, la 30 Conferencia de las Partes (COP30) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, en la que los bosques tropicales estarán en el centro de las negociaciones climáticas.
Hasta ahora, los países de todo el mundo se han comprometido a plantar 230 millones de hectáreas de árboles hasta 2030; pero solo la mitad de los compromisos se han realizado en tierras disponibles de forma sostenible.
La cantidad de tierra disponible para la plantación de árboles es la mitad o a lo sumo dos tercios de las estimaciones anteriores, una vez limitadas para evitar impactos negativos sobre la biodiversidad, la seguridad alimentaria, los recursos hídricos y el calentamiento regional.
Además, esto solo compensa una fracción de las enormes emisiones aportadas por los combustibles fósiles.
En combinación con las limitaciones de la sostenibilidad, los compromisos actuales de plantación de árboles sólo compensarían una pequeña parte de las emisiones de combustibles fósiles.
El estudio también subraya que detener la pérdida de bosques, así como proteger y gestionar los bosques existentes es tan importante, o más, que crear otros nuevos.
En el mundo cerca de un tercio de la superficie terrestre aún está cubierta de bosques, unos 4000 millones de hectáreas, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Detener por completo la pérdida mundial de bosques de aquí a 2030 podría evitar emisiones casi tres veces superiores a los compromisos actuales de plantación de árboles, si se tienen en cuenta los límites de la sostenibilidad.
En general, el estudio concluye que se necesita una planificación y una política más inteligente para liberar el potencial climático de la plantación de árboles.
Zhanghai Qin, coautor del estudio, dijo que “el potencial de la plantación de árboles para almacenar carbono es absolutamente enorme, pero debe hacerse con cuidado. Esto significa utilizar la tierra realmente disponible, prestando atención a las salvaguardias y las limitaciones de sostenibilidad”.
Asimismo, los investigadores señalan que, para asegurar la participación de las regiones tropicales en estos esfuerzos, sobre todo en países de renta baja y media, la financiación internacional es fundamental.
El estudio revela que 90 % de la superficie prometida para la plantación de árboles hasta la fecha se encuentra en países de ingresos bajos y medios.
Brasil, país que presidirá la COP30, planea lanzar el Fondo de Bosque Tropical para Siempre, un mecanismo de financiamiento que busca recompensar a los países que reduzcan la deforestación.
El estudio de Science refuerza la urgencia de que estos esquemas de financiamiento sean diseñados con equidad, pues, aunque la mayor parte del potencial sostenible de forestación está en Sudamérica, los compromisos de plantación de árboles en la región hasta ahora son limitados.
Europa también representa una cuarta parte de la superficie potencial disponible, pero hasta ahora solo ha prometido plantar árboles en 13 % de ese espacio.
En cambio, los países africanos -con mucho menos potencial sostenible, con grandes extensiones de tierras áridas- están asumiendo desproporcionadamente el esfuerzo.
África por sí sola representa la mitad de la superficie comprometida -por ejemplo, en la “muralla verde” a plantar en el Sahel, la franja semiárida que cruza el continente de oeste a este- aunque, una vez considerados los impactos en la biodiversidad, solo cuenta con cuatro por ciento de la superficie potencial mundial.
El Fondo podría ayudar a corregir esos desequilibrios, si viene acompañado de compromisos financieros ambiciosos de los países desarrollados, para apoyar la restauración de bosques y para garantizar la protección de los ya existentes.
Los resultados del estudio también dialogan con los compromisos recientes de los países amazónicos, reunidos la semana pasada en Bogotá bajo la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (Otca).
Allí se insistió en la necesidad de financiamiento internacional para sostener los planes de reducción de la deforestación y restauración de ecosistemas.
El estudio reconoce que “el desarrollo social y económico, las prioridades de conservación y las necesidades e intereses de las comunidades también deben tenerse en cuenta al contabilizar la oferta y la productividad de las tierras” a reforestar “para determinar el potencial de mitigación ‘práctico’, no solo ‘teórico’, por país y región”.
“La efectividad de la forestación como una solución climática natural depende en última instancia de tomar acción: actuar más rápido, establecer objetivos más altos, priorizar áreas con mayores beneficios y coordinar esfuerzos globales para los lugares correctos con especies adecuadas”, concluyen los autores.
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