Tecnócratas que impulsan la peligrosa geoingeniería

 


Geoingeniería: cuando científicos de Silicon Valley quieren tapar el sol para enfriar la tierra

Fecha de Publicación
: 08/04/2025
Fuente: Agencia RFI
País/Región: Internacional - Estados Unidos


La inyección masiva de aerosoles para disminuir la radiación solar y limitar el cambio climático es una técnica impulsada por varias empresas estadounidenses. Sin embargo, aunque parezca futurista, la geoingeniería solar presenta múltiples peligros, advierten científicos.
La propuesta de la Planetary Sunshade Foundation se asemeja a un guión de ciencia ficción. Esta iniciativa privada, con sede en Los Angeles, propone desplegar una gigantesca sombrilla en el espacio para reflejar la luz solar y de esta manera disminuir el efecto invernadero en la Tierra.
Y es que con la aceleración del cambio climático - nuestra trayectoria actual nos llevaría hacia un aumento de 3°C de las temperaturas globales -, los defensores de la geoingeniería solar abogan por alterar la radiación a gran escala, además de reducir nuestro uso de los combustibles fósiles, principal causa del cambio climático.
“La geoingeniería solar o lo que se llama ‘modificación de la radiación solar’ (SRM en inglés) agrupa técnicas que buscan reflejar parte de la radiación solar. O sea que la radiación que llega al planeta se refleje hacia el espacio en orden de reducir el calentamiento global”, explica Alex Godoy Faúndez, profesor asociado en la Universidad del Desarrollo en Chile y miembro comité científico asesor en temáticas de cambio climático del gobierno de Chile.
Los modelos de ingeniería solar proponen “inyectar a nivel estratosférico aerosoles como sulfato o carbonato de calcio o bien con el blanqueamiento de nubes marinas para aumentar el reflejo de la radiación en términos geográficos enormes, como si fuese un espejo”, agrega en entrevista con RFI.
Dicha tecnología, sin embargo, está en fase experimental. Según la plataforma Geoingeneering Monitor, que compila los proyectos de geoingeniería a nivel global, existen actualmente 17 proyectos de geoingeniería solar. El Great Barrier Reef MCB en Australia plantea, por ejemplo, pulverizar gotas de agua de mar para que las partículas de sal aumenten el potencial reflectivo de las nubes, y así limitar el deterioro de los corales bajo el efecto del calor.
“La mayoría de los estudios que existen son modelaciones climáticas en computador. Sin embargo, el interés por este tipo de aproximación ha aumentado entre el año 2015 y 2022, precisamente porque se ha agravado el efecto del cambio climático”, observa Alex Godoy Faúndez.

Rechazo contundente de la comunidad científica
“El problema que existe es un riesgo ético. La posibilidad es que [la geoingeniería solar] se use como excusa para no salir de los combustibles fósiles. Esta preocupación ya lo despertó el IPCC (Grupo Internacional de Expertos sobre Cambio Climático, GIEC), del cual me tocó ser parte del año 2018”, advierte el investigador chileno.
“Otro aspecto tiene que ver con la inequidad, porque cambiar el balance climático es cambiar los equilibrios energéticos del planeta”, alerta Godoy Faúndez.
“¿Qué pasa si un país unilateralmente decide aplicar un experimento a gran escala que perjudique a muchos países? Los modelos incluso sugieren que una inyección mal calibrada podría alterar desde los monzones africanos asiáticos, afectando la agricultura y poniendo en riesgo la seguridad alimentaria de millones de personas”, recuerda el especialista.
En el 2022, más de 400 científicos y expertos de 60 países firmaron una carta abierta para solicitar un acuerdo internacional de no uso unilateral de la geoingeniería. “Apostamos por alternativas que hoy son más seguras y efectivas con una transición energética justa, una conservación de los ecosistemas, la promoción y la inversión en tecnologías limpias y apuntar hacia una justicia climática global”, concluye Alex Godoy Faúndez, firmante de dicha carta.

El sueño 'tecnosolucionista' de la Silicon Valley
Bombardear la atmósfera con aerosoles para reducir la radiación solar plantea también serios retos en materia de justicia climática y varias pruebas se han hecho a espaldas de las comunidades locales, advierte por su parte el colectivo ambientalista HOME (Manos fuera del planeta por su abreviatura en inglés).
El proyecto Scopex, financiado por Bill Gates y lanzado en 2019, que consistió en la liberación de carbonato de calcio y sulfato desde un globo a gran altitud para reflejar la luz solar, fue finalmente abandonado el año pasado debido al rechazo de comunidades locales en Suecia. Este caso fue un emblema de la falta de consenso social en torno a la geoingeniería según Silvia Ribeiro, periodista de investigación y asesora de la plataforma HOME, que monitorea los proyectos de geoingeniería en el mundo.
“Lo que impulsa este tipo de arreglos tecnológicos es que cualquier problema que cause el cambio climático no es necesario ir a las causas porque se puede manejar con tecnología y esto es exactamente el tipo de mentalidad de Silicon Valley, o sea, de las grandes empresas tecnológicas que en este momento también son los hombres más ricos del mundo”, constata Silvia Ribeiro.
En México, la startup estadounidense Make Sunset liberó dióxido de azufre en territorio mexicano sin el consentimiento de las autoridades ni de la población local. El cofundador del proyecto, Luke Iseman, un empresario estadounidense, dice haberse inspirado de una novela de ciencia ficción, Termination Schock (William Morrow, 2021), y propone 'créditos de refrigeración' a clientes que buscan compensar sus emisiones de CO2.
Después de la revelación de estos experimentos. El gobierno mexicano declaró la prohibición de la geoingeniería solar en su suelo en virtud del principio precautorio.
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