Fuerte temporal en Asia deja miles de muertos

 


Un millar de asiáticos perece bajo las aguas en diez días de caos climático

Fecha de Publicación
: 03/12/2025
Fuente: La Vanguardia (España)
País/Región: Asia


Diez días de precipitaciones extremas han dejado un millar de muertos en el sur de Asia, entre Sri Lanka y Tailandia. Indonesia se ha llevado la peor parte, con 443 fallecidos en la isla de Sumatra, tras el paso del ciclón Senyar. Más al norte, en Malasia, hubo veinte mil desplazados, pero solo tres muertos. Mientras que al otro lado de la frontera, en el sur de Tailandia, las calles de varias ciudades se convirtieron en ríos navegables, arrastrando un mínimo de 170 cadáveres.
Al otro lado del Índico, en Sri Lanka, el balance del ciclón Ditwah sigue empeorando y alcanza ya los 334 muertos y 370 desaparecidos. En este caso, los desprendimientos de tierra han contribuido al cómputo de víctimas. Su presidente, Anura Kumara Dissanayake, declaró el sábado el estado de emergencia, con uno de cada veinte ciudadanos desplazado o atendido en refugios. “Estamos ante la peor catástrofe natural de nuestra historia”, ha dicho, olvidando el tsunami de 2004.

Sri Lanka declara la emergencia con un millón de personas desplazadas o atendidas en refugios
El ejército ha sido desplegado y todos los empleados de SriLanka Airlines, por ejemplo, han sido llamados a sus puestos.
El caudal de los ríos está en máximos históricos y se teme la rotura o desbordamiento de presas. Hay pueblos enteros sumergidos y puentes que han sido barridos, mientras se suceden los apagones.
India ha repatriado a 750 de sus ciudadanos, mientras envía ayuda de emergencia, como están haciendo Pakistán, China, Japón o la UE.
El corazón tradicional de la isla, Kandy, es el lugar más afectado , con 88 muertos (155 desaparecidos) seguido de Badullla con 71 y Nuwara Eliya con 68.
Sumatra suma más fallecidos, pero también es la sexta isla más extensa del mundo y el gobierno se resiste a declarar el estado de emergencia. El norte ha sido particularmente golpeado, aunque Banda Aceh –1.500 km al este de Sri Lanka– también cuenta sus muertos por docenas.
El organismo meteorológico nacional subraya que Sumatra no era escenario tradicional de ciclones, pero que han observado un cambio de pauta en los últimos diez años que corroboraría el cambio climático.
En Indonesia la polémica está servida porque el gobierno de Prabowo Subianto ha recortado 16.000 millones de euros del presupuesto de varios departamentos, en el caso de Meteorología, un 40%.
En Tailandia, la falta de previsión y la reacción tardía del ejecutivo también han provocado indignación. Las autoridades terminaron despachando a su único portaaviones -de fabricación española- para colaborar en el rescate, como hizo durante el tsunami. Tal como entonces, ha trascendido el exceso de precaución de los órganos meteorológicos a la hora de difundir avisos potencialmente negativos para el sector turístico.
El domingo, los equipos de socorro de los países citados seguían intentando acceder a muchas de las zonas afectadas por las inundaciones, a pesar de que las aguas habían retrocedido. En el caso de Indonesia, dos pueblos permanecían inaccesibles e incomunicados.
En Tailandia, donde las lluvias más intensas se produjeron hace dos viernes -en Hat Yai, récord en 300 años- causó sensación la muerte de un hombre por inanición.
Las propias autoridades siamesas llamaron a los propietarios de motos náuticas a colaborar en la distribución de víveres por las calles inundadas, ante el desafío logístico, con tres millones de damnificados. La mayoría en la provincia de Songkhla.
Allí ha cargado contra el gobierno uno de sus hijos predilectos, el superpolicía Surachate Hakparn, alias Big Joke, conocido en España porque consiguió resolver el crimen de Daniel Sancho en un par de días. Ahora estima que la cifra real de muertos “estaría entre 600 y 700, potencialmente 1000”, reclamando la dimisión del primer ministro interino, Anutin Charnvirakul. Este ponderaba disolver el parlamento y convocar elecciones la semana que viene, extremo ahora más que dudoso.
En Indonesia se registraron episodios de saqueo de tiendas, antes de que las autoridades lograran poner en solfa la distribución de productos de primera necesidad, el sábado, a pesar de la caída de las comunicaciones y la obstrucción de carreteras.
Allí todavía hay 406 desaparecidos y 213.000 desplazados. Afrianti, de 41 años, en la ciudad de Padang, en Sumatra Occidental, dijo a la agencia Reuters que todo lo que le quedaba era la pared en que se apoyaba: “Mi casa y mi tienda han desaparecido. No me queda nada”
En el sur de Tailandia se han vivido situaciones entre el horror y el esperpento. Una mujer fue rescatada mientras navegaba encima de su nevera. El celo con que se abrazaba a esta no era solo por salvar su vida, sino también el cadáver de su madre ahogada, que guardaba dentro para que no se lo llevara la corriente. El cielo se aclara, el horizonte, no.
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