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Océanos: origen y futuro de la humanidad

El rescate de los océanos podría ser la salvación de los humanos

Fecha de Publicación
: 01/04/2013
Fuente: CNN
País/Región: Internacional


Nota del editor: Philippe Cousteau es empresario social y defensor del medio ambiente; también es corresponsal especial de CNN International y uno de los fundadores y presidente de la prominente organización no lucrativa de educación ambiental, EarthEcho International. Puedes seguirlo en su cuenta de twitter: @pcousteau

Es un imperativo ambiental sanar nuestros mantos acuíferos para tener un futuro próspero y sustentable
Mi abuelo, Jacques Cousteau, y mi padre Philippe, dedicaron su vida a revelar las maravillas del océano y a entender nuestra conexión con este vasto cuerpo de agua. Su labor inspiró a varias generaciones y maravilló a la gente.
Los tiempos y las circunstancias han cambiado, así como las percepciones sobre el océano. En los últimos años, la atención se ha centrado en los retos graves a los que el océano se enfrenta y el impacto que tienen en nuestra vida.
Los efectos del cambio climático, la contaminación y la pesca excesiva deberían ocupar los titulares porque el océano y toda la humanidad depende de esos recursos, los cuales tienen una gran probabilidad de sufrir un colapso catastrófico de los ecosistemas oceánicos si seguimos actuando como hasta ahora.
A pesar de los retos, creo que es momento de recuperar el sentido de asombro e inspiración por el océano que mi abuelo y mi padre sentían cuando miraban la superficie. De hecho, el océano puede y debería ser una fuente de esperanzas y de soluciones para un futuro más brillante.
Antes de que me acusen de evadir la dura y fría realidad del mundo, escúchenme. Lo que propongo es que retrocedamos y veamos que un océano sano tiene el potencial de proveernos de una vida próspera y sostenible.
Tómense un momento para pensar acerca de lo que el océano hace diariamente por nosotros: produce la mitad del oxígeno del mundo; es una fuente principal de proteína para más de 1,000 millones de personas; sus ecosistemas naturales, como los arrecifes coralinos, los manglares y los humedales, protegen contra la erosión de las costas y los desastres naturales como los tsunamis; regula nuestro clima; un océano sano alimenta negocios sostenibles y una economía sólida para sectores como el de alimentos, turismo, farmacéuticos y navegación.
Y eso es tan solo el comienzo. Echen un vistazo al artículo Why the Ocean Matters de Ocean Conservancy, si quieren quedar realmente asombrados. Lo que quiero decir es que la respuesta a muchos de nuestros grandes retos ambientales y sociales literalmente nos rodea.
Para que el océano siga haciendo lo que ha hecho durante millones de años y cubra las necesidades de una población humana de manera rápida, tiene que estar sano.
La biodiversidad, los arrecifes coralinos, los humedales y los océanos limpios no solo son palabras, sino imperativos ambientales que dictarán el futuro del planeta.
Tenemos el conocimiento y los recursos para conservar y restaurar los sistemas acuáticos y marinos que lo mantienen sano… y a nosotros también. Como dijo mi abuelo: "La tecnología que usamos para abusar del planeta es la misma que puede ayudarnos a sanar".
Las grandes tecnologías, como la energía renovable, la disminución de las emisiones de carbono y los avances en la acuicultura, ciertamente, juegan un papel importante en la restauración del sano equilibrio del océano y del planeta; sin embargo, en algunos casos, es necesario dar a la naturaleza el espacio y el tiempo para que haga lo que tiene que hacer con nuestra ayuda.
Las regulaciones que ayudan a restablecer y proteger la población de peces, los proyectos de recuperación y conservación que tienen como fin proteger y nutrir las barreras naturales como los arrecifes y los humedales.
Los esfuerzos de reforestación pueden tener un gran impacto en la salud del océano sin que sea necesario recurrir a una ciencia complicada.
Tomemos como ejemplo a la industria pesquera: durante los próximos 40 años habrá 2,000 millones de personas más, que necesitarán mayores fuentes de proteínas. Si estas provinieran principalmente del ganado habría un riesgo muy grande de que el agua y la tierra se contaminen catastróficamente, sin mencionar el incremento exponencial de las emisiones de carbono.
Sin embargo, algunos cálculos indican que con tan solo optimizar la gestión de la industria pesquera sería posible alimentar hasta a 1,000 millones de personas, y cabe recordar que los mariscos son una fuente de proteínas entre siete y diez veces más eficiente que los recursos cárnicos terrestres, si se manejan de forma adecuada.
Si piensan que la responsabilidad está en manos de los políticos y las industrias, están equivocados. Todos los días, cada uno de nosotros tiene la oportunidad de tomar decisiones que influyan: desde lo que comemos hasta lo que compramos, pasando por el ejemplo que damos a nuestros hijos y amigos.
La buena noticia es que los grupos enfocados a la tecnología y al futuro han proporcionado algunas buenas herramientas y recursos que nos inspiran a tomar buenas decisiones. Tenemos, por ejemplo, la guía de bolsillo Seafood Watch del acuario de la bahía de Monterey, la aplicación Rippl de Ocean Conservancy, o el Water Planet Challenge de EarthEcho.
Todo se resume a la voluntad colectiva e individual. Pregúntense esto: Cuando miren al océano dentro de 10 años, ¿quieren ver un triste recordatorio de lo que pudo haber sido, o quieren sentirse asombrados e inspirados por una sensación de posibilidades infinitas?
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