El grave impacto en las reservas del muro de Trump

 


El muro fronterizo de Estados Unidos atraviesa refugios para especies silvestres

Fecha de Publicación
: 05/11/2020
Fuente: National Geographic
País/Región: Estados Unidos - México


El muro es enorme y con el acero que contiene podrían construirse 10 edificios como el Empire State. ¿Por qué se subestima la que se ha descrito como la «mayor amenaza para las especies en peligro de extinción»?
En el monumento nacional Organ Pipe Cactus, en Arizona, hay más de 30 especies de cactus, entre ellas el saguaro, un gigante del desierto que domina el paisaje y vive durante siglos. Especialistas del desierto como el berrendo de Sonora y la tortuga de pantano de Sonora, especies en peligro de extinción, salen adelante con unos pocos centímetros de lluvia cada año.
Esta Reserva de Biosfera de la Unesco se encuentra en la frontera entre México y Estados Unidos, que antes estaba demarcada por una valla de un metro de alto que atravesaba esta zona silvestre y permitía que los animales se movieran libremente. Con todo, a principios de 2020 empezó a construirse el proyecto distintivo del presidente Trump: un muro de acero y hormigón de nueve metros de alto.
Ahora, ese muro está casi terminado y atraviesa los 48 kilómetros de la reserva.
Organ Pipe no es el único lugar afectado. El muro fronterizo está construyéndose rápidamente. Se han terminado casi 640 kilómetros en los dos últimos años, la mayoría en California, Arizona, y Nuevo México. Ahora, el muro proyecta su sombra sobre la mayor parte de la frontera con Texas y están construyéndose otros 530 kilómetros.
Sin embargo, la envergadura del muro, su impacto ambiental y la rápida expansión de su huella no han recibido la atención pública que cabría esperar, en parte porque la política ha ocultado la realidad de lo que ocurre en la frontera.

Diez edificios como el Empire State
Según algunas estimaciones, el muro fronterizo es el mayor proyecto de obras públicas en décadas. Los contratistas de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) han construido muros que contienen casi 600 000 toneladas de acero. Esa cantidad bastaría para construir 10 edificios como el Empire State. Asimismo, la base del muro consta de 800 000 toneladas de hormigón.
Ya se han destinado 15 000 millones de dólares para financiarlo y costará aproximadamente el doble de lo que costó construir el canal de Panamá a principios del siglo XX en dinero de hoy. Con ese dinero podrían construirse y lanzarse tres telescopios espaciales Hubble o pagar un salario generoso a más de 200 000 profesores de institutos públicos que, casualmente, es el número aproximado de maestros que enseñan en los cuatro estados fronterizos.
Con todo, algunos opositores políticos de Trump y periodistas de renombre han señalado que la gran mayoría del muro fronterizo construido hasta ahora supone un «remplazo», como si sugirieran que el muro no representa un cambio considerable. Pero eso es falso. Casi todo este muro de «remplazo» es un vallado de nueve metros de alto hecho de postes de acero y la mayoría remplaza una valla de alambre baja y barreras para vehículos de pocos metros de alto, según la CBP.
«Cada kilómetro del sistema del muro fronterizo construido es nuevo, independientemente de si se construye en un lugar donde antes no existían barreras o de si se remplaza una barrera de acero para vehículos de metro y medio de alto con un muro de bolardos de acero de cinco a nueve metros complementado con carreteras y tecnologías», afirma Matthew Dyman, portavoz de la CBP.
Según Laiken Jordahl, activista del Centro para la Diversidad Biológica, un grupo medioambiental, restar importancia a la escala de esta obra es contraproducente e ilógico. Jordahl señala que la mayoría de los estadounidenses —en torno a un 60 por ciento— no apoya la construcción de más tramos del muro.
Un motivo de la falta de conciencia pública es que la construcción del muro fronterizo tiene lugar en áreas silvestres, explica Myles Traphagen, científico de conservación de Wildlands Network, un grupo medioambiental independiente dedicado a preservar los pasillos ecológicos. Señala que el muro atraviesa lugares que la mayoría de la gente no visita y, a menudo, la CBP no permite que haya gente cerca de los equipos de construcción.
«Ojos que no ven, corazón que no siente», dice Traphagen. Como se construye en tierras remotas públicas, «no hay ninguna circunscripción que se oponga a esto».


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