A pesar de los discursos, Katowice fracasó



¡Olvídate de París! Katowice sin acuerdos

Fecha de Publicación
: 19/12/2018
Fuente: Libera Radio
País/Región: Internacional


Después de catorce días de negociaciones la COP24 termina peor de como inicio. El tristemente fracaso del Acuerdo de París es ya una realidad.
En Katowice debían de haberse logrado los acuerdos que permitieran crear una ruta crítica en base al documento que se elaboró en la COP21 en París, el 2015. Se trataba de que tuviéramos mecanismos claros y vinculantes para que esta ruta se adaptara al panorama actual que exige –políticamente hablando- mantenernos por debajo de los 1,5 grados, tal como lo dice el último informe del IPCC (Panel Intergubernamental de Cambio Climático por sus siglas en inglés) presentado en octubre de este año. La presión del Clan del Petróleo de NO reconocer la evidencia científica pospone –de nuevo- la construcción de dicha ruta hasta la próxima cumbre. Otro año de espera más.
El mayor debate se centró precisamente en esta parte: el informe del IPCC y la presión de la industria petrolera, con el apoyo del Clan del Petróleo (Estados Unidos, Rusia, Kuwait y Arabia Saudí) para eliminar del documento final cualquier mención del informe o de cualquier otra evidencia científica que ponga a este sector como una de las mayores causas de la crisis climática. En la redacción final, se dejó el reporte como una mera recomendación que los países pueden o no tomar en cuenta para sus políticas de desarrollo y sin mencionar en ninguna parte los riesgos de alcanzar el 1, 5 o peor aún los 2 grados. Es decir, seguimos en las mismas.
Por otro lado, la financiación para implementar medidas de mitigación y/o adaptación se mantiene dentro de los Mercados de Carbono, sin hablar de justicia socio-ambiental, equidad de género, vulnerabilidad social o cualquier otro Derecho Humano relacionado con los mecanismos que implementan estos mercados. Otro signo de que los Acuerdos de París no están presentes en el acuerdo de Katowice. La ruta marcada por el modelo de producción-consumo se mantiene sin ningún cambio estructural.
La COP24 termina con un mal sabor de boca para todas, incluidos los gobiernos participantes: después de veinticuatro años de cumbres climáticas, es la primera vez que no se festeja el documento final con bombo y platillo.
“Es un acuerdo que no satisface a nadie” fueron las declaraciones de la presidencia de la reunión. De nuevo las voces de los países más afectados por la crisis climática fueron calladas por el cabildeo de las corporaciones transnacionales y por los países del Norte Global. Las obligaciones (no vinculantes) que los más de ciento noventa países firmaron en el 2015 en París y ratificaron en el 2016 en New York, ahora se convierte solo en sugerencias que los países pueden considerar dependiendo de lo que esperen de sus compromisos para el desarrollo y crecimiento económico.
De nuevo el modelo antes que la justicia. El sistema antes que los derechos humanos. Sin esperar mucho de esta o de cualquier otra Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático de la ONU y a sabiendas que las posibles soluciones no se darán en estos espacios, Katowice logra retroceder bastante las posibilidades de que se lleguen acuerdos mínimos para la reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero tal como la evidencia científica lo exige.
El acuerdo más interesante por los retos que significa para la región fue la sede para la COP25 del próximo año. Esta será en Chile, compartiendo presidencia con Costa Rica, misma que será sede de la reunión previa en octubre del 2019. Los dos retos inmediatos, en lo que ésta presidencia conjunta debe ir trabajando están en lograr un verdadero acuerdo con mecanismos a cumplir en fechas y acciones para mantener al planeta por debajo del 1, 5 grados.
Más allá de todo el cabildeo de la industria y el Clan de Petróleo esta parte es fundamental. El IPCC debe ser un verdadero eje rector de estos acuerdos y sus informes deben de tratarse con la seriedad que implican. El segundo reto, el cual creo que es el más importante es poner de forma prioritaria para todos los participantes el tema de la adaptación al cambio climático, donde se dejen fuera a los Mercados de Carbono como el único mecanismo para poner el financiamiento de estas medidas. Un reto harto complicado si tenemos en cuenta que las corporaciones transnacionales tienen secuestrada la Conferencia de las Partes desde su inicio. Veinticuatro años de negociar, cabildear a su favor.
Afuera, en las comunidades tenemos un reto mayor. Mucho por hacer. Las resistencias contra el modelo de producción-consumo deben de radicalizarse aún más. Dejar el ecofriendly y convertirse en una amenaza mucho más fuerte para el sistema. Las alternativas hacia la construcción de ese OTRO MUNDO POSIBLE que al final no son sino medidas de adaptación al colapso climático y que por lo tanto se convierten en medidas de mitigación deben de mantenerse como soluciones reales, factibles, comunitarias, desde la lógica del decrecimiento, de la comunalidad, del quehacer colectivo. Si Katowicw no fue nuestro, si en Copenhague no se escucho el grito de ¡Cambiemos el Sistema no el Clima!, que desde Costa Rica hasta Chile se escuchen nuestras voces.
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