Activistas anti incineración amenazados en México



Una lucha peligrosa contra la incineración de residuos en México

Fecha de Publicación
: 11/06/2018
Fuente: Arainfo
País/Región: México


La alianza global GAIA lanza una campaña de apoyo para dos activistas amenazados por su lucha contra la incineración de residuos sólidos urbanos en cementeras
El pasado 1 de junio desde GAIA –una alianza global compuesta por más de 800 organizaciones de base, no gubernamentales e individuos en más de 90 países, cuyo visión es un mundo justo, libre de tóxicos y sin incineración– se lanzaba una petición de apoyo para Brisa Violeta Carrasco Gallegos y Jorge Tadeo Vargas por las recientes amenazas de muerte recibidas por su lucha contra las incineradoras y cementeras en México.
Desde noviembre, días antes de celebrarse en México el III Encuentro Internacional Contra la Incineración y por Basura Cero, los teléfonos móviles de Brisa y Jorge fueron intervenidos. Ambos activistas tuvieron constancia de ello cuando compañeros y compañeras suyas recibieron mensajes desde sus teléfonos pidiendo que compartieran su ubicación.
Prácticamente a la vez recibieron algunas amenazas telefónicas directas: “dile a tu mujer que mejor se dedique a dar clases y deje de jugarle al activista”; “No tienen idea en la que se están metiendo con eso del apoyo a las comunidades”; o “Parece que tú no entiendes más que a chingadazos” son algunos de los mensajes que ambos estuvieron recibiendo desde el mes de noviembre del 2017 hasta enero del 2018. “Tomamos las medidas necesarias ante estas amenazas que en febrero dejaron de aparecer”.
Sin embargo, ya en marzo ambos activistas detectaron que un coche estacionaba habitualmente frente a la vivienda que comparten, que es también la oficina del Laboratorio de Investigación en Desarrollo Comunitario y Sustentabilidad (LIDECS), donde ambos militan. “El 16 de marzo al ir a recoger a mi hija a su escuela, el mismo coche en un semáforo se paró a un lado de nosotros. El chofer después de decirme algunas cosas agresivas desde el coche hizo el intento de bajarse a lo que salí rápidamente. Después de eso hemos estado de manera intermitente en casa”.
En mayo, la amenaza llegó hasta su hija. Según relatan Brisa y Jorge, un coche acechó a su hija a las puertas de un restaurante donde celebraban un cumpleaños, hasta que ellos llegaron. “Cuando fuimos a recogerla notamos que frente al restaurante estaba un coche sedán gris con dos hombres. Nos estacionamos justo, al vernos el copiloto comenzó hablar por radio mientras veía fijamente al coche de nosotros. Ximena salió del restaurante junto a sus amigas y una persona de seguridad que acompañaba a una de las dos niñas. No sabemos si esta persona fue el factor que trabajó a nuestro favor, pero después de un análisis de riesgo tomamos la decisión de poner a nuestra hija en resguardo seguro”, narran ambos activistas en su denuncia pública.
Brisa y Jorge aseguran que estas amenazas son parte del trabajo que hacen las empresas para instalar sus proyectos contaminantes con la menor resistencia. “Entendemos que el trabajo que hacemos desde LIDECS como colectivo, sumado al trabajo de investigación que realiza Brisa Carrasco desde la academia son una amenaza a estos proyectos por lo tanto somos un riesgo a desaparecer”.
En México la industria del cemento se concentra en su mayoría en la zona centro del país donde están instaladas la mayor parte de sus 37 plantas cementeras que en su totalidad de las cuales el 90% por ciento quema residuos para obtener energía. Este combustible es producido por las mismas empresas cementeras o en su defecto crean una nueva empresa dedicada a esto, obteniendo doble beneficio.
Sin embargo, la quema de Residuos Sólidos Urbanos en cementeras genera enormes cantidades de escorias y cenizas volantes –al menos el 22,5% en peso de los residuos quemados, según los datos más conservadores–, estas últimas pueden contaminar el entorno y deberían ser tratadas como residuos peligrosos. Por tanto, la incineración de residuos urbanos no puede considerarse como una fuente renovable y limpia de energía.
Según aseguran desde GAIA las instalaciones de quema de desechos son las industrias de energía más tóxicas y costosas. “El análisis detallado muestra que las incineradoras gastan más energía de la que producen, principalmente porque lo que incineramos debe ser reemplazado por nuevos productos. La extracción de materiales vírgenes de la tierra y su fabricación y procesamiento en nuevos materiales para reemplazar los que se incineraron consume enormes cantidades de energía en comparación con la reutilización o el reciclaje de lo que ya tenemos”, denuncian desde esta plataforma.
Por todo ello Brisa y Jorge aseguran que seguirán “diciendo que la incineración de residuos no es la mejor opción, acompañando a las comunidades en la búsqueda de alternativas y trabajando codo a codo con ellas”, recordando que su trabajo “por la justicia socio-ambiental se mantendrá como hasta ahora pues a pesar de las amenazas, de los riesgos, esto es una señal de que el modelo se siente amenazado y sabiendo que la información es básica para la organización comunitaria, no dejaremos de hacerlo”.
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