China podría tener un invierno con menos contaminación

China se encamina hacia un invierno con menos contaminación

Fecha de Publicación
: 14/10/2017
Fuente: PL
País/Región: China


La batalla de China contra el deterioro ambiental sumó medidas drásticas para garantizar que el próximo invierno transcurra con un aire más limpio y cerrar 2017 con la meta de 10 por ciento menos en las emisiones contaminantes.
Tanto la administración central como los gobiernos de las provincias más afectadas por el fenómeno -en su mayoría ubicadas al norte del país- toman nuevas previsiones enfocadas en esa dirección.
Si bien en 2014 las autoridades chinas declararon la guerra a la polución y desde entonces disminuyeron fuentes contaminantes, todavía preocupa la presencia de niebla con partículas PM10 y PM2.5, que además de dañar la salud humana constituyen un obstáculo en los planes nacionales de desarrollo.
La provincia de Hebei y la ciudad portuaria de Tianjin, ambas en el norte de China, anunciaron más disposiciones para frenar la combustión del carbón.
En ambas regiones se reemplazarán en las zonas rurales cercanas a Beijing, los calefactores que funcionan con ese producto por los eléctricos o los de gas natural.
De hecho, quedará prohibida la quema de carbón desde finales de este octubre, principalmente en las localidades limítrofes entre sí y con esta capital.
Además, Hebei y Taijin limitarán el trabajo en sus territorios de las industrias altamente contaminantes como las de acero, las plantas de fundición y la producción de materiales para construcción entre el 15 de noviembre de 2017 y el 15 de marzo de 2018.
Por su parte, la provincia de Shanxi -ubicada también en el norte- prohibió la venta, transportación y uso del carbón en apoyo a los esfuerzos nacionales por mejorar la calidad del aire.
Taiyuan es la capital de esa demarcación y el mayor productor del mineral, considerado el elemento que más contribuye al deterioro ambiental en China durante el invierno.
Con la nueva medida, se espera recortar el uso del carbón en más de dos millones de toneladas, o sea el 90 por ciento de lo que consume Taiyuan.
En tanto, Beijing suspenderá la ejecución de todo tipo de obras, incluidas las de la infraestructura hidráulica y las demoliciones, así como las subastas de terrenos para los agentes inmobiliarios si se descubre que tres o más de sus proyectos no controlaron el polvo.
La Comisión municipal de Vivienda y Desarrollo Urbano-Rural solo autorizará la continuación de algunos proyectos priorizados, como la construcción de bloques de viviendas de grandes dimensiones, y penalizará las infracciones que se detecten durante el período de veda.
De manera colateral, Beijing trabaja en la renovación de los sistemas de iluminación y energéticos en miles de edificios públicos que funcionan con fuentes consideradas ineficientes, tras un censo que mostró inmuebles con ese problema en 170 millones de metros cuadrados.
La mayoría de esas instalaciones se construyeron en la década de 1980 y todavía utilizan bombillos incandescentes, así como equipos de calefacción y refrigeración que se ajustan manualmente y sin programas de conservación y reciclaje de agua.
El gobierno local se propone para 2018 equiparlos a todos con luces LED y automatizadas, además de sistemas modernos de refrigeración y control de temperatura.
Otra meta de la capital es topar en tres años la cifra de habitantes a 23 millones y la construcción de edificaciones a dos mil 860 kilómetros cuadrados para así contribuir a mejorar las condiciones medioambientales, la disponibilidad de recursos hidráulicos y transformar su forma de desarrollo.
La idea también es garantizar la seguridad y un buen entorno de trabajo en Beijing porque es el centro de la vida político-cultural, de los intercambios internacionales y la innovación científico-tecnológica del país, indica un documento del Consejo de Estado.
A la par de toda la campaña ecológica, China endureció el control sobre los inspectores ambientales y responsabilizó a cinco mil 763 funcionarios por mala gestión durante las últimas supervisiones realizadas este año para proteger el entorno.
Para 2020, se propone contar con un sistema capaz de asegurar la calidad, autenticidad y manejo estándar de los datos ambientales.
Además, el gabinete realiza el segundo censo nacional sobre fuentes de contaminación industrial, agrícola y residencial que debe concluir el año próximo, para publicar los resultados en 2019.
Las conclusiones del primer estudio de ese tipo se conocieron en 2010.
El sondeo permitió detectar el efecto de la contaminación agrícola en el abastecimiento de agua, lo cual derivó en mayores esfuerzos del gobierno para limpiar las áreas rurales.
Después de décadas de expansión rápida que deterioró la calidad del aire, del suelo y del agua, China dedica similar énfasis en proteger el medioambiente y mantener un crecimiento equilibrado y sostenible.
Los frutos son palpables, pues las provincias de Anhui, Sichuan, Jiangxi, Heilongjiang, Guizhou y Guangdong, así como el territorio autónomo de Guangxi Zhuang alcanzaron antes de tiempo las metas propuestas para reducir el nivel de partículas nocivas.
El gigante asiático tiene como propósito esencial disminuir hacia 2030 sus emisiones de carbono por unidad del Producto Interno Bruto y ampliar el consumo de energía limpia.
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