Un problema no previsto con las luces LED



Las lámparas LED duplican la contaminación lumínica

Fecha de Publicación
: 20/05/2017
Fuente: EFE
País/Región: Internacional


El Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) ha advertido de que en ciudades de todo el mundo se están sustituyendo las lámparas de sodio tradicionales por dispositivos LED y puede existir la falsa sensación de estar reduciendo la contaminación lumínica cuando en realidad se duplica.
Un estudio liderado por el Instituto de Astrofísica, con sede en Granada, indica cómo el cambio a LED blancos puede llegar a producir contaminación lumínica lo mismo que las tradicionales lámparas de sodio, pero para ello es necesario bajar la potencia al menos a un 42 % y no emitir luz directa por encima de la horizontal.
Gracias a las conclusiones de este estudio, los Ayuntamientos de Montreal y Quebec han decidido modificar su plan de alumbrado público y reducir a un tercio la intensidad de los nuevos LED, con el compromiso de no usar iluminación que supere los 2.700 kelvin.
“La contaminación lumínica es un problema serio, que debe abordarse desde las agendas políticas. No solo por sus consecuencias sobre nuestra salud o los ecosistemas, sino porque solo en España supone un derroche de entre 655 y 1255 millones de euros anuales“, ha apuntado Alejandro Sánchez, investigador del Instituto de Astrofísica que encabeza el estudio.
El estudio pone de manifiesto que los niveles de contaminación lumínica, que supone un derroche energético que pone en peligro la salud humana y la de los ecosistemas, podrían doblarse en pocos años si se ignora el color de la iluminación.
Este centro científico ha recordado en un comunicado que la preocupación por la contaminación lumínica surgió en el ámbito astronómico por la pérdida de calidad del cielo que perjudica las observaciones y que ha provocado incluso el cierre de observatorios históricos, como el de Monte Wilson en Los Ángeles.

Regular la contaminación lumínica
Sin embargo, en la última década han proliferado estudios que relacionan el exceso de iluminación nocturna con problemas en salud y con perjuicios en los ecosistemas que, sumados al derroche energético, muestran la importancia de regular la contaminación lumínica.
Los investigadores explican que ha mostrado ahora que los sensores más comunes para monitorizar la contaminación lumínica en todo el mundo -Sky Quality Meter (SQM) y los satélites VIIRS y DMSP- tienen un limitación fundamental para trazar la evolución de la contaminación lumínica, es decir que son sensores “daltónicos” y no ven en color.
Aunque las imágenes de iluminación nocturna muestran color, se trata de una interpretación artística de imágenes en blanco y negro, en el estudio se muestra cómo el sensor más popular para trazar la evolución de la contaminación lumínica desde tierra, el SQM, podría estar dando valores iguales para una ciudad iluminada con sodio y otra con LED blancos de 3.000 kelvin cuando, en realidad, puede haber un 100 % más de contaminación lumínica en el segundo caso.
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