Implicancias de la périda de biodiversidad en los Andes



18% de biodiversidad de agua dulce de los Andes está en riesgo

Fecha de Publicación
: 12/10/2016
Fuente: El Universo
País/Región: América del Sur


Aunque ocupan menos del 1% de la superficie global, albergan cerca del 10% del total de las especies conocidas y un tercio de los vertebrados. Sin embargo, los ecosistemas de agua dulce son los más amenazados del planeta y se ven cada vez más afectados por el impacto del crecimiento de la población humana y el desarrollo económico, según detalla la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) en un nuevo informe sobre su estado de conservación.
Evaluaciones acerca de la biodiversidad dulceacuícola en la región prácticamente no existen, señala Marcelo Tognelli, de la Unidad de Evaluación de la Biodiversidad de la UICN y Conservación Internacional, y coordinador del proyecto. Y ante este, un panorama de conocimiento escaso y fragmentario, la UICN se propuso llenar los vacíos respecto de la distribución, el riesgo de extinción y la vulnerabilidad al cambio climático de la biodiversidad de agua dulce endémica de los Andes tropicales.
No contar con esta información, se señala en el documento, representa un impedimento para que sea considerada en los planes de manejo y conservación regionales y nacionales.
Es entonces que la UICN le ha dado forma al que se constituye como el estudio más completo y exhaustivo de la biodiversidad de agua dulce, que determinó que las cuencas de los ríos Napo, Pastaza y Cayapas (en Esmeraldas) se encuentran entre las diez con mayor concentración de estas especies amenazadas de la región que para este proyecto se delimitó a la zona andino-amazónica de Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia, además del Chocó colombiano y del noroeste ecuatoriano.
Las cuencas de los ríos del país se suman a los ríos Magdalena-Cauca y Dagua, en Colombia; Ucayali, Madre de Dios y Marañón, en Perú; y Beni y Mamoré, en Bolivia, que presentan la mayor concentración de especies en riesgo por factores de amenaza como actividades agrícolas y pecuarias, la contaminación, las represas y el manejo del agua, la minería y el uso no sostenible de los recursos biológicos, tales como las pesquerías y la tala.
El estudio también puede verse como la primera evaluación realizada a la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN, ya que se analizó a 967 especies, incluyendo peces y moluscos de agua dulce, libélulas y un grupo seleccionado de plantas acuáticas.
Los resultados presentan que casi el 18% de las especies de agua dulce endémicas están amenazadas a nivel global. De estas, 23 constan en la categoría en peligro crítico y este grupo a su vez incluye a tres especies, un pez y dos libélulas, que están posiblemente extintas.
La importancia de los ecosistemas dulceacuícolas para la sociedad y la economía, de acuerdo con la publicación, radica en los bienes y servicios vitales que proveen para la subsistencia humana, incluyendo provisión de agua para uso doméstico, industrial y agropecuario, provisión de energía, alimento, captación de carbono...
“La disponibilidad y calidad de estos servicios dependen de ecosistemas saludables y, por lo tanto, de la biodiversidad que apuntala estos sistemas. A su vez, el buen uso y manejo de estos ecosistemas depende del conocimiento de los mismos, incluyendo el estado de conservación de las especies que lo componen”, se indica en el documento de 214 páginas.
Este reporte incluye, además, la identificación y delimitación de las denominadas Áreas Claves para la Biodiversidad (ACB) de agua dulce para la región, que son sitios de importancia para la persistencia global de la biodiversidad.
En total se identificaron 86 ACB de agua dulce para 151 especies determinantes en los Andes tropicales; 25 de ellas son nuevas propuestas. Del número total, 12 están en Ecuador (ver gráfico); y de las segundas, dos: la laguna San Pablo y su zona de captación (Imbabura), así como el río Sinde, en Bolívar. Este último forma parte del proyecto hidroeléctrico Angamarca-Sinde, que utilizaría los recursos hídricos de las subcuencas de este y del río Angamarca.
La susceptibilidad al cambio climático de las especies de agua dulce también fue evaluada. Se lo hizo con una metodología de vulnerabilidad desarrollada por la UICN. Con un 40%, las plantas acuáticas aparecen con el mayor porcentaje de especies vulnerables al cambio climático. “Al contrario de lo que se esperaba, se encontraron muchas especies vulnerables al cambio climático en áreas bajas y no en la región andina, donde se supone que el impacto del cambio en la temperatura sería mayor”, concluye, al respecto, la publicación.
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