Uganda pierde recursos por el cambio climático



El cambio climático reduce los lagos y la pesca en Uganda

Fecha de Publicación
: 28/08/2015
Fuente: IPS
País/Región: Uganda


El cambio climático reduce el número de algunas especies de peces en los lagos de Uganda y de sus vecinos de África oriental, con consecuencias negativas para las millones de personas que dependen de la pesca para alimentarse y ganarse la vida.
Numerosos estudios realizados en lagos de Uganda, incluso en el Victoria, compartido por tres países, indican que especies locales de peces se redujeron debido al aumento de la temperatura del agua.
“En el lago Victoria y otros hay un cambio en la composición de los peces. Antes dominaban los ejemplares grandes, pero ahora la reserva está compuesta por otros pequeños”, indicó Jackson Efitre, especialista en gestión pesquera y ciencias acuáticas de la Universidad de Makerere, en Uganda.
“Es decir que esos son los que se adaptan bien a las cambiantes condiciones”, remarcó Efitre en diálogo con IPS.
“De seguir así, la pregunta es si veremos a nuestra población de peces dominada por ejemplares de menor tamaño y valor”, inquirió.
En Uganda, la pesca representa 2,5 por ciento del presupuesto nacional y 12,5 por ciento del producto interno bruto (PIB) agrícola. Emplea a 1,2 millones de personas, genera unos 100 millones de dólares en exportaciones y provee de alrededor de 50 por ciento de las proteínas de la dieta de los ugandeses.
Efitre participó en el estudio “Aplicación de políticas para hacer frente a la influencia del cambio climático en los ecosistemas ribereños y acuáticos internos, en la pesca y en los modos de vida”, que analizan la influencia de la variabilidad climática y el cambio en los recursos pesqueros y el modo de vida usando a los lagos Wamala y Kawi en las cuencas del Victoria y Kyoga como estudios de casos.
También analizó hasta qué punto las políticas actuales pueden aplicarse para atender los impactos del cambio climático, así como cualquier otro problema relacionado con él.
Las conclusiones del estudio señalan que las temperaturas en el entorno de los dos lagos siempre variaron, pero que aumentan de forma constante de 0,02 a 0,03 grados centígrados al año desde los años 80, y que las precipitaciones se desviaron de los promedios históricos y que en el lago Wamala, aunque no en el Kawi, se han ubicado, generalmente, por encima del promedio desde entonces.
Además, los resultados son consistentes con el informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de 2007 y 2014 para la región de África oriental.
“Son peces que dependen del ambiente”, subrayó Mark Olokotum, otro de los investigadores. “O aumentan la cantidad de veces que pescan para tener más peces o adquieren más aparejos para atrapar más”, indicó.
“Y cuando eso pasa están más tiempo pescando, ganan mucho menos a pesar de que el precio sea alto y no hay peces, por lo que la gente come lo que encuentra”, detalló.
También explicó que el equilibrio hídrico de la mayoría de los sistemas acuáticos de Uganda está determinada por las lluvias y la temperatura a través de la evaporación.
Alrededor de 80 por ciento de la ganancia de agua en el lago Wamala procede de la lluvia, mientras que 86 por ciento de la pérdida es por evaporación, añadió, lo que deriva en un equilibrio negativo y en la imposibilidad de que el lago retenga los niveles históricos de agua.
“Si bien se prevé que las lluvias aumentarán en África oriental por el cambio climático, la ganancia puede quedar neutralizada por la mayor evaporación asociada al aumento de la temperatura, a menos que el aumento de las lluvias supere la pérdida por evaporación”, explicitó Olokotum.
Esos cambios dificultaron la vida de personas como Clement Opedum y sus ocho hijos, que dependen del lago para alimentarse y ganarse la vida.
Opedum siempre dependió del lago Wamala para vivir. Antes, la venta de la tilapia era rápida en los distritos vecinos, y algunos compradores procedían de la República Democrática del Congo, con lo que vivía toda su familia y las otros pescadores.
A lo largo de los años, el lago se retiró de su antigua franja costera, dejando a Opedum y a sus vecinos desprovistos y frente a la amenaza de que incluso desaparezca del todo.
Otro pescador de la zona, Charles Lugambwa debió dedicarse a la agricultura y ahora cultiva ñame, boniato y frijoles en un terreno que antes estaba bajo el agua.
Lugambwa dijo a IPS que aparte de la tilapia, comenzaron a desaparecer otras especies del lago en 30 o más años que lleva residiendo en la zona.
“En 1994, el lago se secó por completo, pero volvió en 1998 tras unas fuertes lluvias”, recordó en diálogo con IPS. “Solíamos pescar tilapias muy grandes, pero ahora son bastante pequeñas, pese a ser ejemplares adultos”, acotó.
Científicos explican que las causas de la reducción del lago incluyen la evaporación, el aumento de cultivos en sus márgenes, la tala de árboles y la destrucción de los humedales, mientras que la disminución del tamaño de la tilapia se relaciona con el aumento de la temperatura debido al recalentamiento planetario.
El investigador Richard Ogutu-Ohwayo, del Instituto Nacional de Investigación de Recursos Pesqueros, dijo a IPS que la respuesta al cambio climático en Uganda se concentra en la agricultura, la ganadería y la silvicultura, prácticamente sin atender al sector pesquero.
“Es hora de que el gobierno tome medidas para incorporar a los ecosistemas acuáticos y a la pesca a las respuestas contra el cambio climático”, remarcó.
Según Ogutu-Ohwayo, la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático y la Política de la Comunidad de África Oriental sobre el Cambio Climático prevén la construcción de capacidades, la generación de conocimiento y la identificación de medidas de adaptación y mitigación para reducir los impactos del cambio climático, pero apenas si se implementaron.
Uganda tiene una política hídrica que prevé la protección y la gestión del recurso, indicó, y “debemos aplicarla para gestionar el agua en los lagos Wamala, Kawi y otros mediante un enfoque integrado que incluya la protección de los humedales, las riberas lacustres y los márgenes fluviales, así como controlar la extracción de agua”.
Al igual que otras naciones de África oriental, Uganda tiene una gran dependencia de la captura pesquera o las pesquerías naturales, con una tendencia a marginar la acuicultura a la hora de asignar recursos y de desarrollar recursos humanos.
Como el cambio climático hace que disminuya el tamaño de los peces y de las reservas pesqueras, los especialistas señalan que la pesca en los lagos ya no alcanza para cubrir la demanda, ya sea del consumo local como de la exportación.
Las plantas de procesamiento de pescado cercanas al lago Victoria, por ejemplo, operan a menos del 50 por ciento de su capacidad, y algunas, incluso, cerraron.
Justus Rutaisire, responsable de acuicultura en la Organización Nacional para la Investigación en Agricultura de Uganda, dijo a IPS que esa técnica podía emplearse como una de las medidas de adaptación para ayudar a las comunidades pesqueras a completar sus necesidades.
Pero señaló que el desarrollo de la acuicultura en la mayoría de los países de África oriental está limitada por la poca adopción de las tecnologías apropiadas, la inadecuada inversión en investigación y en servicios de extensión.
“Si no podemos acordar medidas e implementarlas con rapidez, estamos condenando a muerte a esas comunidades”, alertó.
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