Dinamarca, otro país que pone sus ojos en el Artico



Dinamarca también quiere derechos sobre los recursos del Polo Norte

Fecha de Publicación
: 23/12/2014
Fuente: National Geographic
País/Región: Dinamarca


Al Polo Norte no paran de salirle amigos, y es que razones no le faltan: la región ártica cuenta con el 13 % del petróleo mundial sin descubrir y el 30 % del gas natural. Además, a medida que el calentamiento global derrite el hielo, surgen nuevas posibilidades para las rutas de navegación.
Ahora, al igual que Rusia y Canadá, Dinamarca anda tras el potencial económico del Polo Norte, situado en medio del océano Ártico y que pasa meses enteros en total oscuridad. El pasado lunes, el país presentó sus demandas en las Naciones Unidas, alegando que está conectado con Groenladia, una región autónoma perteneciente al Reino de Dinamarca, de ahí que reclame sus derechos sobre los recursos que pudiera haber en la región.
A pesar de todo, «sabemos muy poco sobre la disponibilidad de los recursos», según afirma Rob Huebert, experto en el Ártico de la Universidad de Calgary (Canadá). El clima de la región hace muy difícil las mediciones, aunque a medida que suben las temperaturas, «es posible que puedan retomarse. Todos quieren el petróleo y gas que pudiera yacer bajo la zona».
Cuando subió el precio de la energía, empresas como Shell, ExxonMobil y ConocoPhillips obtuvieron derechos para buscar petróleo y gas en la región. Sin embargo, muchas de ellas se encontraron con serios obstáculos; por ejemplo, una plataforma de perforación de Shell encalló y tuvo que ser rescatada. Desde entonces, tras la bajada del precio del petróleo, varias compañías han suspendido sus planes de perforación.
Según el derecho internacional, el Polo Norte o el océano Ártico no pertenecen a ningún país, aunque los cinco países árticos circundantes (Rusia, Canadá, Dinamarca vía Groenlandia, Noruega y Estados Unidos) poseen derechos de exploración y sobre los recursos en las zonas situadas a unas 200 millas náuticas de sus costas. Lo que buscan, precisamente, es aumentar esa zona económica.
Dinamarca, por su parte, tiene más de una razón para hacerlo. Groenlandia ve en los recursos energéticos y minerales una forma de ganar independencia, pues por el momento, dependen económicamente de Dinamarca. De ser así,  Dinamarca querría impulsar la economía del territorio y garantizar el mantenimiento de fuertes relaciones entre ambos.
Además, el país tiene un plazo marcado. En 2004, ratificó la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, que tiene por objetivo resolver estas reclamaciones territoriales. Los signatarios tenían diez años para presentar sus alegaciones con el fin de ampliar su zona económica más allá de las 200 millas náuticas. Hace un año Canadá hizo una presentación parcial, al igual que Rusia; se espera que ambos países presenten sus reclamaciones definitivas.
Para su defensa, los científicos daneses han centrado su atención en la llamada cresta de Lomonósov, una cordillera submarina de 1803 kilómetros de largo que divide el océano Ártico en dos grandes cuencas y se extiende hasta un punto cercano del Polo Norte. La conclusión es que está geológicamente unida a Groenlandia. Será el grupo que investiga las reclamaciones quien decidirá sobre el asunto, lo que podría llevar varios años.
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