La minería en América Latina predispone a conflictos

Modelo de minería debe contemplar igualmente los intereses industriales y ambientales
Fecha de Publicación: 16/07/2014
Fuente: Adital
País/Región: América Latina


El modelo de minería que se impone en América Latina predispone a conflictos entre el empresariado y la sociedad civil organizada, donde los Estados, por no comprender la profundidad del problema, ceden a una posición maniqueísta de inclinar la balanza solamente hacia uno de los sectores. La conclusión es de la Fundación Avina, que publicó un informe en el que se evalúa el actual contexto de esa industria de extracción de recursos naturales en el continente.
Según la organización, actualmente, se deja de abordar la minería como una actividad que ocasiona daños sociales y ecológicos para recrearla como industria de riesgo. Ante esto, Avina defiende que se promuevan planes de manejo del territorio donde una inteligencia con capacidad de adaptación que permita garantizar convivencias sustentables.
Para la Fundación, tanto los bienes públicos naturales como los bienes públicos institucionales son indispensables para el bienestar. "Sin embargo, la generación de riqueza producida por las actividades de empresas mineras, en muchos casos, atenta contra la supervivencia de los bienes públicos naturales y de las comunidades y los ecosistemas que los rodean. Es fácil, por lo tanto, demonizar a las industrias extractivistas (y sus defensores) como un elemento de ruptura del balance ambiental, cuyo objetivo es el lucro sin importar las consecuencias”, defiende.
A partir de esta hipótesis, Avina afirma que no puede haber otra solución que la confrontación directa entre los sectores. "Esto es exactamente lo que sucede en muchos casos. La minería de metales en la cordillera andina limita el acceso al agua potable por parte de las comunidades adyacentes. La explotación de petróleo de la selva amazónica afecta la biodiversidad de las zonas donde se produce el desmonte para construir la infraestructura que permite la extracción”, se señala.
Entre esos riesgos causados por la minería y demás industrias extractivas, que también comportan un gran potencial de desarrollo económico para las áreas donde actúa, están: los conflictos sociales; deterioro de la biodiversidad; manejo inadecuado de los recursos hídricos; implementación desigual de modelos de transacción económicos y sociales, que en su conjunto, pueden dejar vulnerables los derechos humanos y la dignidad humana.
Aún así, resalta la Fundación, no toda la industria extractiva actúa de manera irresponsable. De la misma manera, no toda acción ambientalista ayuda a crear mejores condiciones ambientales. "Por lo tanto, es necesario encontrar un modelo económico de extracción de recursos naturales que contemple el bienestar y la dignidad humana, que supere la limitada caricatura maniqueísta de los 'buenos contra los malos' y que genere nuevos ecosistemas, donde todos los actores por igual se beneficien de la presencia y de la actuación de los demás”, recomienda.

Revisar la lógica de comprensión
Para evitar casos de desequilibrio, la organización entiende que es necesario revisar la lógica con que se aborda la industria minera, dejando de comprenderla como fuente de daños irreversibles para encararla como fuente de riesgos gerenciables técnica, social y políticamente. "El impacto de la actividad extractiva no necesariamente debe comprometer otras actividades económicas presentes o futuras, la integridad del ecosistema que lo rodea o el bienestar de las comunidades adyacentes”, explica la Fundación.
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