La protección del rinoceronte divide a los científicos

El comercio del rinoceronte por su valioso cuerno divide a los científicos

Fecha de Publicación
: 11/03/2013
Fuente: EFEverde
País/Región: Internacional

Los científicos discrepan sobre si hay que legalizar el comercio del rinoceronte para frenar el tráfico ilegal que aboca a la especie hacia su extinción a causa de la gran demanda de sus cuernos en la medicina china.
La protección del rinoceronte es uno de los muchos asuntos que estos días se debaten en la conferencia que celebra en Bangkok la Convención sobre el Comercio Internacional de Flora y Fauna (CITES), cuyos países miembros decidieron esta semana crear un comité especifico a cargo de examinar el impacto de la caza furtiva.
Según los partidarios de la legalización, la prohibición del comercio de cuerno de rinoceronte, acordado por CITES desde 1976, ha contribuido a generar un mercado ilegal alimentado por la caza furtiva.
El año pasado, 668 rinocerontes fueron cazados en Sudáfrica, un 67 % más que en 2011, y el 2013 se va camino de establecer un nuevo récord dado que ya asciende a 128 el número de paquidermos abatidos en lo que llevamos de año, según el Gobierno sudafricano.
El precio del kilogramo de cuerno de rinoceronte alcanza en el mercado negro los 65.000 dólares (49.900 euros), más que el oro, el diamante o la cocaína, debido a la alta demanda para su uso como remedio medicinal en Vietnam, China o Tailandia o la manufactura artesanal de dagas en Yemen.
La legalización es la única solución para científicos como el doctor sudafricano Duan Biggs, quien publicó en 2012 un artículo defendiendo su postura en la revista "Science" junto con el profesor Hugh Possingham, de la Universidad de Queensland, en Australia.
"La gran mayoría de los científicos y gerentes conservacionistas con los que he hablado sobre el terreno en Sudáfrica apoyan un comercio legal con una estricta regulación", señaló a Efe Biggs, quien actualmente reside en Chile.
En el artículo aparecido en "Science", Biggs y otros colegas argumentan que la implementación de mecanismos para garantizar un comercio regulado permitiría que caigan los precios del cuerno de rinoceronte y aminorar la caza furtiva.
A diferencia del elefante, el cuerno del rinoceronte no es una fuente de marfil, ya que están formados por queratina, que es la misma sustancia que hay en el pelo y las uñas en el resto de los mamíferos y, por tanto, vuelve a crecer cuando se cercena.
"Los cuernos del rinoceronte crecen una media de 900 gramos al año y los riesgos de las técnicas para cercenar los cuernos son mínimas", indica Biggs.
En la actualidad quedan en África, principalmente en Sudáfrica, unos 20.000 rinocerontes blancos y 5.000 negros, mientras que en toda Asia rondan los 5.000, la mayoría en India y Nepal.
El científico australiano subrayó que, según su experiencia en el parque nacional Kruger de Sudáfrica donde creció, los mecanismos más sofisticados contra la caza furtiva han fallado, por lo que es hora de probar con la legalización del comercio.
No obstante, otros expertos como el doctor Joseph Okori, jefe del programa de rinocerontes en el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), se oponen a la legalización porque consideran que aceleraría la extinción de la especie.
"Con un mercado de millones de personas en China y Vietnam, no hay forma de abastecer la demanda. El rinoceronte se reproduce sólo cada tres años y tarda siete en llegar a la edad adulta", señaló a Efe el doctor Okori en una entrevista telefónica.
"Los que apoyan la legalización se basan en modelos económicos que no se pueden aplicar a conservación del rinoceronte, ya que hay que tener en cuenta otras consideraciones biológicas, el impacto medioambiental, el cambio climático y la presión humana", explicó el experto de WWF.
Okori destacó que la única manera de frenar la caza furtiva es combatir la corrupción y la implicación de parte del Ejército de algunos países africanos en el comercio ilegal y garantizar que Vietnam aplica la ley contra las bandas de traficantes.
Las mafias asiáticas se aprovechan de la excepción que permite la exportación de un cuerno de rinoceronte como trofeo deportivo al año por cada cazador autorizado para hacer pasar las piezas cobradas por cazadores furtivos como legales.
El pasado noviembre, el tailandés Chumlong Lemtongthai fue condenado en Sudáfrica a 40 años de cárcel por participar en este tráfico ilegal que suele trasladar la mercancía entre Sudáfrica y Vietnam a través de Tailandia.
Chumlong utilizaba a prostitutas que se hacían pasar por cazadoras para introducir ilegalmente los cuernos en el mercado asiático.
En 2011, dos subespecies, el rinoceronte negro de África Occidental y el rinoceronte de Java de Vietnam, fueron declaradas extintas y el resto está abocado al mismo fin si no se frena el ritmo frenético de la caza furtiva.
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