La tierra peligra advierte la ONU

El pulso del planeta no es bueno

Fecha de Publicación
: 07/06/2012
Fuente: Ecoticias
País/Región: Internacional


Tras cerca de tres años, el informe sobre el Panorama Medioambiental Global divulgado el miércoles encontró que de 90 metas y objetivos medioambientales referenciales
En las últimas dos décadas, los signos vitales de la Tierra han seguido deteriorándose, desde la pérdida de selvas, sobrepesca, contaminación del aire y del agua a un clima caótico y un aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, según un informe de la ONU.
Tras cerca de tres años, el informe sobre el Panorama Medioambiental Global divulgado el miércoles encontró que de 90 metas y objetivos medioambientales referenciales, sólo se ha logrado un avance significativo en cuatro de ellos.
Sin embargo, el documento sostiene que hay esperanzas y que el crecimiento amigable medioambiental aún es posible, pese a los desafíos de una creciente población humana, a una expansión de la urbanización y a apetitos insaciables por alimentos y recursos.
A continuación, algunos de los principales descubrimientos del informe GEO-5, el quinto chequeo de la salud medioambiental global de Naciones Unidas desde 1997, y compilado por más de 600 expertos.

Rio
La divulgación del informe tuvo lugar dos semanas antes de la mayor cumbre medioambiental que se había celebrado en años en Río de Janeiro, Brasil, y 20 años después de la histórica reunión de Río en la que se adoptaron tres tratados medioambientales de la ONU, incluyendo el Protocolo de Kioto.

Metas ecológicas
El informe GEO-5 dijo que se han hecho avances significativos en la eliminación de la producción y uso de químicos que destruyen la capa de ozono, en la retirada del plomo del combustible, en el creciente acceso a suministros de agua mejorados y a una mayor investigación para reducir la contaminación en el medio marino.
Una reducción en los riesgos a la salud logrado mediante el retiro gradual de combustibles basados en plomo tiene beneficios económicos estimados en 2.450 millones de dólares al año, (unos 1.950 millones de euros) o casi un cuatro por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) global.
Se ha visto algo de avance en 40 metas, incluyendo la expansión de áreas protegidas, como parques nacionales, mientras que se detectó poco o nada de progreso en 24 objetivos, incluyendo el cambio climático, las reservas de peces, la desertificación y la sequía.
Ocho metas mostraron mayor deterioro, incluyendo el estado de las reservas mundiales de coral.

Estado del planeta
Bajo los modelos actuales, las emisiones de gases de efecto invernadero podrían aumentar al doble en los próximos 50 años, lo que llevaría a un incremento en la temperatura global de tres grados Celsius a fin de siglo.
Las pérdidas para la agricultura, el daño por eventos climáticos extremos y el aumento de los costos de salud afectarán al PIB global.
Para 2030, la región Asia-Pacífico contribuirá con alrededor del 45 por ciento de las emisiones globales de dióxido de carbono vinculadas a la energía, estimadas en un 60 por ciento para 2100 bajo un escenario en el que las actividades de negocios se mantengan como en la actualidad.
China, India y Corea del Sur están promoviendo energía renovable y eficiencia energética y acordaron metas voluntarias de emisiones, en un giro positivo hacia energía más ecológica.
Alrededor de un 20 por ciento de las especies vertebradas están bajo amenaza. El riesgo de extinción está aumentando más rápido para los corales que para cualquier otro grupo de organismos vivientes.
Las reservas de peces han bajado hasta una tasa sin precedentes en las últimas dos décadas. La pesca se cuadruplicó desde el inicio de la década de 1950 hasta mediados de 1990 y se ha estabilizado o reducido desde entonces.
Está previsto que más de 600 millones de personas carecerán de acceso a agua potable segura en 2015, mientras que más de 2.500 millones carecerán de acceso a servicios sanitarios básicos.
Desde el 2000, los suministros de agua subterránea se han deteriorado más, mientras los retiros de agua global se han triplicado en los últimos 50 años. El informe identificó a Asia occidental entre las regiones de mayor preocupación por la escasez de agua y la eficiencia del uso del agua.
El número de zonas muertas costeras ha aumentado dramáticamente en los últimos años. De las 169 zonas muertas costeras en todo el mundo, sólo 13 se están recuperando.
La pérdida anual de selva cayó de 16 millones de hectáreas en la década de 1990 a alrededor de 13 millones de hectáreas entre el año 2000 y el 2010. Se trata de un área equivalente al tamaño de Inglaterra.
Europa y Norteamérica están consumiendo los recursos del planeta a niveles insostenibles.
El consumo también ha subido de forma vertiginosa en la región Asia-Pacífico, que ha superado al resto del mundo para convertirse en el mayor usuario de recursos naturales. Un informe separado de la ONU descubrió que el uso de materiales de la región pasó de 17.400 millones de toneladas en 1992 a más de 37.000 millones de toneladas en el 2008.

Recomendaciones
El informe dijo que existe la necesidad de establecer metas medioambientales y de desarrollo claras y a largo plazo y mecanismos para responsabilizar a actores de forma más enérgica en los acuerdos internacionales.
También refleja la necesidad de más programas que coloquen valor en ecosistemas y los servicios que entregan a las economías, como aire fresco de selvas, líneas divisorias para ríos y protección de tormentas para manglares.
Las naciones también deberían incorporar el valor de selvas, ríos, deltas y otros ecosistemas en sus cuentas nacionales, colocando de ese modo un precio sobre la naturaleza.
También son necesarias mejorías en las medidas de cumplimiento, incluyendo cortes medioambientales, junto con una administración de la contaminación regional marítima y una mejor recogida de datos sobre la contaminación del agua y una mejoría de las herramientas para la administración de las aguas.
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La ONU alerta de cambios “sin precedentes” en la Tierra

Fecha de Publicación
: 07/06/2012
Fuente: El País (España)
País/Región: Internacional


Dos décadas de buenas palabras y de discursos a favor del medio ambiente no han evitado que los principales parámetros para medir la sostenibilidad de la actividad humana hayan empeorado. El objetivo de contener el calentamiento en dos grados para final de siglo se aleja; los océanos son cada vez más ácidos; la biodiversidad desaparece a un ritmo desconocido desde la extinción de los dinosaurios y la deforestación está alcanzando tales cotas que supondrá un coste para la economía mundial superior a las pérdidas derivadas de la crisis financiera de 2008. Así lo constata el informe GEO-5, elaborado por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) como previa a la cumbre de Río+20 que se celebrará en Brasil dos décadas después de la primera cumbre de la Tierra. De 90 objetivos solo hay avances significativos en cuatro. La ONU recomienda a los Gobiernos que, entre otras cosas, acaben con las subvenciones a los combustibles fósiles.
“Los cambios que actualmente se observan en el sistema Tierra no tienen precedentes en la historia de la Humanidad”, arranca el documento, en el que han colaborado unos 600 expertos: “Los esfuerzos por reducir su velocidad o su magnitud han dado resultados moderados pero no han conseguido revertir los cambios ambientales adversos”.
El informe —que alerta de que esas alteraciones de los ecosistemas no son lineales y que llegados a un punto pueden ser abruptos e irreversibles— puede agitar algo la cumbre de Río, que se presenta con un perfil bajo, menor que la de Johanesburgo en 2002 o la primera, en Río en 1992.
- Atmósfera. El Pnuma señala que el Protocolo de Montreal ha logrado reducir la emisión de sustancias que dañaban la capa de ozono. Suscrito en la ciudad canadiense en 1997, es el ejemplo de cooperación internacional para superar un problema ambiental global. Tanto, que desde “1994 han mejorado en un 31% los indicadores relativos a las sustancias que agotan el ozono en latitudes medias y previsiblemente se han evitado unos 22 millones de casos de cataratas en personas nacidas entre 1985 y 2100 en Estados Unidos, sin contar otros países”. Sin embargo, las conversaciones dentro de la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático siguen estancadas o, en el mejor de los casos, avanzan a un ritmo lentísimo. Así, el objetivo de limitar el calentamiento a dos grados centígrados (pactado en la cumbre de Copenhague en 2009) se aleja. Debido a la quema de combustibles fósiles iniciada con la revolución industrial, la concentración de CO2 en la atmósfera es la mayor en 850.000 años (ya roza las 400 partes por millón). Ese CO2 retiene parte del calor que emite la Tierra y calienta el planeta. El IPCC considera que para eso habría que limitar la concentración en 450 partes por millón. El Pnuma cree preciso eliminar subsidios perversos o perjudiciales para el medio ambiente, especialmente a los combustibles fósiles; impuestos a las emisiones de carbono; incentivos forestales para la captura de carbono. Según la Agencia Internacional de la Energía, la subvención a energía fósil en el mundo es cinco veces mayor que la de renovables.
- Uso del suelo y deforestación. El informe señala que “el ritmo al que se pierden los bosques, especialmente en los trópicos, sigue siendo alarmantemente elevado” y lo atribuye a que “el crecimiento económico ha tenido lugar a expensas de los recursos naturales y los ecosistemas; debido a los incentivos perjudiciales, es probable que solo la deforestación y la degradación de los bosques supongan un costo para la economía mundial, incluso, superior a las pérdidas derivadas de la crisis financiera de 2008”.
- Agua dulce. El acceso al agua potable es una de las pocas buenas noticias. En 1990, la ONU fijó el reto de reducir a la mitad antes de 2015 el número de personas sin acceso al agua potable. El objetivo está a punto de ser conseguido (si no lo ha sido ya), pero el Pnuma señala que no se alcanza el del saneamiento, ya que aún hay 2.600 millones de personas sin acceso a la depuración de aguas. El 80% de la población vive en zonas amenazadas por la seguridad de suministro de agua.
- Océanos. Las señales de degradación del mar no cesan. “El número de zonas costeras eutróficas (con proliferación de microorganismos por la contaminación) ha aumentado considerablemente desde 1990: al menos 415 zonas costeras han dado signos de una eutrofización grave y, de ellas, solo 13 se están recuperando”. Además de la contaminación, “la absorción excesiva de CO2 de la atmósfera está provocando la acidificación de los océanos, que se cierne como una gran amenaza para las comunidades de arrecifes de coral y los mariscos”.
- Biodiversidad. El mundo vive la llamada “sexta extinción” de las especies, ya que la biodiversidad desaparece a un ritmo desconocido desde la desaparición de los dinosaurios. El Pnuma alerta de que “hasta dos tercios de las especies en algunos taxones están amenazadas de extinción; las poblaciones de especies están en declive, desde 1970, las poblaciones de vertebrados han disminuido en un 30%; y desde 1970 la conversión y la degradación han provocado una reducción del 20% en algunos de los hábitats naturales”. “El cambio climático”, añade, “tendrá repercusiones profundas en la biodiversidad”. El Pnuma cita un índice creado por WWF, el del Planeta Vivo, que analiza los cambios en el tamaño de 7.953 poblaciones de 2.544 especies de pájaros, mamíferos, anfibios, reptiles y peces de todo el planeta, que bajó un 20% entre 1970 y 2007 y recomienda aplicar “instrumentos de mercado para los servicios de los ecosistemas, incluidos pagos por servicios ecosistémicos”.
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