Cambios en la salinidad de los océanos

Detectan masivos cambios en la salinidad de los océanos

Fecha de Publicación: 17/07/2008
Fuente: Tendencias21
País/Región: Internacional



Un estudio realizado durante varias décadas en el Atlántico ha descubierto que la composición salina de los océanos está variando con la misma intensidad que el calentamiento global, aumentando la salinidad en los trópicos y disminuyéndola en los polos. Las evaporaciones atlánticas han aumentado entre un cinco y un diez por ciento en los últimos cuarenta años, introduciendo cambios en el ciclo del agua que pueden provocar serias consecuencias en el clima global. Por Raúl Morales.
Los océanos del mundo se están volviendo más salados cerca del Ecuador y más dulces cerca de los polos, lo que confirma las predicciones sugeridas por algunos modelos climáticos y presagia serias consecuencias para el sistema climático global y las reservas de agua, según un estudio realizado durante varias décadas en el Océano Atlántico, entre Groenlandia y Sudamérica.
El estudio, desarrollado por Ruth Curry, de la Woods Hole Oceanographic Institution (WHOI), Bob Dickson, del Centre for Environment, Fisheries, and Aquaculture Science de Lowestoft, U.K., y por Igor Yashayaev, del Bedford Institute of Oceanography en Dartmouth, Canadá, y publicado en la revista Nature, sugiere que la evaporación oceánica está aumentando al mismo tiempo que lo hace la temperatura del planeta, provocando alteraciones sustanciales en la composición salina de los océanos tanto en las regiones tropicales y subtropicales (que se vuelven más saladas) como en los polos (cada vez más dulces).
Eso quiere decir que cuanto más elevada sea la temperatura global, habrá una mayor evaporación del agua del mar. Esta progresiva evaporación aumentará a su vez las precipitaciones porque la atmósfera no puede sostener tanta agua, según los autores de esta investigación.
Si la evaporación ocurre en los trópicos, el agua se vuelve más salada porque el mar pierde volumen, al mismo tiempo que la evaporación aumenta las precipitaciones en las latitudes polares, haciendo estos mares más dulces. Estas modificaciones en la composición de los océanos está ocurriendo en unas dimensiones que exceden la capacidad de circulación para compensar estos efectos en los mares, lo que los convierte en duraderos con consecuencias en el sistema global.
El efecto retroalimentador de estos procesos es evidente, ya que los cambios constatados en la salinidad de los océanos afecta al modelo de precipitaciones que regula la distribución, la intensidad y la frecuencia de las sequías, de las inundaciones y de las tormentas.

Calentamiento global
Esta reacción, a su vez, potencia el calentamiento global que origina los cambios en la salinidad de los océanos, ya que la evaporación atrapa calor en la atmósfera y refuerza el efecto invernadero, lo que finalmente continua endulzando las aguas en las zonas polares alterando así la circulación oceánica e introduciendo cambios paulatinos en el clima global.
Hay que tener en cuenta al respecto que los océanos y la atmósfera viven un proceso de interactividad permanente, ya que la evaporación que se produce sobre las latitudes cálidas, tropicales y subtropicales, transfiere vapor de agua a la atmósfera, que es la encargada de trasladar este vapor a los polos.
En los polos, este vapor de agua se convierte en lluvia o nieve y termina así volviendo a los océanos, los cuales transfieren finalmente a las zonas tropicales agua dulce, facilitando así la evaporación. Este proceso es el que mantiene el equilibrio de la distribución de agua alrededor del mundo.
Los océanos contienen el 96% del total de agua que posee la Tierra, suministran el 86% de la evaporación total y reciben el 78% de todas las precipitaciones, lo que les convierte en la clave del ciclo del agua y de la vida en nuestro planeta.
El estudio analizó abundantes medidas de salinidad de aguas tranquilas en las últimas décadas a lo largo de una región del océano Atlántico comprendida entre Groenlandia y Sudamérica. Comparando sucesivamente los datos obtenidos, los investigadores comprobaron importantes cambios en la salinidad de agua durante al menos cinco décadas consecutivas.
Apreciaron mayor salinidad en las regiones tropicales y subtropicales del Océano Atlántico y menos densidad salina en las zonas norte y sur del océano analizado. Esta tendencia se aceleró especialmente después de 1990, coincidiendo con los registros más cálidos de temperatura obtenidos desde que se iniciaron en 1861. Los científicos también apreciaron que las evaporaciones atlánticas aumentaron entre un cinco y un diez por ciento en los últimos cuarenta años.

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