Marina Silva renuncia por represas del Madera

Marina Silva renuncia por represas del Madera

Fecha de Publicación: 14/05/2008
Fuente: Univisión - EFE
País/Región: Brasil


Marina Silva, una de las más porfiadas defensoras de la Amazonía, renunció hoy al Ministerio del Medio Ambiente de Brasil, tras mantener un férreo pulso durante cinco años en favor de la preservación del mayor pulmón vegetal del planeta.
Según explicó en una carta dirigida al presidente Luiz Inácio Lula da Silva, su renuncia se debió a "crecientes resistencias" que debía enfrentar "dentro del Gobierno y la sociedad" para "llevar adelante la "agenda ambiental".
En diciembre del 2002, un mes antes de que Lula asumiera el poder, la ardiente ecologista fue anunciada como la primera integrante del gabinete del ex líder obrero.
"La primera señal que le transmito al mundo de que la Amazonía ahora será tratada de forma diferente es mi decisión de pedirle a la compañera Marina Silva que se encargue de la política ambiental", declaró Lula días antes de tomar posesión del cargo por primera vez.
Lula recreó entonces la vida de Silva: "Se alfabetizó a los 16 años. Trabajó en el caucho en la tierra de Chico Mendes y pasó parte de su vida defendiendo la preservación ambiental", manifestó, y dijo estar convencido de que la Amazonía tendría "por fin" una política de desarrollo que considerase la preservación.
Marina Silva, de 50 años, entró en la política de la mano de Chico Mendes, una de las primeras voces que se alzó para denunciar la destrucción de la Amazonía brasileña y que fue asesinado el 22 de diciembre de 1988 en una emboscada montada por latifundistas y madereros a los que acusaba de devastar la selva.
La ahora ex ministra levantó las banderas de Chico Mendes y desde entonces es una de las más firmes opositoras a la degradación del medio ambiente, cuyos efectos ha visto en su selva amazónica natal y también en su propio organismo.
Marina Silva tiene diversos problemas de salud debido a los males tropicales que sufrió de pequeña y a algunos congénitos, provocados por la contaminación de los ríos amazónicos con mercurio, metal usado por los mineros ilegales para separar el oro.
Nacida en el aislado Breu Velho, un poblado amazónico a unos 70 kilómetros de Río Branco, capital del estado de Acre, Marina Silva aprendió a sobrevivir del caucho, la caza y la pesca al igual que sus hermanos, tres de los cuales murieron siendo niños.
En su adolescencia, por causa de una hepatitis que no podía ser tratada en su pueblo, se trasladó a Río Branco, donde trabajó como empleada doméstica y aprendió a leer y escribir.
Estuvo a punto de ser monja. Llegó a vivir un tiempo en un convento, en el que terminó sus estudios secundarios, y luego ingresó en la universidad, donde se convirtió en una activa militante contra la dictadura militar (1964-85).
En 1984, como colaboradora de Chico Mendes, participó en la fundación de la filial de la Central Única de Trabajadores (CUT) en su estado natal de Acre.
Un año después se afilió al Partido de los Trabajadores (PT) y fue elegida concejal de Río Branco, el primer cargo público para el que postuló en su vida política, que continuó en forma ascendente hasta que conquistó un escaño en el Senado en 1994.
Pese a la amistad que les une, su relación con Lula se desgastó en los últimos años, sobre todo por la fuerte apuesta del Gobierno por el desarrollo de la región amazónica.
Su última polémica pública con otros miembros del gabinete y con el propio Lula se debió a la decisión del Gobierno de construir dos represas hidroeléctricas en el río Madeira, fronterizo con Bolivia.
A pesar de la firme resistencia de Silva, la primera de las dos hidroeléctricas ya ha sido subastada y la segunda será licitada la semana próxima.
En diciembre pasado, Silva resumió en una frase su postura en relación al medio ambiente, ante críticas que recibió de Lula por su oposición a proyectos de desarrollo en la Amazonía: "Puedo perder el juicio, pero no la cabeza", declaró.

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